Gobierno de Ecuador publica nombres de personas cercanas a Moreno que fueron inoculadas contra el covid-19 tras la revelación del 'vacunatorio VIP'
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La Secretaría General de Comunicación de la Presidencia de Ecuador reveló la tarde de este viernes los nombres de personas cercanas al presidente, Lenín Moreno, que han sido inoculadas contra el covid-19, en medio del escándalo suscitado al revelarse la existencia de un 'vacunatorio VIP' en el país suramericano.
A través de un comunicado, la institución confirmó —como ya lo había dicho el mandatario en una entrevista con un medio internacional, aunque no de manera oficial— que, además de Moreno, también fue vacunada su esposa, Rocío González de Moreno.
"Como es de conocimiento general, el presidente tiene doble condición de vulnerabilidad; es adulto mayor y persona con alto nivel de discapacidad", indica el texto.
Por tal motivo, añade la Secretaría de Comunicación, 10 personas fueron consideradas como "personal de primera línea" en el cuidado del mandatario, y por ello también fueron inmunizados:
- Los asistentes de silla del presidente, Fredy Miño, Carlos Sarmiento y Wilson Mediavilla Flores.
- Los militares jefes de seguridad presidencial, Andrés Ramírez y Cristina Mejías.
- La asistente personal del presidente. Liz Giler.
- La enfermera del mandatario, Zeneida Aigaje Pairon.
- Los responsables del manejo y servicio de la residencia presidencial, Ángel Patricio Jiménez, Andrés Díaz y Lucía Zambrano.
Los nombres de estas personas fueron publicados luego de que en la mañana de este viernes, 19 de marzo, el portal local La Posta revelara parte de una lista de ciudadanos que fueron vacunados de manera privilegiada, entre las cuales nombró a la primera dama, a Giler y a Miño.
El listado también incluye a funcionarios estatales, así como a empresarios y periodistas cercanos al actual Gobierno ecuatoriano.
La salida del ministro de Salud
Tras la revelación, renunció el ministro de Salud Pública, Rodolfo Farfán, cuarta persona que ha encabezado esa cartera durante el mandato de Moreno, que comenzó en 2017. El ahora exfuncionario estuvo solo 18 días en el cargo.
Farfán asumió en reemplazo de Juan Carlos Zevallos, quien renunció el pasado 26 de febrero —y se fue a EE.UU.—, también envuelto en una polémica por favorecer a ciertas personas en el proceso de vacunación, entre ellas a varios familiares suyos, en el privado y exclusivo Centro Geriátrico del Hospital de los Valles.
Además de esto, otras polémicas de 'vacunación VIP' han sacudido al país en las últimas semanas. Una de ellas fue por la jornada de inmunización realizada el 12 de marzo para 560 personas del Club Rotario, en una zona exclusiva de la ciudad de Samborondón, en la provincia de Guayas.
Un día antes se conoció que dos famosos 'tiktokers', identificados como Salomón Yasih Doumet Mendoza y María del Alma Cruz Pareja, fueron vacunados en el Hospital Teodoro Maldonado Carbo, de Guayaquil.
Actualmente, la Fiscalía General del Estado lleva adelante una investigación, principalmente contra Zevallos, sobre las irregularidades en el proceso de vacunación enLatinoamérica ante el drama del coronavirus
La atención médica ya era precaria en muchos países de América Latina. Como resultado de la pandemia, los pacientes con otras enfermedades tienen que temer ahora aún más por su tratamiento y por sus vidas.
Hay intentos desesperados de detener la llegada masiva de pacientes a los hospitales de Lima: en la capital peruana, las brigadas sanitarias circulan en automóviles desde enero de 2021 por los barrios más desfavorecidos, noche tras noche, para atender a pacientes de COVID-19 y realizar test de coronavirus a sus familiares.
La situación en el país andino es dramática. Según datos de la plataforma OpenCovid-Peru, de las 2044 camas de terapia intensiva (UCI) en el país, solo quedan disponibles 95. Y solo 7 de esas camas disponibles están en Lima, donde viven 9 millones de personas (y se ubican 923 de las 2044 capacidades del país en UCI).
"Las cifras son tan dramáticas que pueden provocar un colapso de todo el sistema nacional de salud", dijo recientemente a DW el infectólogo peruano Juan Villena, decano de la Facultad de Medicina en Lima.
Muy pocas camas de terapia intensiva en Perú
Con 2,59 camas en unidades de cuidados intensivos para 100.000 habitantes, Perú ocupa el antepenúltimo lugar en el ránking de países sudamericanos, de acuerdo con una investigación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), de mayo de 2020. La tasa de mortalidad por coronavirus en Perú es la tercera más alta del mundo.
En el país andino, los problemas de América Latina ante la pandemia se suman y magnifican. Con pocas excepciones -como Uruguay, Cuba y Argentina- todos los sistemas de salud de Latinoamérica están subfinanciados. Y el complejo panorama sanitario agrava la situación, ya que, además de las llamadas "enfermedades civilizatorias”, enfermedades crónicas como las cardiovasculares, que predominan en los países industrializados, en Latinoamérica también las enfermedades endémicas, como la malaria, hacen estragos.
La violencia como factor de enfermedad en Latinoamérica
A eso se suma un problema característico de América Latina: la violencia. Aunque en la región vive solo un ocho por ciento de la población mundial, allí se producen un tercio de los asesinatos en el mundo. Las víctimas de asaltos, tiroteos y agresiones son atendidas en primer lugar en las salas de emergencia de los hospitales, donde también se constata la muerte de un paciente.
"Los sistemas de salud latinoamericanos deben reaccionar a escenarios extremadamente diferentes. El panorama abarca desde hipertensión arterial hasta diabetes, malaria, dengue y zika”, explica Miguel Lago, director del Instituto de Estudios Sociales y Políticos (IESP) de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ).
Lago pronostica que el coronavirus producirá un aumento de la tasa de mortalidad también en otras enfermedades: "Debido a que no hay dinero para nuevas inversiones en la atención sanitaria pública, los recursos existentes se utilizan para los pacientes de COVID-19", explica. Es por eso que para otros pacientes ya no queda presupuesto.
Más muertes a la sombra del COVID-19
Justamente eso es lo que ya está pasando en Perú. Según informes de la edición online del periódico peruano Gestión, las capacidades para el tratamiento de pacientes con otras enfermedades, tanto en el sector público como en el privado, se está reduciendo drásticamente, y actualmente solo queda de un 20 a un 50 por ciento de la atención médica a disposición.
"La atención se ha reducido enormemente”, señala el presidente de la Asociación Médica de Perú, Godofredo Talavera, al mencionado diario. "Eso no está bien, porque sigue habiendo personas con enfermedades distintas del coronavirus”. En lugar de seis días a la semana, las clínicas y consultorios médicos atienden a esos pacientes solo de una a dos veces por semana.
La consecuencia: a la sombra de la pandemia del coronavirus también está aumentando la tasa de muerte de pacientes sin COVID-19. En Perú, por ejemplo, entre el 1 de enero y el 17 de febrero de este año, el número de muertes diarias por coronavirus se cuadruplicó de 59 a 252. Pero su participación en el número total de muertes diarias no superó el 22 por ciento.
Eso significa que, a pesar del coronavirus, las principales causas de muerte en la región siguen siendo las llamadas enfermedades civilizatorias. La atención médica en América Latina era inadecuada e insuficiente ya antes de la pandemia. Según un estudio de la organización Panamericana de la salud (OPS), "en América del Sur los sistemas de salud estaban aún menos preparados para una pandemia que en el resto del mundo".
"Vacunagate", el escándalo de vacunación en Perú
A pesar de la caída del número de contagios desde principios de marzo de 2021, la esperanza de mejora en Perú es mesurada. El país se ha visto sacudido en las últimas semanas por una huelga de médicos y un escándalo de vacunación. Alrededor de 500 políticos peruanos se habían adelantado en su turno de vacunación contra el coronavirus. Y escándalos como este se sucedieron también en otros países de la región como Argentina y Ecuador.
Por lo tanto, las elecciones presidenciales peruanas del 11 de abril se llevarán a cabo en un clima político tenso. En general, el balance de la Organización Panamericana de la Salud para la región es amargo.
"Los sistemas de salud en América del Sur experimentarán los efectos colaterales de la pandemia", señala el informe. Estos incluyen la falta de agua potable, el hacinamiento en los hospitales, la violencia, el desempleo y las enfermedades estacionales".
El Banco Mundial alerta del aumento de la "pobreza educativa" en América Latina
Primera modificación:
En abril de 2020, unos 1.600 millones de estudiantes habían dejado de asistir a la escuela en el mundo. De ese total, más de 170 millones se encontraban en América Latina y El Caribe, según el organismo internacional.
La pandemia del Covid-19 llevó al Banco Mundial a hacerles un recordatorio a los gobiernos de América Latina: la pobreza de un país no solo se mide en términos económicos, sino educativos.
El más reciente estudio del organismo concluye que el doble ‘shock’, sanitario y económico, generado por la pandemia, provocó “la mayor disrupción en la historia del sector educativo en la región, llevando al cierre masivo de escuelas en todos los niveles educativos”.
Los ejecutivos latinoamericanos han tratado de mitigar la falta de educación presencial a través de sistemas a distancia. Pero el Banco Mundial cree que no es suficiente y la “pobreza de aprendizaje” al final de la educación primaria podría aumentar en más del 20 por ciento. Esto significa que al menos dos de cada tres estudiantes de educación secundaria podrían caer por debajo de los niveles mínimos de rendimiento esperados.
“Todos los países deberían actuar ya mismo para asegurarse que las escuelas estén listas para reabrir de manera segura y eficaz a fin de acelerar el proceso de recuperación de los dramáticos efectos de la pandemia”, agrega el informe.
El Banco Mundial asegura que la crisis podría llevar a los sistemas educativos de América Latina y El Caribe de regreso a los años 60 y eso se traduciría en menores ingresos, debido a la pérdida de competitividad.
Para cuantificar la pérdida de aprendizaje en términos de ingresos, el organismo hace el siguiente ejercicio: “con un cierre de diez meses, un alumno promedio de la región que actualmente asiste a la escuela podría perder 23.628 dólares de ingresos a lo largo de su vida, equivalentes a 1.313 dólares de ingresos anuales”.
A mediano y largo plazo, y con una crisis económica que está afectando gravemente a la región, los países podrían experimentar pérdidas significativas de capital humano y productividad.
“Se espera que las pérdidas de aprendizaje se traduzcan en costos económicos agregados por ingresos no percibidos por un total de 1.700 millones de dólares, considerando un cierre de escuelas de diez meses”, concluye el organismo financiero.
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