¿LA GUERRA entre Rusia, Ucrania y OTAN, marca el fin de los partidos, las monarquías y las religiones en el poder?

La Primera Guerra mundial marcó el final de las monarquías religiosas, que fue un proceso en que las monarquías politeístas, luego las monarquías monoteístas, dieron paso a las monarquías ateístas, monarquías capitalistas, y las monarquías comunistas. En las monarquías politeístas, los gobernantes y su descendientes, llegaban al poder por voluntad de los dioses,así se convertían en semidioses, que encarnaban a dioses omnipotentes, en que la mayoría tenían formas no humanas, En las monarquías monoteístas, los gobernantes y sus descendientes encarnaban la voluntad de un dios único, como el Dios cristiano o musulmán, que por lo general, tenían forma humana. En las seudomonarquías capitalistas, los más ricos, es decir los que lograban concentrar riqueza, o poder, es decir bienes o relaciones, se convertían en gobernantes, o semidioses de un dios inventado, llamado dinero, cuya diferencia es que no estaba en otra dimensión, a la que se conocía como el cielo, sino en la tierra, y que no tenía forma, emergía de grupos humanos llamados partidos y por lo general, los gobernantes no podía gobernar a perpetuidad, ni heredar el gobierno, eran candidatos de grupos humanos, donde los partidarios perdían su personalidad, su identidad propia, se volvían seguidores ya no de un dios, sino de una idea, o de un ser humano llamado líder, pero podían escoger a cuál partido y líder seguir. Este líder, cuando llegaba al poder se podía convertir en semidiós, pero por tiempo limitado. Mientras más desarrollado el país, más poderes tiene su gobernante. En las monarquías comunistas, el gobernante, nacía de un nuevo dios llamado masa, multitud, personas anónimas, cuando la industria creó apéndices de máquinas que perdían su personalidad, su capacidad de decidir, repitiendo rutinas de manera monótona e interminable hasta convertirse en autómatas, tontos, llamadas obreros, o soldados nazis, comunistas revolucionarios, agrupados bajo el Partido Único, pues no podían elegir otra opción. Este Partido Único elegía el gobernante, este gobernante a su vez podía gobernar toda la vida, desde que fue electo, mediante interminables reelecciones, podía recomendar, pero no elegir a su sucesor. Algo similar a lo que pasa en la Iglesia Católica, en que el Papa es elegido por los cardenales, y gobierna la Iglesia hasta su muerte. A estos modelos de monarquías le sigue ahora la monarquía socialista, en que el candidato, nace de una competencia entre partidos, en las elecciones, y si gana el partido socialista, o populista, que por lo general representa a las masas, es decir a las multitudes, pero en el primero siguen a una idea, en el populismo a un líder.A diferencia de los partidos capitalistas que representan a los ricos, e inclusive son propiedad de los ricos, los partidos socialistas no, y los populistas lo pueden ser. El problema de los partidos socialistas es que se enfocan en la lucha contra la pobreza y cuando los pobres dejan de serlo, ya no quieren ser masa, ni multitud, ni ovejas, quieren ser pastores, dueños, líderes, ricos, poderosos, e incluso inmortales. Quieren los privilegios para ellos y los sufrimientos, el trabajo agotador, para las masas. Basta con recordar a Stalin o Hitler, líderes de La INTERNACIONAL SOCIALISTA, el primero, y del NACIONAL SOCIALISMO el segundo. El pecado favorido de todos estos modelos de gobierno, es la vanidad, que por supuesto es el pecado favorito del diablo. Por eso seguramente en el futuro la inteligencia artificial o los parlamentos serán lo más importante de un país, y sustituirá a los presidentes, restándoles poder, pues su vanidad, ignorancia, emotividad, o torpeza, pueden ser catastróficas para millones de seres humanos que gobiernan, e incluso para sus vecinos o el resto del mundo. Pero finalmente las máquinas inteligentes dirán a los gobernantes qué hacer, como ahora lo hacen los drones en la guerra. Los líderes en los partidos, por lo general se forman en ciertas atmósferas que marcan su destino. estino. En Ecuador Rafael Correa, creció en un ambiente donde la vanidad, que tiene dos lados, el lado bueno que es el reconocimiento o perfeccionamiento de las virtudes y cualidades personales para ser mejor, y el lado malo es que cuando llega a las metas que persigue, pero pierde contacto con la realidad, se vuelve un Adonis, que se enamora de sí mismo. Rafael Correa, el más brillante de los presidentes de la historia de Ecuador por su inteligencia, fue fácil juguete de los traidores, mentirosos, embusteros, de su propio partido, que lo elevaron a la categoría de semidiós, pero con pies de barro. Al igual que a Julio César, le clavaron la espada en el momento oportuno. Correa vivió su infancia y juventud en Guayaquil, la ciudad donde la vanidad se transpira todos los días, lo intrascendente tiene estatus supremo, lo fugaz se convierte en gloria, la violencia, la audacia, el negocio lo son todo. Pero su matrimonio con una mujer de Bélgica, sus estudios en Europa y Estados Unidos, le dieron un visión global, que le permitía entender lo diferencia entre lo trascendente o lo intrascendente, que es de lo que precisamente carecen los habitantes de su ciudad natal. Por el contrario Lenín Moreno creció en la atmósfera de la envidia, la mentira, la calumnia, el rencor, el odio, debido a su parálisis de los miembros inferiores. Su entorno cultural, la ciudad de Quito, donde la intriga, la doble moral, el engaño y el robo son cultura con quinientos años de historia, lo convirtieron en una persona inferior físicamente, que odiaba a Rafael Correa, sobre todo porque Correa, montaba en bicicleta, hacía gala del poder de sus piernas. Lenín Moreno, vivía y cultivaba la doble moral, pues para salir de su amargura escribía libros de humor, con los que disfrazaba lo que consideraba una tragedia, moverse en silla de ruedas. Una vez en el gobierno, se convirtió en un traidor, un mentiroso, un cobarde, un miserable, un rencoroso, pero con poder, esto es, con el control sobre la suerte y muerte de millones de habitantes de su país, Ecuador, a los que les llevó directo al desempleo, la crisis económica y a la muerte durante la pandemia, pero además se convirtió en un vendepatria, pues regaló las bases de Manta y Galápagos, a su protector, el presidente norteamericano Donald Trump, que lo convirtió, en una marioneta de los Estados Unidos, en silla de ruedas. Hoy volvemos a tener un presidente de Guayaquil, la tierra de la vanidad, lo intrascendente, lo fugaz, la apariencia, que vivió en la atmósfera de la codicia. Esto es de desear lo ajeno, que en Guayaquil es posible, siendo ladrón, comerciante o banquero, desde la época en que los piratas, comerciantes y políticos, convirtieron al puerto en botín, hace 500 años. Desde niño soñó con salir de la pobreza, y para eso se dedicó a apropiarse del dinero ajeno, mediante los bancos, los préstamos, los créditos. Su vida gira alrededor de multiplicar el dinero, mediante empresas en Ecuador y en paraísos fiscales, evadir impuestos, lavar dinero legal e ilegal, pues Ecuador se convirtió en la principal lavandería sudamericana del dinero del nartcotráfico, del tráfico humano, y del tráfico de oro, madera, de la corrupción gubernamental, etc., pero los bancos se apropiaron de los medios de comunicación, de la vida de funcionarios públicos, a los que manejan a su antojo, incluso cuando llegan a presidentes. El ambiente de codicia y vanidad en el que nació, le llevó a ser parte del peor fraude en la historia de Ecuador, en que los bancos robaron a las personas que tenían su dinero en ellos, miles de millones de dólares, y además los banqueros, del grupo al que pertenecía, robaron incluso el dinero del Banco Central, que garantizaba el respadlo al sucre, la moneda nacional, esto hizo desaparecer nuestra moneda, los ecuatorianos desesperados le vendieron esos papeles a precio de gallina enferma, luego, el actual Presidente de Ecuador, los cobró a su valor nominal, convirtiéndose en el banquero más rico del país. Cuando optamos por el dólar, el actual Presidente, compró los papeles que garantizaba a los estafados, que los futuros gobiernos les devolverían su dinero, una vez que se vendieran los bienes incautados a los banqueros. Hoy el Presidente de Ecuador es dueño de cuatro mil millones de dólares, ganados en sólo 20 años, en un país pobre como Ecuador, que no es lo mismo que ganar esa cifra en países desarrollados, donde el salario mínimo es 10 veces más. Es decir de 40 mil millones de dólares en USA o Australia. Sin ser el inventor de nada, que es lo que en cambio ha enriquecido a Bill Gates, o Elon Musk. Hoy Ecuador vive la secuelas de la pandemia del covid y su crisis sanitaria, la crisis económica del desempleo, la quiebra, el endeudamiento masivo, que se ha traducido en violencia criminal en la Costa, y en robo descarado y continuo en la Sierra. La crisis carcelaria, el sicariato, la emigración, el narcotráfico, son las evidencias de que el gobierno de Ecuador está perdido. El presidente multiplica los deudores con créditos, los emigrantes se van por el desempleo y la inseguridad, la corrupción está en todas partes, incluso dentro de la policía, que cuando captura droga se apropia del dinero, los celulares, vehículos, casas y la droga incautada, todo ello es ahora su botín, a tal punto que tenemos narcogenerales, denunciados por la Embajada Norteamericana, que era quién más confiaba en ellos. Embarcado en la perdida guerra al narcotráfico, el presidente Lasso va a la deriva, pues es imposible ganarla, si los paíss desarrollados siguen consumiendo y pagagando por la droga, las cifras que pagan. La pobreza y el desempleo se multiplica más rápido que la poblacion ecuatoriana. Además tiene una deuda externa en que cada habitante ya debe 4000 dolares americanos desde el día en que nace, hasta que muere. Esta deuda a prestamistas extranjeros, nos cobran con impuestos, servicios públicos caros, multas, juicios, eliminación de subsidios y del gasto público, que es gasto en educación, salud, y servicios fundamentalmente. Es imposible ganar la guerra del narcotráfico porque es contra una transnacional que incluye Estados Unidos, Europa, paises desarrollados de Asia y Oceanía, los carteles de México, Colombia, Bolivia, Brasil, Ecuador, Perú, Argentina y Chile, así como de Honduras, Nicaragua, El Salvador, Republida Dominicana, Jamaica, que operan como una red. En Ecuador lo que se puede hacer es legalizar la producción, exportación y consumo limitado de marihuana y cocaína, a los países que ya han legalizado su consumo y uso, desarrollar la educación en salud, que enseñe a los ecuatorianos a prevenirse del consumo de drogas, incluido el alcohol, que es la droga nacional, que más accidentes y muertes violentas produce, el tabaco, que es la droga que más seres humanos mata, los estimulantes, los alucinógenos, que más trastornos mentales producen, la automedicación que está creando la rsistencia a los antibióticos, el consumismo medicamentoso, que junto con los pesticidas, el estrés, o la contaminación, que favorecen el cáncer. Plantearse la lucha contra el sedentarismo, la mal nutrición, que ahora son más graves que la desnutrición. Sólo la legalización del alcohol detuvo la criminalidad en Estados Unidos en los años 20 y 30, que se produjo luego de la prohibición, precisamente. El presidente de Ecuador, a no dudarlo no sabe donde está parado, luego de la pandemia, en esta crisis económica, o ante la crisis migratoria generada desde América Latina, África, Asia y ahora en la misma Europa, por la guerra entre Rusia, Ucrania y la OTAN, que marcan el comienzo de la Tercera Guerra Mundial. La ignorancia, las dificultades físicas, la codicia, que son los lastres que carga el presidente le impiden gobernar con sabiduría su país, al que le está llevando cuesta abajo. Putin en cambio es el presidente de la Federación de Rusia, que ha desencadenado la Tercedra Guerra Mundial, en que nuevamente Europa es el epicentro, el lugar más peligroso del planeta por su arsenal nuclear, bioquímico, y químico. Una explosión nuclear o el ataque a un laboratorio de biotecnología con virus, puede desencadenar una reacción en cadena de explosiones nucleares, o una nueva peste. Europa está repleto de éstos riesgos. Además el Viejo Continente, en un imán de emigrantes del mundo, que desatan el racismo blanco, que hasta ahora ha sido la peor forma de racismo del planeta. Putin nació y creció en la llamada Guerra Fria, una atmósfera, donde el odio, la venganza, la ira, el miedo, la intimidación reinaban en toda la URSS, y los Países del Pacto de Varsovia, plagados de dictaduras sanguinarias y perpetuas, Esto formó un espía, que llegó a gobernar el país más grande de la tierra, con la mente de un individuo que por sobre todo vivió la guerra, por los que la usa para intimidar. Biden, el principal enemigo de Putin, nació en la atmósfera de la intriga, la cospiración, la negocicación, donde el dinero es el que compra y vende conciencias, arregla o daña, financia o sofoca guerras. Su vida ha sido pensar en qué hacer para manetener a Estados Unidos como la potencia ejemónica del mundo, consciente que esto fue posible gracias a guerras mundiales, por lo que las guerras mundiales, no son un peligro mayor, sino una oportunidad. Hoy usa la guerra entre UCRANIA Y RUSIA para mostrar lo que Estados Unidos puede hacer, usando a la OTAN, la guerra comercial, la guerra mediática, en la que es hasta ahora el más frecuente ganador. Zelensky, un presidente nacido de la extrema derecha neo nazi de Ucrania, que al igual que Bucaram en Ecuador, partió de ser una estrella mediática, que hacía comedia, shows, con una total incoherencia racional, debido a su sentido del humor, que no le permitió advertir, lo peligroso que era poner a su país en la línea de fuego entre la Federación Rusa y la OTAN, aliándose con los enemigos de Rusia, que era el país hermano histórica y culturalmente. Lo hace, consciente de que la OTAN no es un ejército pacificador como los Boinas Azules de las Naciones Unidas, sino un ejército agresor, que ha creado las guerras de IRAK, AFGANISTA,LIBIA, SIRIA, Etiopía Y YEMEM, que son guerras interminables, que continúan luego de que ellos hacieron el primer disparo. Ho