jueves, 23 de mayo de 2019

el gran problema de la contaminación que ya afectga a Ecuador

https://www.dw.com/es/los-cinco-mayores-peligros-para-los-oc%C3%A9anos-del-mundo/a-

COLOGÍA

murciélagos y pájaros ingieren microplástico a través de mosquitos

Es sabido que los mares están inundados por microplástico. Científicos británicos descubrieron ahora que las partículas de plástico viajan también por el aire. Su medio de transporte son los mosquitos.
    
Stechmücke Tigermücke (picture-alliance/dpa/EFE/G. Amador)
Aún en los lugares más remotos de los océanos se ha encontrado microplástico, en forma de bolitas mínimas o fibras sintéticas. Pero lo más grave es que estas partículas no sólo flotan en el agua, sino que son ingeridas por peces y mejillones, ingresando así también en nuestra cadena alimenticia.
En un estudio reciente, científicos británicos informan que el microplástico también alcanza la cadena alimenticia de animales terrestres. Las partículas microscópicas viajan del agua a la tierra por medio de insectos voladores. Pájaros, murciélagos y arañas que comen mosquitos al mismo tiempo están ingiriendo plástico. Las piezas diminutas de materia plástica, que los mosquitos tragaron siendo aún larvas, se encuentran aún en el cuerpo adulto de insectos voladores.
Muchos productos cosméticos, tales como lápiz labial, gel de ducha o exfoliantes, contienen microplástico.
Muchos productos cosméticos, tales como lápiz labial, gel de ducha o exfoliantes, contienen microplástico.
Un grupo de científicos, encabezado por Amanda Callaghan, de la británica Universidad de Reading,analizaron durante cuánto tiempo se conservan estas pequeñas bolitas de plástico en el cuerpo del mosquito común o zancudo (culicidae).
El equipo trabajó con bolitas de dos micrómetros de tamaño (un micrómetro corresponde a una milésima de milímetro). En el tercer estado larvario los insectos habían ingerido agua, que contenía 80.000 bolitas por mililitro. Una vez alcanzado el cuarto estado larvario, los científicos constataron un promedio de 3.000 bolitas minúsculas en cada larva. En las crisálidas se encontraban aún algo más de 1.000 bolitas y en el cuerpo adulto de un mosquito aproximadamente 40 partículas plásticas, relatan los científicos en la Biology Letters de la Real Sociedad de Londres para el Avance de la Ciencia Natural.
Las cuentas fluorescentes se pueden ver claramente bajo el microscopio. Fue así que los investigadores pudieron localizar exactamente en qué parte del cuerpo de los insectos perdura el plástico y logra atravesar las distintas fases vitales de su "anfitrión", prácticamente inalterado. El lugar ideal para alojar el microplástico resultaron ser los 'tubos de Malpighi', que funcionan como sistema excretor de los insectos, equiparable a los riñones en el ser humano.
Probablemente el mosquito no sea el único insecto a través del cual el microplástico ingresa en los estómagos de sus enemigos naturales.
Probablemente el mosquito no sea el único insecto a través del cual el microplástico ingresa en los estómagos de sus enemigos naturales.
Según el estudio, el tamaño del microplástico es decisivo a la hora de ser transportado o no por los insectos. Por ejemplo, las larvas de mosquitos, que habitan aguas en las que se encuentran bolitas de plástico de 15 micrómetros de tamaño, ingieren un número menor de partículas. A través de las distintas fases vitales de estos insectos también se observó mucho menos microplástico y en el estado adulto incluso no se encontró ninguna partícula plástica más.
Pero no sólo los mosquitos transportan microplástico por el mundo. Los investigadores británicos parten de la base de que sus resultados de laboratorio son aplicables también a otros insectos. "Mientras que nosotros nos basamos en el mosquito, como organismo modelo, es de suponerse que todo insecto de agua dulce que ingiera microplástico también pueda transportarlo hasta alcanzar el estado adulto y cambiar su hábitat acuático por el terrestre", explican los científicos en su estudio.
Autor: Alexander Freund (VR/FEW)
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos en Facebook | Twitter | YouTube |  

DW RECOMIENDA

 cinco mayores peligros para los océanos del mundo

El mar cubre dos tercios de nuestro planeta, nos brinda alimento, energía y otros tesoros. Pero sus fantásticos recursos están en peligro de desaparecer. ¿Cuáles son las peores amenazas?
    
Playa en Sri Lanka.
Playa en Sri Lanka.
Montar sobre las olas con una tabla de surf, navegar, pasear por playas desiertas: los seres humanos aman el mar. Pero, a pesar de eso, no lo tratan para nada bien. Aquí les contamos cuáles son los cinco peores peligros que amenazan a los océanos del planeta.

Más información:

Sobrepesca
Los peces y los mariscos son una fuente sana de alimento. En todo el mundo, sobre todo en los países en vías de desarrollo, muchas personas dependen de esa fuente de proteínas para sobrevivir. Antiguamente, la humanidad solo pescaba lo que la naturaleza podía darle. Pero ese equilibrio ha desaparecido.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 2015 se pescaron más de 81 millones de toneladas de pescado y mariscos, un aumento del 1, 7 por ciento en comparación con 2014. En todo el mundo, más del 75 por ciento de las especies con valor comercial están afectadas por la sobrepesca, y más del 50 por ciento de los recursos pesqueros han llegado a su límite máximo de explotación.
Los grandes países pesqueros fueron en 2015 China, Indonesia y EE. UU. Un 80 por ciento del contingente mundial de peces y mariscos ha sido atrapado por 23 países, la mayoría de ellos, industrializados.
La piscicultura fue durante un largo tiempo una solución a este problema. Pero se ha constatado que, en realidad, lo empeora. Paradójicamente, la cría industrial de peces, por ejemplo, en grandes instalaciones llamadas piscifactorías, necesita enormes cantidades de peces y mariscos para alimentar a los peces cautivos. Además, ensucia las aguas debido a los excrementos de los peces y a los medicamentos utilizados para su cría.
Barrera de coral en Indonesia.
Barrera de coral en Indonesia.
Lo que podría ayudar en este caso serían cuotas pesqueras rigurosas y un mejor manejo de los recursos pesqueros. Si se los deja descansar, los contingentes de peces pueden recuperarse. Y por supuesto: los consumidores deben tener en cuenta que la conciencia acerca de la cantidad de peces y de las especies que come influyen en que no desaparezcan tan rápidamente.
Acidificación de los mares
Las emisiones de CO2 se han cuadruplicado desde el inicio de la era industrial. Sin embargo, la concentración de CO2 en la atmósfera aumentó solo en un 40 por ciento, ya que los océanos absorben ese gas tóxico, que se disuelve en el agua. De ese modo, el mar frena la velocidad del cambio climático. Pero eso también tiene su precio.
Al disolverse el CO2, se produce ácido carbónico, es decir, que el agua del mar se vuelve ácida porque baja su pH o concentración de hidrógeno. En 1870, el Ph del agua de mar era de 8,2. Actualmente, es de 8,1, y se espera que en 2100 se reduzca hasta 7,7. Eso significa que la cantidad de ácido en el agua habrá aumentado en 2100 en un 150 por ciento. Muchos animales marinos, sobre todo los más pequeños, no podrán sobrevivir.
Un futuro de plomo
Los mares no solo almacenan CO2, sino también calor. Según estimaciones, absorben el 93 por ciento del calor producido por las emisiones de CO2. Eso se traduce en un aumento de la temperatura de las aguas. Entre 1900 y 2008, la temperatura de la superficie marina del planeta aumentó en promedio 0,62 grados centígrados. En algunas zonas del Mar de China, hasta 2,1 grados centígrados. Eso representa un gran problema para los corales, animales que poseen un esqueleto calcáreo, en cuyo interior se anidan algas (protozoos) que viven a base de fotosíntesis. Si el agua es muy caliente, los corales expulsan a sus algas y luego mueren. Ese proceso se llama "decoloración del coral”. Ya un 75 por ciento de la Gran Barrera de Coral de Australia ha desaparecido bajo estas circunstancias. Lo único que podría solucionar a mantener los océanos a una temperatura normal es la reducción de las emisiones de CO2 en todo el mundo. Además, se está investigando cómo criar corales que puedan resistir temperaturas más altas.
Plástico, basura y más plástico
Durante mucho tiempo, los mares del mundo recibieron las incontables toneladas de basura de la navegación, los cruceros turísticos y las ciudades costeras. Y aunque la conciencia de la humanidad acerca de ese gran problema ha mejorado un poco, todavía los océanos siguen recibiendo enormes cantidades de desechos.
Las corrientes marinas llevan consigo cinco remolinos gigantes de millones de piezas de plástico y otros residuos. Miden aproximadamente entre 700.000 y 15 millones de kilómetros cuadrados.
Un 99 por ciento de esos desechos, sin embargo, no son atrapados por las corrientes, sino que van a parar a las costas y ponen en peligro la vida de aves marinas, tortugas de mar y otros animales. Una gran parte de la basura marina se disuelve en micropartículas, que se depositan en el fondo del mar, o sobre el hielo de los mares en el Ártico y en la Antártida.
Plastikmüll am Strand Hawaii
A eso se suman el nitrato y el fosfato de los criaderos de animales, que desembocan en el mar a través de los ríos y son alimento de algas que luego mueren y son disueltas por las bacterias. Así se reduce el contenido de oxígeno en el mar, formándose "zonas muertas" donde ya nada puede desarrollarse ni crecer.
Otro problema de gran envergadura son los residuos industriales, con los cuales peligrosas sustancias químicas y metales como plomo y mercurio llegan a los océanos, pasando a formar parte, a través de la cadena alimentaria, de la carne de ballenas y tiburones.
Ya hay planes para detener las montañas de basura marina: la fundación holandesa "The Ocean Cleanup” comenzará en 2018 a retirar desechos plásticos del gran remolino en el Pacífico con un equipo especialmente desarrollado para ese fin. Asimismo, se necesitan leyes que frenen el consumo de plástico y el tratamiento de las aguas residuales.
Riqueza marina: el mangano y otros metales
Como si esto fuera poco, a los océanos les espera otro acto de piratería humana. En las profundidades marinas yacen riquezas minerales como el manganeso y las rocas de hierro e hidróxido de manganeso, con los que se pueden realizar aleaciones de metales, usadas, sobre todo, en la producción de acero inoxidable. Según cálculos, hay más de 7.000 millones de toneladas de manganeso en el fondo del mar, más que en la tierra. Muchos países ya presentaron reclamos sobre zonas marinas para poder empezar a explotarlas. Los mares del mundo también albergan otros metales valiosos, como el níquel, el talio y las tierras raras.
La explotación minera submarina podría no solo provocar la mutación de especies, sino poner en grave peligro el sensible ecosistema de los océanos. Lo único que podría detener este desarrollo son prohibiciones generalizadas o, al menos, leyes más estrictas que regulen la minería en el fondo del mar.
Brigitte Osterath (CP/ DZ)

DW RECOMIENDA

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cómo del poder de CNN puede derrocar gobiernos en América Latina

En el sigo XIX Pultitzer el dueño del periódico más leído en Estados Unidos en ese momento, impulsó a Estados Unidos a invadir Cuba, mediant...