El efecto del consumo de alcohol y drogas en Ecuador y Estados Unidos en la pandemia del covid 19 y las consecuencias en Ecuador se ha traducido en violencia urbana, sicariato y violencia carcelaria imparable, y espectacularmente dramática.
El Ecuador ha comenzado a vivir la primera fase de una guerra civil no convencional, debido al aumento del consumo de alcohol y drogas en el país y en Estados Unidos, debido a la pandemia del Covid 19.
Este aumento de la demanda, ha dado origen a bandas organizadas de microtraficantes y narcotraficantes, que tienen una relación con los carteles de Colombia y México.
Los carteles ecuatorianos han asimilado y multiplicado la violencia de los carteles mexicanos y del Cartel de Medellin de Pablo Escobar. Ahora siembran la muerte en los puertos y barrios pobres de la Costa de Ecuador en especial y Guayaquíl, donde los lagartos que es el cartel de este puerto está enfrentado a los Choneros, que lleva mas años como narcotraficantes desde todos los puertos de la Costa, vinculados al Cartel de Sinaloa de México y al Cartel del Norte del Valle de Colombia, que ahora se han replegado a controlar el Puerto de Manta y de Esmeraldas, mientras los Lagartos, vinculados al Cartel Jalisco Nueva Generación y los carteles colombianos del Caribe, han ganado terreno de Guayaquil.
Pero el presidente Guillermo Lasso y su ministro de defensa Luis Hernández, son partidarios de llevar adelante un plan similar al Plan Colombia, que ha llamado Plan Ecuador, para debilitarlos, con la particularidad de que no se trata de una enfrentamiento a un grupo guerrillero como los que operan en Colombia por mas de 120 años, luego de la llamada Guerra de los Mil Días, sino a un grupo armado urbano, como la mafia italiana en los Estados Unidos.
El problema está en que la demanda por la cocaína va en aumento, al igual que su precio, que Ecuador se ha convertido el uno de los mayores exportadores de la droga colombiana y peruana, los dos mayores cultivadores de coca y productores de cocaína, y que Estados Unidos, a la cabeza de todos los países del mundo, se ha convertido en un país drogadicto, que consume el 40 por ciento de las drogas del planeta, incluido los derivados del opio, de los que el mayor productor y que son usados como analgésicos, por ejemplo la oxicodona, el tramadol, o el fentanilo que compite con China en ventas.
Estados Unidos, ya fue el mayor consumidor y productor de tabaco, la droga que más seres humanos ha matado en la historia, aprendió a usar la cocaína cuando apareció Coca Cola a finales del siglo XIX, o durante las guerras que ha tenido y ahora es el mayor productor y consumidor de marihuana, que ya es legal en la mayor parte de estados de la Unión.
Pero la llamada Guerra al Narcotráfico, le permite tener el control sobre el ejercito, la policía, la justicia, los medios de comunicación e incluso las elecciones de Ecuador, donde ahora tienen dos bases militares, con ese pretexto.
En Ecuador al igual que en Estados Unidos o El Salvador, la guerra al narcotráfico ha llenado las cárceles, y en en el caso de Ecuador las ha convertido en universidades de la violencia salvaje y del delito. De las cárceles ecuatorianas, al igual que de Guantánamo, surgen en el primer caso los mejores y más audaces narcos, como de Guantánamo, surgieron los líderes de los Talibanes que derrotaron a USA en Afganistán. Ya dentro de las mismas prisiones de los Estados Unidos, nacieron los mejores narcotraficantes con Carlos Leder, el socio de Pablo Escobar, que convirtió a Miami en el narco-puerto más importante de Estados Unidos.
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