El principal problema de los trabajadores ecuatorianos hombres, es que la mayoría son alcohólicos, en segundo lugar, en Quito y en la Sierra somos plantillas, esto es impuntuales y que podemos dejar el trabajo, o faltar en cualquier momento, sin el menor remordimiento, el tercer problema es que si nos pagan anticipadamente, nos vamos a emborrachar, faltaremos , demoraremos mas en hacer el trabajo, y
si hay la posibilidad de marcharnos y dejar inconcluso el trabajo, lo haremos o lo vamos a dejar a medias, a cambio de que nos paguen más por concluir.
Si es un albañil ecuatoriano, hay que estar pendiente, porque va a robar materiales, si no tiene una vigilancia estricta, o te hará mal y de forma equivocada las cosas porque están acostumbrados a trabajar bajo la vigilancia de un maestro mayor o jefe, arquitecto, o supervisor o el dueño, y si no hay esa vigilancia , harán trampas, robarán, desistirá del trabajo.
Si es costeño el principal problema es el robo, al iniciar su trabajo es espectacular, parece que hará algo mas rápido que los demás, pero a la semana siguiente, casi no se mueve, no progresa, los materiales desaparece y lo más seguro, es que desista de seguir, luego de que haya ganado algo .
Costeños, amazónicos al igual que los trabajadores serranos, pueden faltar luego de los dos o 3 días que dura esos periodos de embriaguez, luego de los cuales, son otras personas, si no hay sanciones. Los costeños, no resisten el trabajo en equipo, toleran mal a los capataces, jefes o a cualquiera que les corrija o los dirija.
El problema se origina en la Colonia española, porque a diferencia de Venezuela, la mano de obra eran fundamentalmente indígenas, a los que se les explotaba convirtiéndolos en adictos al alcohol, mediante fiesta religiosas y toda clase de fiestas.
A los indígenas, se les permitía el uso y propiedad de pequeñas parcelas llamadas huasipungos, de manera que su subsistencia no dependían en su totalidad de pago del patrón y para alimentarse tenían que robar, lo que hizo que los españoles dijeran que indio que no roba peca. Eran tiempos en los indigenas no recibían salario , se les pagaba con sal, alcohol, víveres, o herramientas, a capricho de hacendado.
En Venezuela, los trabajadores en su mayoría fueron negros traídos de Africa, y mulatos que no tenían ningún terreno, eran esencialmente esclavos a lo que no se los quería borrachos. No se les obligó a ser católicos, pues se decía que los negros no tenían alma, y no se los sometía mediante el alcoholismo sino el látigo y la crueldad.
Con el gobierno de Chavez los venezolanos dejaron de ser los cómodos sudamericanos. que podían vivir con todo a su alcance, incluidos fines de semana en Mimi o Panamá. lugares a los que fue a parar la riqueza de Venezuela, desde que fue el más importante exportador de petróleo de Sudamérica.
Hoy en promedio, los venezolanos tienen 13 años de estudio, 5 años mas,
que la mayor parte de la población de Ecuador, que es 8 años de promedio de estudio.
Pero la debacle económica que viven los venezolanos, mas el espíritu guerrero , que lo traen desde las guerras de la independencia, les obliga a ser mejores trabajadores fuera de su país, por menos salarios, y rápidamente se dan cuenta que el alcoholismo, la mentira, la hipocresía, que es parte de la cultura de los indígenas negros y montubios o costeños de Ecuador, son los que les da la posibilidad de quitarnos trabajos, procurando ser diferentes, mas confiables, pero además, son tremendamente tenaces.
Pero muchos venezolanos, tienen pocos escrúpulos morales, en especial los que vienen de barrios pobres de Venezuela, que no dejan en muchos casos de ser delincuentes en otros países y perjudican a los venezolanos que no lo son.
La visible en la conducta de los ecuatorianos manifiesta en políticos, los policías y los empleados públicos, acostumbrados desde la conquista española a redondear el salario mediante es soborno, la coima, la extorsión, el robo, la mentira y la hipocresía, en todas las formas, y muy usual hasta hoy.
La mentira prima desde las iglesias o cultos, hasta los centros educativos , en los medios de comunicación, sacerdotes, profesores, alumnos, en el oportunismo político , o incluso en los médicos, que hacen intervenciones quirúrgicas innecesarias, o con sobreprecio, para sacar más dinero, mediante por ejemplo cesáreas, o apendicectomías fantasmas, en la presencia de tramitadores, en todas las dependencias públicas, que ganan dinero para ellos y los funcionarios que les ayudan, ello son parte de esta cultura laboral ecuatoriana.
Es raro que un taxista ecuatoriano te devuelva algo que se te extravió en su taxi.
El haber tenido como presidentes a mentirosos, traidores, hipócritas y oportunista, como Lenin Moreno, nos hizo visible, lo que es un trabajador y vecino de la capital, que usa sin remordimiento, la traición, la hipocresía , la mentira y la lástima.
Para los que votamos por Lenín Moreno el tener problemas físicos, es común en los trabajadores manuales sobre todo de la Sierra, ser mentiroso, exagerado, chistoso, embustero, plantilla y sobre todo traidor e hipócrita, era parte de la normalidad, lo común y corriente desde hace 500 años, e incluso hasta se hace gala de esto en los programas de humor, política, o entrevistas.
Este comportamiento normal por muchas generaciones capitalinas, anteriores a la pandemia del covid 19, hace fácil que cualquier trabajador extranjero nos saque de los empleos, en la medida que las crisis golpean a países vecinos como Colombia, Venezuela, o Perú.
La pandemia que se ha ensañado sobre todo en Quito, ha demostrado a los los jóvenes, que los viejos de la capital era personas más débiles que el resto de ecuatorianos y que los jóvenes aquí, son personas con deficiencias físicas, que los venezolanos las superan con un culto al cuerpo, en gimnasios y salones de belleza.
Pero sobre todo hizo ver que mentalmente no tenemos la fortaleza suficiente, por lo que vivimos una ola de suicidios de jóvenes, que en el país.
La capital, donde hay la peor calidad de aire y la mayor cantidad de jubilados de Ecuador, tambien, hay mas personas susceptibles.
La pandemia se ha ensañado en Quito, mucho mas que en el resto del país, ella nos ha hecho ver que no tenemos la capacidad de emprendimiento de los venezolanos, pensamos que ellos nos quitan los empleos, pero la realidad, es que no teníamos la capacidad de ellos de renacer, luego de dos años del inclemente azote de la pandemia.
Hoy luego de que miles de ecuatorianos también están en la calle por la peste, como los venezolanos lo están desde hace una década, nos damos cuenta que tenemos menos capacidad de resilencia, de reactivarnos que los venezolanos.
La pandemia nos permite entender por qué los venezolanos nos desplazan de los trabajo en Ecuador, y es porque pueden trabajar por salarios menores, son menos alcohólicos, mentirosos y plantillas, se atreven a trabajar en trabajos que ellos mismos los inventan, o que los ecuatorianos despreciamos.
Al parecer nosotros tenemos mucha dificultad de hacer grandes esfuerzos, y esto es visible en los músicos que tocan en la Amazonas, algo que en siglos nosotros no hemos podido hacer, convertir a la Av Amazonas en el Boulevard de la Música.
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