Kast, la versión chilena de Macri, Donald Trump y Bolsonaro, es el suicido colectivo al que acuden los chilenos para salir de su frustración, tras años de cultivar la desigualdad, en una sociedad envejecida en el neoliberalismo radical, fanático y sanguinario sembrado por Pinochet.
Kast vs. Boric: las principales propuestas de los rivales más antagónicos que ha tenido Chile en las últimas décadas
- Cecilia Barría
- BBC News Mundo
En uno de los escenarios políticos más polarizados de la historia reciente, el candidato de la derecha dura, José Antonio Kast, y el izquierdista Gabriel Boric, se disputarán el 19 de diciembre la presidencia de Chile, tras imponerse en la primera vuelta de las elecciones.
Será la primera vez desde el retorno a la democracia en 1990 que los partidos tradicionales de centro-izquierda y centro-derecha no lideran las preferencias electorales.
"La única candidatura que va a recuperar la paz, que es la alternativa para enfrentar a los delincuentes y el narcotráfico y que pondrá fin al terrorismo es la nuestra", dijo Kast durante la celebración de su paso al balotaje con el 27,9% de los sufragios.
El exparlamentario, quien ha prometido cavar una zanja en la frontera para detener a los migrantes, oponerse al aborto y recortar impuestos, ha declarado que admira a líderes como Augusto Pinochet, Ronald Reagan, Margareth Thatcher y Jair Bolsonaro.
Su rival, Gabriel Boric, parlamentario y exlíder estudiantil de 35 años que encarna los reclamos del estallido social de fines de 2019, propone aumentar el rol del Estado en la economía, poner fin al sistema privado de pensiones y ampliar los derechos sociales de la población.
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"Se nos ha encomendado la disputa por la democracia, la justicia, la inclusión, el respeto, por la dignidad de todos y todas", declaró el candidato -quien formó alianza con el Partido Comunista- tras conocerse el resultado de los comicios donde consiguió un 25,8% de los votos.
Los ganadores de la primera vuelta tendrán ahora el desafío de seducir en pocas semanas al resto de los votantes.
Esa carrera ocurrirá en un inédito contexto marcado por la caída de los partidos tradicionales, el sorpresivo apoyo al candidato "outsider", Franco Parisi, además del triunfo de la derecha en el norte del país y su avance en el Senado.
Quien llegue al palacio de La Moneda tendrá que gobernar un país profundamente fracturado y con una Asamblea Constituyente que trabaja en la redacción de una propuesta de nueva Constitución que deberá ser refrendada en una votación popular el próximo año.
Estas son algunas de las propuestas de los rivales más antagónicos que ha tenido Chile en su historia reciente.
Economía y pensiones
El candidato de la derecha radical apuesta por una disminución del gasto fiscal, desregulación de los mercados y privatización de empresas.
Uno de los ejes centrales de su programa es la reducción de impuestos de todo tipo, una inédita reforma tributaria que, según el candidato, irá acompañada de un menor gasto fiscal.
Esta fórmula, señala el programa de gobierno, incrementará los niveles de inversión privada y aumentará el crecimiento económico "a tasas de 5% a 7% anual, duplicando en una década nuestro ingreso por persona".
Ferviente admirador de un Estado más pequeño y austero, Kast planea recortar impuestos a las empresas (desde un 27% a un 17%), disminuir el Impuesto Valor Agregado (del 19% al 17%) y reducir a cero los tributos que pagan las pequeñas y medianas empresas.
José Antonio Kast asegura que con "paz, seguridad y orden" aumentarán las inversiones del sector privado en el país.
Y sobre el sistema de pensiones, el exdiputado promueve ajustes al actual al sistema que incluyen, entre otros, un aumento de la edad de jubilación de los trabajadores y el monto de las cotizaciones.
La mirada económica del programa de Boric apunta exactamente a lo contrario: fortalecer el Estado, aumentar el gasto fiscal e incrementar la carga tributaria en más o menos ocho puntos del Producto Interno Bruto (PIB) en un horizonte de seis a ocho años.
Sus propuestas apuntan a establecer un Estado de bienestar con un sistema de protección social que garantice derechos básicos universales.
Para apuntalar la reactivación económica, el parlamentario y exdirigente estudiantil promueve políticas pro empleo a través de incentivos para la contratación con el foco puesto en las mujeres.
En lo tributario planea crear un impuesto a las grandes fortunas del país, aplicar un royalty minero a las grandes mineras, y crear nuevos tributos, medidas que en su conjunto permitirían aumentar la recaudación fiscal para financiar su agenda social.
Gabriel Boric pretende eliminar el actual sistema de pensiones administrado por las AFP, en reemplazo de un sistema en que los fondos sean manejados por un órgano público y autónomo. Su programa advierte que estos cambios serán graduales y no van a interferir "en la propiedad de los fondos ahorrados hasta la fecha".
Salud
El líder del Partido Republicano propone cambios como, por ejemplo, que la sanidad pública pueda licitar soluciones médicas y contratar servicios según las propuestas que resulten más competitivas y eficientes.
La principal causa de la mala atención en el sistema público, dice Kast, "no reside en los recursos económicos invertidos" sino en que "tenemos un sistema estatal profundamente ineficiente, burocrático y capturado políticamente".
Algunas de las medidas del presidenciable buscan aumentar el uso de la telemedicina y crear una entidad dedicada a evaluar técnicamente los tratamientos que serán cubiertos por los seguros médicos.
Para el representante de la izquierda es clave reducir la brecha entre los beneficios que ofrece la salud pública y la privada.
Propone crear un Fondo Universal de Salud (FUS) encargado de administrar los fondos que aportan los trabajadores y los recursos que aporta el Estado, y al mismo tiempo reducir los tiempos de espera para acceder a especialistas y cirugías.
Si llega al gobierno, Boric promete el fin de las isapres (seguros privados de salud) como se conocen hasta ahora, convirtiéndolas en seguros complementarios voluntarios.
En paralelo contempla un aumento progresivo del gasto fiscal en salud.
"Nosotros planteamos terminar con una salud dividida, como es ahora, entre los más sanos y los pacientes más enfermos, o los de menores y mayores recursos", declaró el candidato.
Educación
El representante de la izquierda pretende ampliar el beneficio de la gratuidad en la educación superior y eliminar a los bancos como fuente de financiamiento del sistema.
Al mismo tiempo, Boric busca condonar de manera progresiva las deudas estudiantiles.
En cambio Kast quiere prescindir de la reforma educacional en curso, derogar la Ley de Inclusión y eliminar de los contenidos enseñados en las escuelas que considera como "propaganda de apoyo al aborto e ideologías de género".
Además apuesta por la educación online a un menor costo y el recorte de la duración de las carreras universitarias.
Migración
José Antonio Kast ha levantado una fuerte controversia al proponer la instalación de una zanja en la frontera norte del país para evitar el paso irregular de personas en esa zona.
"Si usted hace una zanja de tres metros de profundidad y los cercos para que nadie caiga adentro y tampoco los animales, eso es factible y bastante económico", declaró el abogado.
Según Gabriel Boric existen otros mecanismos para abordar el problema. "A los migrantes hay que tratarlos desde la perspectiva de los derechos humanos", señaló, marcando una clara diferencia con su rival.
Conflicto mapuche y militarización
El representante de la derecha dura y defensor del régimen militar de Augusto Pinochet, ha dicho que seguirá apoyando el despliegue de las Fuerzas Armadas en la zona del conflicto mapuche en el sur del país y apoyando el rol de los uniformados en el control de lo que él denomina como "narcoterrorismo".
Tanto en el sur como en el resto del territorio, Kast promueve el "uso de la violencia legítima" como autodefensa propone una "coordinación internacional anti-radicales de izquierda" y está a favor de otorgarle facultades especiales al presidente para "interceptar, abrir o registrar documentos y toda clase de comunicaciones y arrestar a las personas en sus propias moradas o en lugares que no sean cárceles ni estén destinadas a la detención", en caso de que se decrete el estado de emergencia.
En el polo opuesto, Gabriel Boric ha argumentado que no está de acuerdo con la militarización de La Araucanía, pero que sí está a favor de combatir los delitos. "Separo de manera tajante a quienes cometen delitos de las justas reivindicaciones del Pueblo Nación Mapuche".
Las ideas de Kast han sido duramente criticadas por el candidato de izquierda, quien se opone a la creación de un "Estado policial".
Aborto, matrimonio igualitario...
En su programa José Antonio Kast afirma que si llega al gobierno derogará la ley que permite el aborto y que hará todo lo que esté a su alcance para "proteger y fortalecer la familia".
El candidato señala que si llega al palacio de La Moneda ofrecerá "incentivos económicos a las parejas casadas" y velará por el derecho de todo niño a "tener un papá y una mamá".
Gabriel Boric en cambio, es partidario del derecho al aborto, el reconocimiento a la diversidad sexual y el matrimonio igualitario y la profundización de la paridad de género.
- Daniel García Marco
- BBC News Mundo
La primera vuelta de las elecciones presidenciales en Chile no sólo dejó un balotaje entre las posturas radicalmente opuestas del derechista José Antonio Kast y del izquierdista Gabriel Boric.
La agitada jornada electoral también dejó varias sorpresas que revelan el cambio político que está viviendo este país sudamericano.
Y es que por primera vez desde al retorno a la democracia, en 1990, la presidencia no se la disputarán los partidos tradicionales de centroizquierda y centroderecha.
El triunfo de Kast, de derecha radical, pareciera interrumpir el giro a la izquierda que se venía dando en Chile desde el estallido social de octubre de 2019, cuando comenzaron las masivas protestas que demandaban profundas reformas al actual sistema económico, político y social chileno.
Además, la aparición de un candidato completamente "outsider" como Franco Parisi enturbia aún más la segunda vuelta electoral, que se realizará el 19 de diciembre.
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Estas y otras sorpresas que aquí te presentamos reflejan la profunda transformación del mapa político chileno.
1. La caída de los partidos tradicionales
Como ya se vio en la elección de la Convención Constituyente en mayo, en la que triunfaron los independientes, la primera vuelta presidencial confirmó la caída de los grandes partidos tradicionales que desde el retorno a la democracia en 1990 se habían alternado en el poder.
Ninguno de los dos conglomerados tradicionales (la centroderecha y la centroizquierda) estarán en competencia por la presidencia el 19 de diciembre. Los partidos que han gobernado Chile por 30 años quedaron en cuarto y quinto lugar en la presidencial.
Sebastián Sichel, que representó al oficialismo de derecha, fue cuarto, mientras que Yasna Provoste, de la centroizquierda, fue quinta.
Sin embargo, ambos lograron resultados importantes este domingo en el Congreso, una paradoja "que plantea la pregunta sobre el sistema de gobierno que va a preferir la convención constitucional", afirma a BBC Mundo el politólogo Javier Sajuria.
En un país en transformación social, los votantes se decantaron mayoritariamente por posturas más a la izquierda (Boric) y a la derecha (Kast) que las tradicionales, muestra de una polarización patente en muchos países del mundo, en la región y también ahora en Chile.
Boric, crítico de los gobiernos de centroizquierda que asumieron el mando del país tras el retorno de la democracia, capitalizó el descontento social que reclama mayor presencia del Estado y políticas más inclusivas con propuestas más transformadoras que las de Provoste desde el centro-izquierda.
Por su parte, Kast ha seguido el ejemplo de Donald Trump en Estados Unidos o de Jair Bolsonaro en Brasil para llevar a la derecha más al extremo frente a la tradicional que representó en los últimos años el actual presidente Sebastián Piñera.
Para Cristóbal Bellolio, doctor en Filosofía Política y profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez, la victoria de Kast, que simpatiza abiertamente con el gobierno de facto de Augusto Pinochet, agudiza "las contradicciones de manera bien insólita, porque uno esperaría que después del estallido social, que tuvo demandas de izquierda, lo capitalizara el grupo que más se identifica con esas demandas".
"Lo que nadie esperaba es que una derecha más conservadora, más reaccionara y nacionalista fuera la que anotara su nombre en segunda vuelta. Porque mucha gente esperaba que la derecha post Pinochet fuera más liberal, más centrista, más moderada".
Así fue con los gobiernos de Piñera, cuya herencia, tomada por Sichel en estas elecciones, fue superada por el extremo.
2. El sorpresivo "outsider" que puede ser clave
La gran sorpresa de la noche electoral fue el tercer puesto de Franco Parisi, un economista liberal que ha hecho campaña desde Estados Unidos, sin pisar el país y al que varios analistas definen como populista.
Pero no sólo no estuvo en la campaña, sino que lleva dos años sin regresar a Chile. Hay una querella en su contra por no pagar la manutención de sus hijos, lo que le impediría salir del país si decidiera entrar. Pero Parisi niega que ese sea el motivo.
Eso no le impidió ser la tercera fuerza más votada detrás de Kast y Boric, y por delante de Sichel y Provoste con un 12,80% de los apoyos.
Aunque es difícil hacer una matemática directa, es de esperar que el centroderecha se incline por Kast, mientras que el centroizquierda lo haga por Boric. Pero, ¿qué harán los votantes de Parisi?
Aunque sus postulados sociales no coinciden con los conservadores de Kast, sí hay paralelismos con las políticas económicas. Es posible que defina sus apoyos para la segunda vuelta a través de una consulta digital.
El 12,80% es tres puntos mejor que lo que Parisi logró en las presidenciales de 2013.
Su éxito se basó en una fuerte campaña digital con contenido en canales propios y redes sociales, y con un discurso crítico con la clase política que, como en muchas partes del mundo, también resuena con éxito en Chile.
"Es un candidato que supo posicionarse muy bien en un discurso populista, antipolítico y orientado a quienes rechazan de igual manera a los partidos de centro izquierda como de derecha", afirma el politólogo Javier Sajuria.
"Es decir, personas que no comulgan con los partidos tradicionales ni con el sistema en general", agrega el experto, en un clima en el que el estallido social dio la vuelta al statu quo político de Chile.
Kast y Boric son la muestra de ello, pero también el atípico Parisi, cuyos votos pueden ser la clave del balotaje.
3. El norte gira a la derecha
El norte del país, que fue un tradicional bastión de centroizquierda, confirmó en esta elección el giro a la derecha en un momento de gran tensión migratoria en la zona.
En Arica y Parinacota, la región más al norte, los más votados fueron Kast y Parisi. Lo mismo en Tarapacá; y en Antofagasta ganó Parisi, seguido de Kast.
"Ya hubo indicios de ese giro en 2013. Son zonas mineras, donde el Estado es inexistente y hay una población flotante de altos recursos, por los sueldos de la minería, pero de trabajos manuales. Prima el esfuerzo individual sobre el apoyo del Estado, y ese discurso funciona bien con Parisi", afirma Sajuria.
Tanto en Arica como en Tarapacá la crisis migratoria ha sido un tema electoral clave dado que ha sido los sectores que más ha sufrido el alza de los migrantes que han ingresado por pasos no habilitados, sobre todo venezolanos.
Kast incluso defiende la construcción de una zanja y ha hecho de la migración el punto fuerte de sus campañas. Visitó la localidad de Colchane, epicentro de la tensión migratoria.
Parisi, por su parte, propone un control fronterizo reforzado entre la Policía y las Fuerzas Armadas y deportar a quienes cometan delitos.
En las regiones del norte del país se encuentran los más ricos yacimientos de cobre, del cual Chile es el mayor productor mundial, y donde la vida es muy cara y existen diferencias de ingresos entre los trabajadores mineros y el resto de la población que no han podido achicar los sucesivos gobiernos de los partidos tradicionales.
"En el norte existe un mayor desencanto con los partidos políticos tradicionales", dijo a la agencia AFP Rodrigo Espinoza, analista de la Universidad Diego Portales Espinoza.
Una clave para que Boric pueda imponerse a Kast es convencer a los votantes de Parisi en esas regiones del norte para tratar de recuperar la ventaja con la que parte el derechista de cara a la primera vuelta.
4. La derecha empata en el Senado (y el sorpresivo regreso del PC)
Sea quien sea el próximo presidente de Chile, será de vital importancia la conformación política del Parlamento.
Pese al pobre desempeño de los candidatos Sichel y Provoste -que obtuvieron el cuarto y quinto lugar en la presidencial, respectivamente-, tanto la centroderecha como la centroizquierda lograron mantener su hegemonía en la Cámara Alta.
Pero fue especialmente sorpresivo el triunfo de la derecha, que logró llegar a los 25 senadores, equivalentes a la mitad del Senado (50%), un escenario inédito desde 1990.
Al pacto oficialista "Chile Podemos Más", se le sumó Rojo Edwards, un candidato del partido Republicano, de José Antonio Kast.
Este dato es relevante, considerando que si la izquierda consiguiera llegar a La Moneda, encontraría aquí un contrapeso importante en sus propuestas,
Actualmente, el conglomerado de centroderecha tiene 19 senadores, que equivalen el 44%. Según el diario La Tercera, el sector esperaba mantener su peso relativo (y, a lo más, aumentar su presencia a un 46% en el mejor de los casos), pero los resultados fueron bastante más auspiciosos.
Por su parte, la centroizquierda logró mantenerse como la segunda fuerza en el Senado, con un total de 18 senadores.
No obstante, otra de las sorpresas fue el desempeño del Partido Comunista que logró volver al Senado (con Claudia Pascual y Daniel Núñez), donde no tenían un representante desde 1973.
En la Cámara de Diputados, en tanto, los comunistas también lograron una ventaja favorable al conseguir 11 escaños, lo que confirma su influencia en el conglomerado Apruebo Dignidad, que apoya a Gabriel Boric.
De todas maneras, es importante resaltar que ni el eventual gobierno ni su oposición tendrán mayoría en la Cámara Baja.
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