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El 24 de Mayo del 2017 empezó mi resistencia contra los traidores, los neoliberales, y los políticos mentirosos, que han gobernado y saqueado mi país Ecuador.
El 24 de Mayo del 2017, Lenín Moreno llegó a ser presidente. Ese día, no solo que viví el desengaño, sino que desde el 27 de marzo de ese año viví el desempleo, que ahora lo viven millones de ecuatorianos.
Trabajaba como médico del Seguro Social Campesino en la Provincia de Esmeraldas, en el cantón más pobre del país, el cantón Muisne, en la costas húmeda del norte de Ecuador. Aquel cantón había sido duramente golpeado por el terremoto del 16 de abril del 2016, y sus 3600 réplicas que se extendieron hasta el mes de febrero del 2017.
Durante todo aquel trágico momento, fui médico en la Reserva Marina Galera San Francisco, que va desde Punta Galera al Cabo San Francisco, y comprende 50.000 Ha de área costero-marina. Es la primera Reserva Marina de Sudamérica.
En aquel lugar había trabajado antes como médico rural en el Cabo San Francisco y luego como protector de la salud, la biodiversidad y la diversidad cultural con la Fundación Ecotrackers, de la cual soy fundador y administrador, mediante un programa de voluntarios extranjeros, que ayudaban en la zona a combatir las enfermedades, la deforestación, la sobre-pesca, la caza y pesca ilegal, la aculturación o pérdida de las culturas locales.
Desde 1982 en que hice la rural, participe en una investigación sobre la malaria con la Universidad de Heidelberg, que creó los toldos impregnados de pirimetrina, o piretro, una planta insecticida de los Andes de Ecuador, usada por los Nazis en la Segunda Guerra mundial para combatir los insectos que mataban a los soldados en las trincheras, como los piojos, garrapatas, y pulgas, y a los soldados en Africa, con la picadura de mosquitos portadores de la malaria. Y participé en la campaña en Muisne, para combatir la malaria, mediante la participación popular en la salud. que se unió a la campaña de alfabetización de adultos del gobierno de Rodrigo Borja en Muisne.
Produje dos series dramatizada de salud , cultura y ambiente en Radio Antena Libre llamada Linterna Popular y el Misterio de Tunda, que cuentan la vida de la Provincia de Esmeraldas, con todos sus problemas de salud durante los años 80, la llamada la década perdida.
Participé en la filmación de documentales sobre la destrucción de los manglares, como el realizado por el canal 4 de Londres, en 1988, llamado La Fiebre del Camarón, y que hizo CIESPAL sobre la llegada de cólera a Esmeraldas en 1989.
Hice documentales de salud para Ecuador TV sobre la salud en 12 comunidades indigenas, mestizas y negras de Ecuador entre ellas los Awa, Chachis, afroesmeraldeños, de Esmeraldas y primeros promotores de salud del país que nacieron en Muisne en la organización campesina OCAME.
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Había trabajado desde el 2012 en Boca del Sucio una comunidad en la Reserva Mache Chindul, y en Tres Vía en la Reserva de Manglares de Muisne que incluye Mompiche, Portete, Daule, en la reanimación de los promotores de salud de OCAME y la recuperación de su finca en Puerto Nuevo.
En el 2013 fui a trabajar en Tonchigue, en el primer dispensario del Seguro Social Campesino, para pescadores, que tenía desde otro horario conforme las rutinas de pesca de los pescadores, por ejemplo trabajaba desde las 11 a.m. hasta las 7 p.m pues los pescadores retornaban de la pesca nocturna al amanecer y se iban a descansar hasta las 5 pm en que volvían a salir, otros salían en la mañana y volvían en la tarde.
En ese dispensario además tenía un jardín de plantas medicinales. Combinaba el tratamiento de medicamentos con plantas medicinales, que las había estudiado desde 1982, cuando cooperé con el director del Museo de Historia de la Medicina del Ministerio de Salud, el Dr. Eduardo Estrella, que publicó las investigaciones que hice en Esmeraldas de plantas alimenticias, medicinales y útiles de la provincia, en su libro el Pan de América.
Pero en todos los lugares fui considerado un médico de alta conflictividad, porque no aceptaba la normalidad corrupta que se había florecido en esa provincia.
Desde las auxiliares, las enfermeras, los médicos, los odontólogos, había practicado formas de trabajo en la que podían cobrar un salario y obtener ganancias ilegales, faltando, vendiendo medicinas, canjeado favores de todo tipo desde sexuales hasta políticos.
Los subcentros se habían convertido en centros de adicción de la población a los analgésicos, en especial a los opiáceos, a los antibióticos y a las vitaminas, a tal punto que los ancianos, sobre todo del Seguro Social Campesino, eran los primeros pacientes todos los días para reclamar sus drogas, y nunca se curaban, pues volvían a enfermarse a la semana siguiente.
Partidos políticos que controlaban el sindicalismo estatal como el MPD, reclutaban partidarios y obtenían dinero de contribuciones, de los pacientes y afiliados, al igual que de los médicos, auxiliares, enfermeras, laboratoristas del Ministerio de Salud y del Seguro Social Campesino. En esa provincia tenía los poderes locales como la prefectura y algunos municipios, controlaban los poderosos sindicatos de la salud, la educación estatal y la Refinería Estatal de Esmeraldas, la principal empresa del Estado.
Pero el 27 de marzo, luego de una golpiza en la comunidad Same, por partidarios del CREO y el partido Social Cristiano, por defender a Rafael Correa y Lenín Moreno en una discusión en tiempos de campaña electoral en noviembre, que tendría la primer votación en enero, y de que una hermana vinculada a Alianza País me amenazara con mi despido, porque impedí que se apropiara de mis bienes, en tiempos en que el traidor Richard Espinoza, era el director de IESS, fui despedido.
Ahora se que fui afortunado al salir de aquel lugar, pues Esmeraldas multiplicó la narcoviolencia, luego del terremoto, y que al no tener baso por un accidente, hubiese sido uno de los primeros doctores que moría en esta pandemia del covid-19.
Desde el 24 de mayo del 2017 empecé este trabajo de producir todos los días ideas, análisis de la información y recomendaciones en gobernabilidad, salud y ambiente, como mi forma de resistencia a la mentira, a la traición y al oportunismo, que se volvió parte de la vida de los ecuatorianos, de manera que mentir, traicionar y ser delincuente oportunista, de cuello blanco o cuello sucio, se volvió normalidad.
Me resisto a ser un esbirro, un ladino como miles que seguían a Correa, no los quiero cerca, como los tuve, cuando asistí a las sabatinas, o a las movilizaciones de Seguro Social Campesino, en que en lugar de ponernos al frente de él para ser escuchados, para hacerle caer en cuenta al presidente por lo que estábamos pasando, o para recomendarle como podía usar los recursos del estado para aliviar a los habitantes de este país de sus angustias y necesidades, sólo nos tocaba ponernos al margen, en los lugares invisibles, para presenciar como él y sus ministros, o los esbirros, ladinos y fanáticos le glorificaban.
Me parece extraordinariamente bueno que en los 4 de Lenín Moreno, hayamos podido darnos cuenta de con quiénes, cómo, cuando, dónde, por qué y para quién los presidentes gobiernan en Ecuador, cómo se le puede manipular, cómo se les puede hacer creer mentiras. En Ecuador, los presidentes en realidad trabajan para que la gente que los puede usar, y que usan desde su imagen, para los que están prestos a darle una patada, traicionarlos, robar, engañar, mentir, cuando llegan al cargo público, o salir corriendo después de la derrota.
Es que Correa sabía lo que se tiene que hacer para cambiar al país, pero no sabía con quien se aliaba, a qué santos se encomendaba, por eso su propio vicepresidente por 6 años, que hubiesen sido suficientes para reconocer a su un enemigo, a un traidor dentro de sus filas, no lo pudo ver. Tampoco pudo ver a los 50 de los 75 asambleístas que lo traicionaron. luego de ser electos en e 2017, o a las decenas de alcaldes, concejales y consejeros, que también le dieron la espalda a él y a Jorge Glass, luego de usarlos como Caballo de Troya.
A Correa le hipnotizaron, atontaron, torearon como a toro de corrida, con fiestas, homenajes, diplomas, reconocimientos.
Los que manejaron su campaña, y luego su imagen pública, lo convirtieron en mito, en leyenda, en dios de oro con pies de barro. Hoy esperamos que haya dejado de ser ingenuo, infantil, un Icaro preso de la euforia.
Hasta mi hermana que vive la doble moral ante Dios y ante ella misma, se volvió miembro importante del Movimiento Alianza País, y uso esto para amenazarme, luego traicionó a Correa sin el menor remordimiento. Fui testigo de como una asambleísta alterna de Alianza País de Tochigue, Provincia de Esmeraldas, se vio defraudada y abandonada, cuando a su marido le dio un cáncer terminal. El presidente y el partido por el que se desvivió, ni le apoyaron, no hicieron nada por ellos en ese trágico momento
Pero puedo agradecer como otros 40.000 padres de los 20,000 estudiantes de alto rendimiento que pudieron ver a sus hijos estudiar en las 100 mejores universidades del mundo, gracias a Rafael Correa, eso es lo que me hace seguir creyendo en él, pues obras, las miles de obras que hizo, son verdaderos amores, lo demás, tienen mas de mentiras que verdades, pues ni la INTERPOL les cree, la obras que hizo, aquello que todos palpamos, son amores, lo real, lo demás nos parece mentiras leguleyas que a diario fabrican los abogados y los medios, porque ese es al parecer su natural inclinación en Ecuador. Por sus obras Correa es querido en su país y si si vuelve a participar en cualquier elección, estoy casi seguro que gana.
Pero mi resistencia no sólo es contra los ladinos de Rafael Correa, también es contra los traidores, que convirtieron nuevamente a mi país Ecuador, en un país botín, que se repartieron desde los carnets de discapacitados, hasta los hospitales, que robaron en la compras públicas de vacunas, medicamentos, oxigeno, o insumos, durante la pandemia, que hicieron de la justicia un juguete a favor de sus intereses, que usaron y fueron usados por Donald Trump y la Embajada Norteamericana, para multiplicar, el odio a Maduro, Evo Morales, Cristina Fernández, Días Cannel, Ortega, hacer desaparecer UNASUR, para volvernos a meter en la Guerra la Narcotráfico, en PROSUR, que hoy le permite a Estados Unidos tener dos bases militares en Ecuador, violando la constitución del país, controlar la justicia, la policía, el ejercito, y los medios, e intervenir directamente en las campañas electorales, fuimos entregados a Estados Unidos en bandeja de plata, al igual que entregaron a Julian Assange.
Entregarnos a Estados Unidos, sólo significó el retorno al pasado, a los viejos partidos, que en el siglo XX nos hundieron en la pobreza y hasta redujeron nuestra superficie territorial en la Amazonía, dejándonos la mitad del país continental original.
Hoy vivimos el retorno de esos viejos políticos, que ahora han vuelto a ser poder, después de haber defraudado al país, robado el dinero que las personas tenían en los bancos, pero a pesar de eso, pudo ser presidente como Guillemo Lasso, el superministro de economía, de Jamil Mahuad, el presidente que produjo la peor migración masiva de ecuatorianos, por la crisis bancaria y del sucre nuestra propia moneda, debido su mal manejo de la economía.
Hasta ahora me pregunto todos los días, por qué los aliados de Estados Unidos en Europa y Asia han tenido una suerte tan diferente a los aliados de Estados Unidos en América Latina. Colombia, que USA considera su mejor aliado en la región, vive una desigualdad catastrófica, que permite la existencia por décadas de la guerrilla, una guerra civil de 100 años, desde la Guerra de los Mil Dias, ser el reino del narcotráfico, de la impunidad por decenas de años. Ecuador, que ha terminado siendo pobre y con la mitad de su territorio original, Perú que vive la fiebre del narcotráfico y el oro, en medio de la desigualdad más atroz, México es que es hoy uno de los países mas violentos e injustos de mundo, Honduras, Guatemala, el Salvador, el llamado Triángulo Norte, que son el germen de imparables olas migratorias, en tanto Alemania, Japón, Corea del Sur, son ejemplos de países que después de ser devastados, Estados Unidos lo ha convertido en potencias mundiales
No es posible explicarnos como ha sido posible que los países de América Latina, que hemos sido los aliados incondicionales, los sacrificados proveedores de materias primas y mano de obra barata de Estados Unidos, la cuna de su riqueza, hayamos terminado como países en desgracia, que con la pandemia se ha multiplicado.
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