7 de junio, 2020
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Quito -
La pandemia aún no está controlada. Los datos del Registro Civil muestran que durante el último mes, en doce provincias, las defunciones se mantuvieron por encima del promedio de los dos años anteriores, como ya sucedió en abril pasado.
En el Registro Civil se inscriben las muertes por todo tipo de causas, no solo por coronavirus. Esas inscripciones se dispararon desde que esa enfermedad llegó al país. Hasta el 31 de mayo, se registraron 17 760 defunciones por encima del promedio histórico. Esta cifra puede aumentar en los próximos días, pues aún se siguen inscribiendo decesos ocurridos en las semanas pasadas.
Esa cantidad de muertes retrata lo que ha sucedido en el país durante la pandemia. Lo hace mejor que las estadísticas que lleva el Ministerio de Salud Pública, que hasta ayer registró 3608 muertes confirmadas por coronavirus y 2429 probables.
Las estadísticas del Registro Civil muestran que la situación en El Oro es la más alarmante. Ahí hubo un incremento abrupto de muertes en abril y la cifra se mantuvo en el mismo nivel en mayo. Es la única provincia donde sucedió esto.
Los fallecimientos también se multiplicaron en abril en Guayas, Santa Elena, Manabí y Los Ríos. En estas provincias las muertes disminuyeron el mes pasado, pero igual continuaron muy por encima de los registros históricos. Algo parecido pasó en las provincias de Cañar y Chimborazo.
Para la epidemióloga Andrea Gómez Ayora el descenso registrado en mayo, en esas provincias, fue efecto de la cuarentena. Mientras menos movilidad existe, se reproducen menos los contagios y los decesos se contraen, señala.
También apunta que se podría creer que estas provincias pasaron la primera ola de la pandemia, pero no se sabe si esta ya cesó por completo o si se está levantando una segunda ola. “Podemos vivir muchas olas durante unos dos años o hasta que llegue la vacuna o un medicamento”, advierte.
Daniel Romero Álvarez, especialista en ecoepidemiología de enfermedades infecciosas, previene que las localidades que ya vivieron la primera ola aún tienen alto riesgo, pues la gran mayoría de sus habitantes no tuvo contacto con el virus. “La población que todavía está en riesgo de infectarse sigue siendo alta”, manifiesta.
En Pichincha, Tungurahua, Esmeraldas y Santo Domingo el panorama es diferente. Ahí el incremento de fallecimientos ha sido paulatino. En abril ya se rebasó el promedio de los años anteriores y en mayo la tendencia siguió al alza.
Daniel Romero apunta que estas provincias tuvieron tiempo para prepararse mejor frente a la pandemia. Viendo lo que sucedía en Guayas pudieron reforzar sus sistemas de salud. “Un sistema colapsado refleja más mortalidad”, señala.
A pesar de ello, las muertes aumentaron en mayo en esas provincias. Andrea Gómez explica que ese incremento se dio por la disminución de las restricciones de movilidad que impulsó el Gobierno durante las últimas semanas.
El resto de provincias se mantuvo en el nivel de los años anteriores y algunas, incluso, registraron menos fallecimientos. Los casos más emblemáticos de reducción son Morona Santiago y Loja.
Una explicación para esto es que el virus no haya llegado con tanta fuerza a estas provincias, coinciden ambos expertos. Gómez agrega que con la cuarentena se disminuyen las muertes por otras causas como accidentes y riñas callejeras. Romero anota que hay que esperar a ver si en los próximos días se incrementan las inscripciones de muertes ocurridas en mayo, sobre todo en la Amazonía. (I)
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