La Unión Soviética ,más allá de haber sido el espacio geográfico mas grande del planeta donde el ser humano construyó la utopía de que todos los seres humanos éramos iguales y creó la ILUSIÓN QUE LO MAS VALIOSO ERA TRABAJO no el dinero, algo con lo que no estoy de acuerdo pues creo que lo más valioso es la vida no solo humana sino de todos los seres que habitan este planeta.
Llegué con Verónica, mi esposa y yn grupo de 20 ecuatoriano a Moscú, a mediados del enero de 1991, hacia pocos días que había desaparecido al Unión Soviética , el primer imperio del mundo que había destinado su riqueza a los mas pobres, no como, Francia, que dejó como herencia los países mas pobres del planeta como Haití.,, sus colonias en Africa, en Asia como o Vietnam , (las ex colonias de Francia es algo de lo que debe avergonzarse ese país) y a diferencia de Inglaterra que convirtió a sus colonia en potencias mundiales como India,China, Estados Unidos, Sudáfrica, Australia.
Cuando llegamos a Sheremietevo, el aeropuerto de Moscú, Rusia era nieve sin mas señales de vida que los humanos y su ciudades. Era un contraste total con el mundo tropical del que salimos, donde la naturaleza era desbordante y lujuriosa, esto era una parte de la nada del planeta.
Veníamos del la Mitad del Mundo donde el Sol es el rey de los astros, donde al medio dia desaparecen las sombras y la luz rabiosa despierta a los colores con mil matices, aquí el sol era un visitante, un regalo que no estaba todos los días y el frío era un invasor, dueño de la memoria de los habitantes y de su conducta preventiva. Venía de un país donde la piel humana tenía brillo y se lucía como un atractivo a un lugar donde los pelos de animales muertos abrigaban a la gente y se exhibían como estatus.
Llegamos 26 ecuatorianos, captados por un visionario y al mismo tiempo astuto ingeniero graduado en la politécnica de Volgogrado, que no ejercía su profesión y que fue absorbido por el furor del enriquecimento rápido que había invadido la ex-Unión Soviética.
Era un hospital de emergencia, que se llamaba Franklin Tello, pues el hospital de la ciudad Delfina Torres, se había incendiado. Tenía solo 25 camas y debía atender a una población de mas de 200.000 habitantes mas los turistas, pues las playas de Esmeraldas eran el principal atractivo, para la Sierra Norte del país. En ese entonces las carreteras de Esmeraldas era muy malas, abundaban los turistas, los borrachos y los accidentes en especial de los buses, cuando esto sucedía, el hospital colapsaba.
Los partos se atendían en el piso, los violentos que llagaban con alguien enfermo o accidentado, rompían las ventanas y golpeaban al personal, si la atención no era de su agrado.
En este lugar tenía que cumplir 4 ciclos de práctica, Clínica, que fue bueno y tuve como tutor al Dr. Portocarrero, un médico mulato, que había aprendido a reconocer las enfermedades solo por el cuadro clínico, pues pedir exámenes de laboratorio en este hospital era imposible, ya que laboratorio y rayos X no funcionaban, era un negocio de los médicos en sus consultorios particulares y la gente que no tenía dinero quedaba endeuda o las jóvenes tenia que pagar con sexo. Luego el ciclo de pediatría, que me tocó con el primer especialista que llegó a la provincia a hacer su práctica el Dr. Walter Caicedo, que fue lo mejor que he tenido como tutor en mis estudios, pero los ciclos de cirugía, y gineco-obtetricia, fueron lo peor que tuve en mi preparación.Durante 6 meses el quirófano pasó cerrado, luego de que se intervino a un paciente con osteomielitis, la excusa era que podían esterilizarlo. Es que el negocio de los médicos era mandar a los pacientes del hospital a sus clínicas privadas y a comprar medicinas en sus farmacias. Se hacían sobre todo cirugías de apéndices "fantasmas", que estaban sanos y abortos que era ilegales.
Mi primera guardia fue terrible, me llegó una embarazada con su marido y su hija pequeña, y el rato menos pensado mientras realizaba la labor de parto se le presentó una eclampsia, el médico de guardia no estaba, y me tocó hacer frente al drama, amanecí dando respiración boca a boca y masaje cardíaco a un cadáver por dos horas; lo mas duro y triste fue darle la noticia al marido y a la niña de que su madre había muerto, pero al menos salvé a la criatura recién nacida.
Luego llegó la hora de protestar por la falta de presupuesto para el hospital, por la falta de pago de nuestros salarios, pues ya debíamos tres mese en la tienda, donde arrendábamos o donde comíamos. El Hospital se cerró por casi un mes. y todo esto me significó que mis brillantes calificaciones en la Universidad, fueran afectadas por las malas notas con los tutores de cirugía y gineco-obtetricia que se vengaron de esta forma por mis reclamos.
El tiempo libre, iba a nadra en el Rio Esmereladas o la playa pero tambien lo dedidaba a dar atención en el Barrio Venecia, en una casa, en el barrio formé un club deportivo llamado Los Onceavos porque estaba en la parada 11 de buses. El barrio Venecia era un barrio de casas de madera, conectadas por puentes de palos. Con los muchachos nos entrenábamos para correr en las calles de entrada al puerto y un día trotamos de Esmerldas a Tonsupa por la playa y encontramos un martin pescador, una variedad de ágila de color dorado, que estaba lisiado de una ala, lo cuidamos por meses hasta que pudo volar. Bajo las casas del llegaba el agua de la canalización de la ciudad y el aguaje del mar. Y la única persona que visitaba era Jackson, el hermano de Verónica y por ahí fue que nos enamoramos.
Las razones por las que no pude estudiar en el extranjero fuero, en primer lugar por haberme casado con Verónica Maldonado, una joven de Esmeraldas, que había sido reina de belleza de esta provincia, y que mientras era secretaria en el puerto petrolero de Balao, estudiaba psico-pedagogía, y se graduó de licenciada en la Universidad Técnica Luis Vargas Torres. era una joven muy guapa, reina de belleza de su provincia y vicereina de belleza del Ecuador, muy pretendida por ingenieros que vinieron a construir la refinería, y capitanes de barcos petroleros.
Un día de esos que nadie los ve llegar, aceptó vivir conmigo para formar un hogar, y dejó atrás, las lujosas y cómodas oficinas, y se fue conmigo al Cabo San Francisco, un lugar remoto en el sur de la provincia, donde yo fui de médico rural, el primer médico rural en el subcentro de esa parroquia, que cuando llegúe aun no funcionaba, asi que lo habilité.
Eso por supuesto no le gustó para nada a mi madre, la peor enemiga que tuvo Verónica, pues la veía como una caza fortunas, que quería apropiarse de parte de su riqueza; hubiese preferido que me case con una mujer adinerada. Por este delito de haberme casado si su consentimiento, ella y mi padre, me aislaron económicamente, mi padre expresamente me dijo, que no me apoyaría para que estudie en el extranjero, que ahora debía ganar dinero con mi trabajo para mantener a mi hogar, sin contar para nada con él pues desde el día aque me casé era "harina de otro costal".
Con Verónica pasamos las mas duras pruebas que una pareja joven puede pasar para probar su amor, llegamos a vivir en una casa inhabitada, que hacía tiempo se construyó para que funcione el subcentro del Cabo San Francisco, en ella había escorpiones, llegaban las congas, unas hormigas enormes que tenían un doloroso veneno en un enorme aguijón en su vientre y que la picaron, y fue tal el dolor las inyecciones de analgésicos no la aliviabvan que tuve que sedarla y dormirla.
A la casa entraban los cangrejo enormes que subían desde el río y nos amenazaban con sus tenazas, iguanas de mas de medio metro que aparecían en el servicio higiénico y en cada esquina de la parte externa del dispensario había una clase diferente de avispas. A las 6 de la tarde cuando no llegaban los gegenes unos pequeños mosquitos que producen una picadura muy irritante en los tobillos y los pies llegaban los anofelex, con su malaria que era la principal enfermedad transmitida por vectores en la zona. El subcentro no tenía agua, así que construimos canaletas de caña guadua para recoger en tanques, pero en el verano me iba a una cascada próxima a cargar agua. En el pueblo había un bullicioso generador a diesel para dar electricidad, que cuando se conectaban dos planchas se apagaba, y finalmente un vinieron los otra parroquia y se lo llevaron aunque tode el pueblo, incluso yo treté de evitarlo.
Cuando llegó el invierno de 1982, el primer presidente luego de 10 años de dictaduras murió en un sopecnosos accidente, luego de manifestarse a favor de la Revolución Sandinista de Nicaragua, a su muerte le siguió y vicepresidente de apellido Hurtado que fue nefasto, a quien le tocó enfrentar el Fenómeno del Niño mas duro del que tenga memoria. En pueblo del Cabo de San Francisco quedamos atrapados por seis meses sin poder salir y sin recibir abastecimientos médicos, por lo que me asocié con la curandera llamada Brígida que aun me acompaña y la partera Vitalia que murión e hicimos un eficiente equipo de atrabajo, mientras estudiaba e investigaba sobre las plantas y los alimentos nativos, información que periódicamente se la llevaba a mi querdo ex-´profesor de psicología médica, el Dr Eduardo Estrella y que le ayudaron para hacer su libro el Pan de América, cuando fue a hacer un año sabático investigando en los Archivos Genera de las Indias de la Casas de Contratación en Granada-España.
Aun recuerdo los dramas para salvar vidas en esas condiciones. Cierto día una niña despues de una creciente del rio que trajo palos, lodo y serpientes, fue picada por una equis, cuando comenzó a trasudar sangre comenzamos a corren llevándola en una camilla por la playa pues por la montaña el camino estaba imposible. Al cruzar el peñon que separa la playa del Cabo de playa de Bunche, la marea nos atrapó en el acantilado y haciendo proesas cruzamos al otro lado para correr por la arena y en Bunche tomar una lancha al hospital de Muisne. En el hospital no había suero antifidico así que con medicinas de curanderos, y antihistaminicos logramos salvar la vida de la niña aunque su pierna quedó deforme.
En el cabo teníamos dos perros doberman llamados mosquito y elé, que corrían libres por todo el pueblo, en las mañanas ibamos a buscar leche en Tongora en una moto que la tuve desdesde estudiante y la llevé a este lugar.
Traje a vivir conmigo por unos meses a mi Abuela, que como siempre mi madre había conseguido sacarla de la Hacienda de la Chorrera, en Tambillo, y luego de tenerla unos meses la llevé a la nueva y enorme hacienda de Tandapi.
Mientras era médico rural abiertamente apoyaba a la Organización Campesino Muisne Esmeraldas que la formaron y dirigían dos curas de la teología de la liberación que escaparon de las garras represivas de Pinochet el maldito dictador chileno. Incluso invité a que vivierna el drama del invierno al comediante Carlos Michelena, y a su grupo entre los que se encontraba el actor Francisco Aguirre que a mas de hacer teatro callejero en el Cabo, pintaron las paredes del Subcentro con una enorme planta de banano de donde se veía el fruto de la organización campesina, que eran promotores de salud, promotores de educación, tienda comunitaria, aserradero, finca, casa de la organizacion, muelle, lanchas, camiones, bodegas, tendales para secar cacao.
Un día llegó a visitarnos mi hermano mayor, que era la principal victima de ese infierno que era el matrimonio de mis padres, encontré diablillos, unas pastillas de fosforo blanco que se usa en las fiestas para hacer chispas, y que es el mas común de los venenos usados por los suicidas, avisé de esto a mis padres . En Junio pocos dias antes de su cumpleaños numero 29, ingirió el veneno. Aquella noche Verónica que había pasado muchos sustos en esta casita del dispensario, entre ellos cuando una noche un caballo metió la cabeza por la venta y la tocó en la obscuridad. La noche que mi hermano ingirió los diablillos apareció en el cuarto una enorme mariposa negra. Verónica esta asustada de ver ese animal y comenzó a gritar, luego me dijo que esas mariposas anunciaban una mala noticia, al día siguiente recibi el mensje de que mi hermano agonizaba en la Clinica San Francisco de Quito. En la tarde estando ella embarazada de 5 meses, nos embarcamos en un llanca con otros pasajeros que habían venido caminando desde Muisne, ya desde la partida tuvimos un susto pus el pescdor que nos llevaba nos pidió a todos que saltaramos al mar y dejáramos solo a Veronica en la lancha pues el motor tocó un banco de arena y la olas nos querían tragar, salimos del percance, y luego con tremendo ventarron en contra, fuimos saltando las olas. En cada salto parecía que la madera de la lancha se quebrearía, al caer de la cresta de las olas, la siguiente inundaba la embarcación y los 8 pasajeros apuradamente con recipientes tratábamos de sacar el agua que nos llegaba a la cintura. Verónica comenzó a asustarse y llorar, luego a vomitar, pensaba que iba a abortar hasta que finalmente llegamos a Tonchigue sin una gota de combustible, una tasita de café la ayudó mucho a reconfortarse.
Ella no volvió al Subcentro y a fines de octubre, por el crudo invierno tuve que prolongar mo estadía, en el Cabo, me embarque haciendo peripercias y dejando cuanto había traido para salir del lugar y luego de dos meses en Octubre poder sacar todas las cositas con las que habíamos iniciado nuetra vida matrimonial en una ranchera.
Todas mi hijas fueron atendidas en el momento de nacer por mí. Antonellita, nació el 24 amanecer 25 de Noviembre de 1982 en hospital de Seguro y la recibimos, mi querido compañero médico amigo Carlos Lascano y yo. Verónica logró volver a Trabajar en Balao y yo traté de empezar mi carrera como profesor de la Facultad de Medicina con la ayuda de Eduardo Estrella. Pero había subido al poder Leon Febres Cordero. Este era un presidente de extrema derecha, facistoide y enemigo declarado de la izquierda, asi que arremetió contra las Universidades, privándolas de presupuesto, al cabo de un año de trabajar de profesor y se haber aprovechado eso para estudia Radio en Ciespal en un curso para profesores universitarios, con la finlidad de algun dia hacer radio-salud en Radio Metropolitana la radio que mi padre la tenia alquilada a un seño Eduardo Loza. Pero la decisión de mi padre era no gastar un centavo mas en mi, inducido por mi madre, y el ultimatum de Verónica de o vivía la vida marital con ella o no, y la falta de pago por año de mi trabajo cmo profesor en la nueva escuela de Tecnología Médica area de sanemiento ambiental donde enseñaba historia y geografía de la salud a partir de un libro de Eduardo Estrellas sobre aspectos socioeconómicos de la salud, en Ecuador mas mis investigaciones sobre la ocupación del espacio físico y la propagación de las epidemias en el país.
Así que en 1983 me fui al pueblo de Atacames a abrir un modesto consultorio médico en la habitación de un hotelito de don Gerardo Perez y su esposa Doña Zoila Estupiñan en el parque
donde mi amigo el boticario Sebastian Elmer Ojeda y su esposa Doña Michita me proveían de pacientes.
Atacames vivía los últimos años como paraíso de los hippies.
Por esta razón deje de pensar en estudiar y comencé a pensar en como ganar dinero en un momento en que de las universidades de Ecuador, salían miles de médicos, y la mayoría de ellos no encontraban trabajo.
trabajé para la Universidad de Hidelberg en una investigación de malaria en la zona de Muisne, donde yo había colaborado en la formación de los primeros promotores de salud del Ecuador., pero no pude ir a estudia en ese país pues llegamos a desacuerdos, ellos llegaron con la mentira de hacer una investigación denominada "la participación comunitaria en la lucha contra la malaria" pero en realidad, como buenos alemanes, tenían un negocio atrás de la investigación y era el uso de toldos impregnados de piretroides de la casa Bayern, que descubrió el uso esta planta medicinal, el piretro en Ecuador, antes de la guerra, como insecticida, e incluso tenía plantaciones de pireto y guantug de donde sacaban la escopolamina, usada como la droga de la verdad, durante la Segunda Guerra mundial, para suprimir la voluntad, hoy llamada la droga del primer encuentro, pero de donde además sacaron la escopolamina, el más importante antiespasmódico usado para combatir los dolores que se producen en vísceras huecas como el intestino y el útero.
Pero este desacuerdo no nació del doble propósito de la investigación, sino de mi conducta masculina, mi espíritu bravío que contrastaba con el que dirigía la investigación de campo, M.M. , que era un gay camuflado en ese tiempo, hasta que finalmente pudo vivir como tal, luego de aquella investigación, hoy que los dos nos volvemos a ver en Same, donde yo vivo como médico rural y como consultor internacional de salud, él tiene una lujosa casa, yo arriendo el lugar en el que vivo y una ranchera al igual que los buses me sirven de laboratorio de observación del paisaje y las personas, nos saludamos y nos sabemos diferentes, él con su delirio por negros y mulatos jóvenes, a los que atrae con dinero, banquetes y lujo y yo por mujeres jóvenes a la que admiro y deseo pero por el amor a mi mujer y mi familia no persigo, pues siempre dos piernas ha sido el cementerio de mi iniciativas y el final del camino en cada empresa que he iniciado. La vida me ha enseñado que el sexo es algo que se puede hacer hasta con la mano, pero es el momento donde la imaginación tiende sus alas, el cuerpo calibra y libera al máximo su energía y lo que vale es solo por ese instante que queda como motivo, el amor es la edad traducida en la protección de las personas sobre todo las que te dan su cariño, el país, el arte, el pensamiento, las razones y sin razones, en cambio la amistad es compañía , es el tiempo sin límites. ni prejuicios de raza, edad, religión, gustos, guardado en el corazón de otro ser humano
Me preguntaba al trabajar para los alemanes si este país que llevó a las dos guerras mundiales en siglo XX, tenía en su entrañas el germen de la maldad. Este germen de la maldad era usar la violencia, la crueldad y el engaño para tener hegemonía, si estaba en la naturaleza de su gente, pues mi padre fue víctima de una alemana que uso su encantos para destrozar mi familia y apropiarse de la capacidad económica. La humanidad le debía mucho a los alemanes, y quizás lo que mas les debía era el invento de la imprenta por Gutemberg, pero sus entrañas duras que se traducía en un idioma que suena a martillazos, me hacía entender que los germanos, ese pueblo ario que llegó desde Persia y la India a conquistar Europa con Atila, y que se vanagloriaba de que donde pasa su ejército no vuelve a crecer la hierba y que prosperó en el Rin era también uno de los grandes motores de la humanidad como lo fue Alexander Von Humbolt.
Finalmente no puede continuar el trabajo con la Universidad Heidelberg. Me quedé sin trabajo, sin dinero y con la frustración que hasta ahora me invade, la sensación de que me es intolerable tener jefes, en tanto en la Unión Soviética se desmoronaba, pero me parecía que era propaganda yanqui, no lo podía admitir, seguía con pasión y hasta con obsesión lo que pensaba y hacía Gorbachev, ese momento vi en el periódico que ofrecía estudios en la Unión Soviética, por un precio que podía pagar si lograba arrendar el departamento en que vivía. Mi esposa verónica, aceptó mi propuesta si ella podía acompañarme, dejaríamos nuestras niñas por un año al cuidado de Doña Marujita, y toda la familia de mi esposa porque con mi familia no podía contar. Conseguimos un crédito educativo en el IECE Instituto de Crédito Educativo y nos fuimos
No hay comentarios:
Publicar un comentario