La diferencia entre las culturas indígenas de América y la de los conquistadores es la percepción del tiempo, el espacio y la vida.
Para los europeos que llegaron a América, el tiempo y el espacio tenía una relación con los medios de transporte, y tenían el caballo, la rueda, las embarcaciones que definía al tiempo.
El América, en especial en los Andes, donde los Incas crearon el mayor imperio de Sudamérica, el tiempo era desde siempre una relación con el sol, que determinaba la existencia de los días y las noches, como hasta ahora, la edad de los seres humanos, es decir determina su envejecimiento, en tanto el agua, que se traduce en lluvias, ríos, cascadas, lagos o el mar, determinan la abundancia o la escasez.
Esto llevó a que en Europa, los dioses desde Grecia hasta el Cristianismo, tuvieran siempre forma humana, en tanto en América los dioses eran los astros, sobre todo, el sol y la luna, o las diferentes formas del agua o la tierra.
El culto al sol llevó a la astrología en los Mayas y en los Incas, donde el sol era el que determinaba las siembras y las cosechas, pues hallaron la relación entre solsticios y equinoccios, con el comportamiento del agua, en especial de las lluvias y del agua con la fertilidad.
En el gobierno de Rafael Correa, el agua, los ríos, cascadas, y las sequías e inundaciones marcaron el norte de ese gobierno, que creó numerosas centrales hidroeléctricas, represas, canales de riego, y en los municipios el agua potable o el alcantarillado o los llamado multipropósito, que cambiaron el comportamiento de los ríos, y fuentes de agua lo que cambió el comportamiento de las personas, su moral y hasta su comportamiento religioso, es decir produjo una alteración en la percepción de si mismo, en especial en los indígenas o campesinos, priorizando el punto de vista de los ciudadanos, que además llegaron al poder, con un partido llamado Revolución Ciudadana, que despreciaba la cosmovisión indígena, su forma de entender y relacionarse con su entorno natural, por lo que llevó a una tensa relación en llamada educación bicultural indígena
La agresión a la espiritualidad indigena, no solo fue mediante la religión, especialmente evangélica y los llamados cristianismos, que a diferencia de la iglesia latinoamericana o iglesia de los pobres, que creó el sincretismo religioso, en que el sol pasó a llamarse Dios o Cristo, y la tierra con agua la Virgen María, y en que el Sol o Cristo, representa el tiempo, el agua junto a la tierra, o Virgen María es la fertilidad, o sea la vida en este planeta.
Para los cristianos no católicos, sean o no indígenas, dios se manifiesta en los logros económicos, profesionales, familiares, etc. En tanto para los cristianos nativos de culturas nativas o del mestizaje, dios se manifiesta en el milagro de la vida en todas sus formas, en el sol de cada mañana, la luna, las noches, la lluvia, la fertilidad del suelo, de las plantas o animales, en los volcanes en erupción, las tormentas, es decir en todos los fenómenos naturales.
Para los cristianos no católicos de Hispanoamérica, dios esta en el interior de cada persona, y toma nuestra propia forma, al igual que la política y la economía. Creen que el centro de todo es el ser humano. En el cristianismo no católico, Dios se manifiesta en nuestros aspecto, visible en el espejo, en el tiempo medible en el reloj y las horas de trabajo, en el espacio recorrido por los medios de transporte, en la comunicación electrónica, que hace desaparecer el tiempo y la distancia, en la producción industrial, que crea el consumismo global, que se traducen en dinero, los cristianismos, la política y la economía, centran la atención en el individuo, en las masas humanas, mas que en la naturaleza.
En tanto para los campesinos católicos de Hispanoamérica, o los aborígenes, el mundo exterior, lo que pasa fuera de su cuerpo, es más importante que lo que pasa en él, están convencidos que su vida depende de entender y aprovechar lo que hay en su entorno, que dios se manifiesta en un día o una noche mas, en los hijos, en una cosecha, pesca, caza, un fruto, una cria, eso es más importante que tratar de vivir una personalidad, ser famoso, rico, o tener un empleo, un comportamiento, un goce, una existencia placentera, donde el yo es primero, el centro del universo, donde dios es A NUESTRA IMAGEN Y SEMEJANZA.
De igual manera el tiempo tiene otra percepción. Estamos viviendo en un tiempo en que los negocios, los invernaderos, los consultorios, las tiendas, los mercados, los vehículos, las computadoras, el celular. la TV, la moda, el entretenimiento, las redes sociales, la Internert, orientan nuestro comportamiento, los que marcan nuestro uso del cerebro, el cuerpo. El tiempo, que antes dependía del sol hoy depende de máquinas, de inventos humanos.
La pandemia que ha destruído la percepción de la inmortalidad de los seres humano, que fue creciendo con la escritura, la fotografía, el video, la Internet, las propiedades y hoy la genética, donde es posible atrapar el tiempo, esto nos ha llevado a una nueva realidad, donde la muerte y la inmortalidad compiten, ya no es un problema individual o personal, como lo creíamos, sino un problema global, que no sólo afecta a los seres humanos, sino a toda la vida en el planeta, por culpa del calentamiento global, la extinción masiva, la contaminación, en que el ser humano es ahora el principal problema.
Al mismo tiempo por primera vez los seres humanos podemos vivir en el pasado y el presente, gracias a los estudios e investigaciones que nos permite saber incluso como vivían los dinosaurios, y hasta a pronosticar lo pasará mañana o la próxima semana en el clima, pero al mismo tiempo nos ha llevado a tener seres humanos que pueden destruir todo el planeta, porque disponen de armas atómicas, virus, substancia químicas, formas de destrucción masiva, lo que significa que nuestro tiempo, o el de nuestros hijos ya no depende del sol, de los dioses, de la naturaleza, sino de un ser humano en el gobierno de una país con capacidades militares y bélicas que no podemos imaginar.
Estamos viviendo un tiempo en que otros seres humanos son los que deciden nuestra existencia y de cuanto hay en este planeta, en el que la politica, la guerra, la desinformación y el fanatismo determinan el tiempo que tiene nuestra especie.
Esta percepción de que nuestra vida está a merced del gobernante de turno, se ha acentuado en esta pandemia, y es uno de los motivos, de la ola de suicidios en los países desarrollados como Estados Unidos, y de la desenfrenada ola migratoria latinoamericana, que ya no cree en los candidatos, las elecciones, las promesas electorales, que ahora son una mentira que nos nos ahoga en deudas, quiebras, desempleo, violencia, drogas.
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