La pandemia del covid 19 golpeó a Europa más que a ningún otro continente, pero además la guerra entre Rusia y la OTAN por Ucrania, con su enorme ola migratoria, el desabastecimiento de gas, las olas migratorias desde Africa, Siria o países árabes, la infertilidad, los viejos y jubilados, que se convirtieron en problema económico y social, al tener una mayor población longeva, que por lustros no trabaja, solo cobra pensiones, acostumbrada a la comodidad y al derroche.
La amenaza de una guerra NUCLEAR, ya mencionada por Putin, el gobernante de la Federación de Rusia, como recurso desesperado, ante el evidente fracaso de la operación militar especial en Ucrania, donde la estrategia de ocupación armada y consulta popular para la anexión de territorios, usada en Crimea y por Estados Unidos para arrebatarle territorios a Mexico en el siglo XIX, está encontrando una resistencia, que sobre todo desmoraliza a las tropas rusas, lo que obliga a Putin no sólo a reclutar jóvenes mayores de 18 años, incluidas mujeres, pues tiene el problema de que la mayor población rusa es femenina, en una relación de casi 20 mujeres por cada hombre, sino que además dada la infertilidad de la población, obliga a completar las tropas con mayores de 50 años, algo visto durante la Segunda Guerra Mundial, con la seria posibilidad de un accidente nuclear, por el estallido de una central atómica, porque Ucrania tiene la mayor central nuclear de energía eléctrica de Europa y muchas mas, los efectos de un accidente en una estación nuclear de energía eléctrica ya golpeó a Europa, con el accidente de Chernovil, su nube radioactiva produjo muchos trastornos de salud en los habitantes del Viejo Continente, que si sumado a la sequía, las inundaciones o heladas, cada vez mar frecuentes, que ahora producen estragos sobre mas seres humanos, afectando a ciudades más grandes, grandes áreas agrícolas, incendiando enormes bosques, como nunca en su historia, han convertido a Europa nuevamente en el epicentro de la próxima guerra mundial, de catástrofes humanitarias que antes era propias de Africa, de catástrofes económicas y ambientales frecuentes en América Latina, en un continente sobrepoblado.
Países que llegaron a tener la mayor estabilidad, comodidad y desempeño económico social, como los de Europa del Norte, en especial los países escandinavos, está entre los más susceptibles, pues están ahora en peligro de que las nubes radioactivas, arrastradas por los vientos cálidos hacia el polo, las olas migratorias hacia países ricos, el desabastecimiento energético junto con el rudo clima por el frío, hagan estragos. La falta de conflictividad de los países escandinavos con estos nuevos agentes de cambio, los expone más que el resto de Europa, en especial que los países del Mediterráneo, donde lidian con estos problemas desde hace 500 años.
Ante la guerra y a crisis que se avecina, América Latina, probablemente vulva a ser la tabla de salvación de Europa, como lo ha sido desde el descubrimiento de América. La Región posiblemente vuelva a enfrentar de manera casi irremediable una nueva invasión de europeos, que al igual que los jóvenes de Rusia, las mujeres y niños de Ucrania, quieren escapar del Viejo Continente, que ahora reviven los martirios, que siglos atrás les llegaron con la invasion de Atila y los Mongoles, la peste negra o las dos guerras mundiales.
Tengo que preparar mi casa y mi país Ecuador, para traer de regreso a mi hija, que vive en Dinamarca, pues ese ya no es un país seguro, que luego de 10 años ni siquiera le ha reconocido la residencia, sólo por ser ecuatoriana a pesar de estar casada con un danés.
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