Mas allá de que Guillermo Lasso, haya hecho una buena campaña de vacunación contra el covid, su figura o aspecto fisico, su discurso, o forma de hablar, y las medidas económicas que ha tomado, son repugnantes para el pueblo ecuatoriano.
Ese cuerpo desgarbado, su dificultad para caminar, su rostro con dientes en la mandíbula superior salidos, su casi ceguera, escondida detrás de grandes lentes, su forma de hablar monótona, la impavidez de su rostro, su sonrisa forzada y lo que es peor, su falsa amabilidad, que invita a la concertación, al dialogo, pero esconde su estúpida codicia de banquero, la metálica dureza del dólar, su servilismo al Fondo Monetario Internacional y a Estados Unidos.
A no dudarlo el problema fundamental de su gobierno es él, Guillermo Lasso, por su falta de carisma, de atractivo. Llegó al poder sólo por la revancha contra Rafael Correa y los correistas, que gobernaron por 10 años en que les quitaron lujos, riqueza, poder, placeres, becas, cargos públicos, contratos, embajadas, a los ricos de este país, que desde hace 500 años han hecho de sus haciendas, fábricas, negocios, medios de comunicación, escuelas, colegios, universidades, clínicas privadas, centros de diversión, su paraíso privado, y a un país entero, el infierno para millones de seres humanos, que ahora está tomado por narcos, criminales, ladrones de cuello blanco y sucio, lo convirtieron un país subdesarrollado, con gente desnutrida y mal nutrida, siendo exportador de alimentos como bananas, cacao, camarón, pescado y productor de toda clase de alimentos. Ecuador es un país de mendigos, informales, desempleados, endeudados, emigrantes, siendo exportador de petróleo, oro, cobre. madera, con la mayor cantidad de tierra fértil, pisos climáticos y fuentes de agua en proporción a su superficie.
Este arribista de la clase media de Guayaquil, vive para el dios dólar, al que le rinde todos los días culto, cree que el dinero lo es todo en la vida, es la vida misma, que los pobres no son seres humanos, son apestados, seres repugnantes, enfermos mentales, estúpidas víctimas de la peor pandemia de todos los siglos en Ecuador, la pobreza, tontos a los que se les puede comprar y no le duele lo sufren en su país, el mas rico del mundo en recursos naturales.
El miedo le ha llevado a declara estado de excepción o ley marcial, para frenar a los manifestantes, que le reclaman, porque en lugar de ayudar al país a salir de la pandemia y la crisis económica, lo está hundiendo, está sembrando el país de muertos, desde las cárceles se vive la violencia, las prisiones no se dan abasto, están sobre-saturadas, los puertos pueblos y ciudades, hoy son reinos de la maldad, la codicia, el hambre, el odio, la crueldad, el robo, la corrupción. El miedo es el dueño de calles, carreteras, y está en todas partes.
El haber dedicado su vida a contar billetes, crear deudores, cobrar deudas, le hizo insensible al mundo distante de sus agencias bancarias, lo convirtió en inepto para gobernar un país muy emocional, sensible, con una gran biodiversidad y diversidad cultural, que el actual presidente ni conoce, ni valora, ni protege. Lasso es una máquina de carne hueso, convertida en Midas del Siglo XX, desfasada con el siglo XXI, el siglo de la responsabilidad ambiental, el siglo que frena al siglo anterior, que fue el de la industria, la globalización y la codicia.
Hoy no solo se enfrenta a las protestas, que estallan en todas partes a lo largo y ancho del país, sino además a la revocatoria del mandato propuesta por personas naturales, y acogida por en Consejo Nacional Electoral, a la revocatoria de mandato planteada por la Asamblea Nacional y a la ira de los indigenas, estudiantes y profesionales sin trabajo.
Su repugnante aspecto fisico, su fea forma de hablar, de expresarse, su falta de talento, conocimientos y experiencia, su insensibilidad ante la realidad nacional, su torpeza física y mental, sus mentiras de campaña electoral, le están pasando la cuenta.
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