La noticia de la caída del Muro de Berlin, me parecía el colmo.
Nací en 1956 en Quito, hijo de una familia de abolengo que vivía en el Barrio La Mariscal, entonces el barrio de las embajadas, y la clase alta, que ya iba abandonando la zona hacia la González Suárez, el nuevo barrio de los grandes edificios. Incluso mi familia vivía en una mansión declarada patrimonio de la ciudad. situada en las calles Seis de Diciembre y Carrión esquina, que mi madre y mis hermanos, de parte de padre y madre,( porque tengo además hermanos de parte solo de padre, en una alemana), haciendo la vendieron a Books and Bites, de un americacno, y se repartieron entre ellos el dinero de aquella venta.
Pero hasta comienzos de los años 80 mi padre era el presidente del Hipódromo la Carolina, donde entre caballos de carrera nacionales e importados tenía una docena, mas una casa de campo en Conocoto , y una hacienda de 1200 Ha. con dos río y cascadas, en el bosque nublado de Tandapi, donde criaba reses.
El Dr. Luis Moreno Cordero, mi padre, llegó a ser rico, gracias a su matrimonio con mi madre, una mujer adinerada de la capital y a que todos los días estudiaba, desde las 4 de la mañana hasta las 8, incluso en los sábados y domingos, en que iba a su hacienda, así llegó ser el mas famoso abogado de la capital en derecho civil, lo que le llevó a defender a mujeres que se querían divorciar de hombres ricos, o con poder, e incluso a mujeres de mafiosos narcotraficantes de Loja, esto significó muchos problemas. El que no pudo resolver, fue el de una cliente alemana, de apellido Mongol, que le pagaba con sexo, hasta que logró embarazarse dos veces y conseguir a más de un abogado contra un tal Buendía, un poderoso abogado dueño del Banco Sudamericano, obtuvo un edificio de 5 pisos en el exclusivo barrio del Batán, por el Estado Olímpico Atahualpa, viajes y otros lujos. Estos amoríos de mi padre significaron que en 1982 mi hermano mayor Luis, que tenía problemas de tiroides y problemas de manía depresión, por esta causa se suicidara, al no resistir mas la presión de mi madre, para que sea haga abogado y la defienda de la codicia de la alemana, a la que al igual que a mi abuela paterna, las odiaba.
Yo, a diferencia de mis hermanos, amaba a mi abuela mas que a mi madre, lo que era el motivo principal de sus odios hacia esa mujer que vivía en la casa de campo de Conocoto, donde criaba gallinas pavos, patos, perros, cuyes, ovejas, sembraba maíz, frijol, habas, papas, flores, alfalfa para los caballos de carreras, que iban a convalecer por algún problema y llenaba la casa con producto para la comida.
Aquella anciana, era la curandera del barrio La Moya, en Conocoto, incluso hacía procesiones con los indigenas de lugar para que llueva, cuando la sequía parecía hacer imposible la agricultura, y a ella se le atribuía muchos milagros, con el clima, y las curaciones de personas y animales., había sido una mujer de una familia de abolengo de Cuenca, se llamada Carmen Cordero González, que a los 19 años, en 1929, se quedó viuda con dos hijos,
Aprendió esto siendo la peona, y mayordomo de una enorme hacienda de su familia llamada Virgen Corral, en la provincia de Azuay, donde ahora está la represa Mazar, que era el río de la propiedad, pero, cuando sus hijos ya entraron en el colegio, dejó ese lugar, pues con la muerte de su padre, vino la divisón de herencias, y a ella no le tocó nada, terminó de empleada de una fábrica textil, donde trabajaba 14 horas diarias de pie. Luego vino a la capital traída por su hijo y en Cotocollao, entonces una parroquia rural, criaba cerdos para ayudar a sus hijos con sus estudios.
Mi madre, la sacó de la quinta de Conocoto y buscó todas las formas de sacarla de la Hacienda de Tandapi, incluso con la complicidad de mis hermanas,primero la sacó de la Quinta de Conocoto y la envió a Cuenca, Luego, la sacó de la hacienda de Tandapi y la internó en asilo de ancianos, donde compartía la habitación con viejas decrépitas, estando ella completamente lúcida,
Finalmente en la Hacienda de Tandapi, una noche unos empleados de la misma hacienda, entraron y mediante una golpiza, y tras dos semanas de agonía en la Clínica San Francisco de Quito, murió. Mi padre un famoso cazador de delincuentes no hizo nada al respecto, y me queda la pregunta de por qué no persiguió a los criminales ?. Sospeché de que una de sus mujeres fue la autora intelectual y al meterlas a la cárcel perdía el cariño de sus hijos, que era lo que mas amaba. No he querido averiguar el asunto porque no tenía dinero, ni tiempo, pues tras la muerte de mi abuela me tocó un duro período económico, y porque el denunciar a una de las dos mujeres de mi padre, era ponerme en contra de mis hermanos, pero el único beneficiario con la muerte de mi abuela fue mi hermano Santiago, que era el que contrataba y pagaba a los peones en el tiempo que la mataron. Pero tras la muerte de mi abuela, no hubo mas comunicación con mi madre y nunca la hubo con la Sra. Mongol y logre sacar a mis hermanos de los departamentos que pertenecían a golpes, y con el que se quedó con la hacienda dejamos de hablarnos.
Esta vida de mi abuela, y mi padre, me enseño que lo que mas daña el alma es el dinero y la riqueza, junto con el odio y las sospechas. y es que por dinero, herencias o fortunas, pueden perder todo escrúpulo. Este sistema de acumulación de riqueza material, es cruel y brutal. Por eso busqué otra sociedad, como la que pregonaba la Unión Soviética y Cuba, donde los seres humanos valieran por otra cosa que no fuera su dinero
Se destacó como el mejor deportista y campeón nacional de Basquetbol, así como por sus notas, gracias a esto, obtuvo una beca del Gobierno de los Estados Unidos para estudiar derecho consular y diplomático, pero sus familiares y amigos le hicieron desistir, pues le dijeron que esa era una profesión para ricos ya que en aquellos tiempos los diplomáticos de Ecuador, se pagaban de su bolsillo los gastos de representación del país en el extranjero. Así que concluyó sus estudios de derecho en Quito y en un baile de la Cancillería, donde trabajaba, conoció a una de las mujeres mas ricas de la capital, hija de la dueña de la hacienda de la Villa Flora, hoy barrio de la ciudad y de cinco casas en la Mariscal.
Ya como abogado, si abandonar su oficina y desde ella, cuando la tenía en Plaza del Teatro, se metió en la política, y dirigió rigió la campaña del Galo Plaza a la presidencia, y luego la de Andrés F. Cordoba, desde el nuevo partido que fundó llamado Izquierda Democrática, que luego colocó en la presidencia al que un día fuese su secretario, Rodrigo Borja, pero nunca luego de trabajar en la Cancillería, desempeño cargo público. Decía que la política para lo único que le sirvió fue para tener amigos. Luego de pasar de modesto abogad a rico, como le apasionaban los caballos se unió a un club de aficionados a las carreras de Caballos como Galo Semblantes y otros, y organizaron un hipódromo en la Academia Militar del Valle en Conocoto, y luego consiguieron resucitar al Hipódromo de la Carolina de Quito, que funcionó hasta l980. En estos lugares, viví mi pasión por los caballos que era el tema de conversación en la mesa día y noche hasta que terminé los estudios de la Universidad y me fui a Esmeraldas escapando de la las escenas de celos de mi madre, que habían vuelto la casa un infierno en que solo se hablaba de las amantes de mi padre y del acoso de una novia. Mi padre continuó su vida de abogado, hacendado y padre en dos hogares, incluso luego de que me casé, tuve hijas, por este "delito", que me llevó a perder todas las opciones de estudiar en el extranjero, le acompañé a la hacienda, tratando de desarrollar en ella el cultivo de plantas medicinales y la atención médica con medicina natural, pero esto fue un desastre económico, entonces conseguí ser profesor de la Universidad Central, en una nueva escuela de Saneamiento Ambiental, aproveché para estudiar Radio en, mientras estaba en Quito, con la ilusión de rehabilitar la Radio Metropolitana que mi padre la tenía arrendada y desde´podía hacer comunicación y salud
Cuando terminé el colegio entre a la universidad, pero mi hermano mayor, había sido obligado por el gobierno y la familia a ir a la conscripción, que la hizo primero en la frontera norte, en Tulcán, donde vivió la humillación y trato brutal, así que en una de sus escapadas a Colombia, compró un libro de marxismo y se interesó en esto, vino y me comentó, lo que leía, y la vida de los campesinos en la zona donde hacía el servicio militar obligatorio. Empecé a sentir en primer lugar odio hacia los militares ecuatorianos, que en ese tiempo eran el poder pues se vivía las dictaduras impuestas por Estados Unidos y el llamado "Plan Cóndor".
Era una época en que los militares se habían vuelto una peste en America del Sur, en Colombia eran despiadados, al igual que en Chile, Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Brasil.
Antes de entrar a la facultad de medicina de la universidad Central, la universidad pública y gratuita, había entrado a estudiar derecho en la Universidad Católica. En este ambiente de los aristócratas de la capital, sentí repugnancia por esa vida donde el traje, los chistes, la reuniones sociales, la conversación era tonta, vana, vanidosa, petulante, llena de estupideces y prejuicios. Ese era el ambiente de la facultad donde se formaban los hijos de los más ricos de la capital. Un día tomé mi mochila y me fui sin permiso de mi padre a darme una vuelta como mochilero con solo 20 sucres en el bolsillo, y durante 4 meses recorrí el país, mientras mis hermanas hacían un tour por Europa.
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