Cristo puso en evidencia la crueldad del Imperio Romano, y lo hizo mediante su crucifixión.
La crueldad, venganza e impunidad que fue la principal arma de guerra del ejército romano, fue al mismo tiempo el germen de su destrucción.
Hoy JULIAN ASSANGE, es un mártir del Imperio Norteamericano, que pretendió ocultar la crueldad, el índice de maldad con el que opera el Pentágono, sus soldados y contratistas, su frecuentes guerras o bloqueos económicos, con golpes como el de Pinochet en Chile y Argentina, su Plan Cóndor, el bloqueo económico a Cuba o Venezuela y las infames guerras en Irak o Afganistán.
La libertad de prensa, la transparencia, la libertad de expresión, que son los valores que defiende a capa y espada USA, en realidad es un culto a la mentira, al engaño, a la doble moral, al uso indiscriminado de la violencia, y los medios.
Luego de la usar la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki, que convirtió a la muerte masiva instantánea en arma de guerra, la prensa y los medios electrónicos, convirtieron a la desinformación o la mala información en arma de guerra, que es lo que denunció Assange, tal como Cristo lo hizo sobre la crueldad romana, sus leyes, impuestos y códigos.
Julian Assange: la Justicia británica abre la puerta a la extradición del fundador de WikiLeaks a Estados Unidos
- Redacción
- BBC News Mundo
La extradición de Julian Assange a Estados Unidos está cada vez más cerca.
Este viernes el gobierno estadounidense ganó un recurso presentado ante el Tribunal de Apelación de Londres contra un fallo del pasado enero que había denegado la extradición del fundador de Wikileaks a ese país por riesgo de suicidio.
"El tribunal admite el recurso", anunció el juez Timothy Holroyde ante una sala abarrotada, después de concluir que el gobierno estadounidense ha ofrecido suficientes garantías de que Assange recibirá el trato adecuado para proteger su salud mental.
EE.UU. acusa a Assange de 18 cargos, incluyendo el hackeo de las bases de datos del ejército estadounidense para adquirir información sensible secreta relacionada con las guerras en Afganistán e Irak que luego publicó en el sitio web de Wikileaks.
El australiano sostiene que la información puso al descubierto abusos perpetrados por las fuerzas armadas estadounidenses.
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De ser condenado en EE.UU., Assange enfrentaría una pena de cárcel de 175 años, sostienen sus abogados.
Sin embargo, el gobierno estadounidense ha dicho que la sentencia más probablemente sería de entre cuatro y seis años.
"Peligroso y equivocado"
Los jueces superiores señalaron que la decisión de enero se tomó por el riesgo de que Assange fuera arrestado bajo condiciones carcelarias demasiado restrictivas si era extraditado a EE.UU.
Sin embargo, las autoridades estadounidenses señalaron posteriormente que no aplicaría tales medidas a menos que el periodista cometiera un acto en el futuro que las mereciera.
Al emitir el fallo, el presidente del Tribunal Supremo británico, Lord Burnett, aseguró que aquel riesgo "está excluido por las garantías que se ofrecen".
La prometida de Assange, Stella Moris, calificó el fallo de "peligroso y equivocado", y agregó que las garantías dadas por Estados Unidos eran "intrínsecamente poco fiables".
"Durante los últimos dos años y medio, Julian ha estado en la prisión de Belmarsh. De hecho, ha estado detenido desde el 7 de diciembre de 2010, de una forma u otra. 11 años, ¿por cuánto tiempo puede continuar esto?", agregó Moris en una emotiva declaración fuera del tribunal.
Reacciones
Por su parte, la editora en jefe de Wikileaks, Kristinn Hrafnsson, expresó en un comunicado su preocupación por el futuro de Assange.
"La vida de Julian está una vez más bajo grave amenaza, al igual que el derecho de los periodistas a publicar material que los gobiernos y las corporaciones consideren inconvenientes".
"Se trata del derecho de una prensa libre a publicar sin ser amenazada por una superpotencia intimidatoria".
Amnistía Internacional describió el fallo como una "parodia de la justicia" y las garantías de Estados Unidos como "profundamente defectuosas".
Nils Muiznieks, director para Europa de la organización, dijo que representa "una grave amenaza para la libertad de prensa tanto en Estados Unidos como en el extranjero".
Los jueces ordenaron que el caso debía regresar al Tribunal de Magistrados de Westminster para que un juez de distrito lo envíe formalmente a la ministra británica del Interior, Priti Patel.
OPINIÓN
Un golpe para Assange y para la libertad de prensa
El periodismo no es un crimen. Pero, ahora, un tribunal de Londres considera legítima la extradición de Julian Assange a Estados Unidos. Es un mal día para la libertad de prensa, opina Matthias von Hein.
Es un mal día para Julian Assange. Es un mal día para los periodistas del mundo entero, un mal día para la libertad de prensa, un mal día para la transparencia y el control de los Gobiernos.
Es una amarga ironía que un tribunal londinense despejara la vía para la persecución del periodista Julian Assange precisamente en el Día de los Derechos Humanos. Es una amarga ironía que esta decisión se produzca el día en que dos periodistas son honrados con el Premio Nobel de la Paz en Oslo. Igualmente amargo resulta que este fallo se de a conocer en el segundo día de la "Cumbre de la Democracia", organizada por el presidente estadounidense, Joe Biden.
Matthias von Hein
¿Fortalecimiento de los medios de prensa?
El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, acababa de destacar allí en forma grandilocuente el "papel imprescindible" de los medios de comunicación para informar a la opinión pública y pedir cuentas a los Gobiernos. "Estados Unidos seguirá defendiendo el valeroso y necesario trabajo de los periodistas en todo el mundo", dijo. Estados Unidos está dispuesto a destinar más de 400 millones de dólares al fortalecimiento de medios de comunicación independientes en diversas partes del globo.
¿Cómo se conjuga esto con la persecución durante años de Julian Assange, con la amenaza de hasta 175 años de cárcel por supuesto espionaje, sobre todo, por la publicación de documentos secretos de las guerras en Irak y Afganistán? Por la publicación de documentos que prueban crímenes de guerra estadounidenses. Crímenes por los que nadie ha sido juzgado hasta el momento. En lugar de eso, se desató una vendetta contra el periodista,gracias al cual el mundo pudo conocer esos aspectos de la operación bélica estadounidense.
Incontables son ya las organizaciones que han demandado la liberación de Julian Assange. Entre ellas se cuentan Amnistía Internacional(AI), Reporteros sin Fronteras (RSF), Human Rights Watch (HRW) y también la Federación Internacional de Periodistas (FIP), con sus 600.000 miembros.
Los regímenes autoritarios observan
Todos estas organizaciones ven el sufrimiento del fundador de Wikileaks, aislado en una cárcel de alta seguridad. Y ven el peligro que emana de su persecución para la libertad de la prensa a nivel mundial. Los regímenes autoritarios ya se remiten al caso de Assange al rechazar las críticas a su forma de tratar a los periodistas críticos.
Desde el punto de vista técnico, esta audiencia de apelación solo se refería al riesgo de suicidio que podía correr Assange en caso de ser extraditado a Estados Unidos. Solo este riesgo, considerado alto en el juicio de primera instancia, había motivado el fallo judicial que denegó la extradición en enero. Ahora, garantías habrían de asegurar que Assange no sea mantenido en Estados Unidos en las condiciones de reclusión inhumanas que testigos describieron en la primera instancia.
En vista de los planes de atentado del anterior Gobierno estadounidense, que reveló hace poco un equipo de periodistas de investigación, cabe dudar de tales garantías. Y hasta el Relator Especial de la ONU sobre la Tortura, Nils Melzer, habla desde hace tiempo de un escándalo judicial en relación con la persecución "con motivación política" contra Assange. Fueron tantas las violaciones de las reglas procesales comunes y las transgresiones legales que investigó, que dieron para escribir un libro.
Pinochet en casa, Assange en la cárcel
La defensa de Assange apelará el fallo. En consecuencia, el caso seguirá prolongándose. Y ya es hora de que Julian Assange no tenga que seguir el desarrollo del proceso desde la cárcel. La justicia británica debería dejarlo de inmediato en prisión domiciliaria. En otros casos, la Justicia británica no tuvo problemas con esa modalidad.
Baste un ejemplo famoso: cuando España solicitó, a fines de la década de 1990, la extradición del exdictador chileno Augusto Pinochet, el responsable de la muerte de miles de personas pudo esperar el término de los 16 meses de proceso confortablemente desde una residencia al sur de Londres. Hasta que fue liberado.
En los últimos años, se ha dicho una y otra vez que Occidente compite contra los sistemas autocráticos. Si el anfitrión de la "Cumbre de la Democracia", Joe Biden, toma en serio eso, debería intentar ser mejor que los dictadores de este mundo. La defensa del periodismo libre empieza por casa. Estados Unidos debería acabar por fin con la persecución contra Assange. Esto es una vergüenza para las democracias del mundo.
Correa califica de "sinvergüenza" a Lenín Moreno por "negociar con la cabeza de Assange" para facilitar su extradición a EE.UU.
El expresidente de Ecuador Rafael Correa tildó de "sinvergüenza" al también exmandatario de ese país, Lenín Moreno (2017-2021), por entregar al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, y facilitar su extradición a EE.UU., que fue autorizada recientemente por una corte de Londres.
La decisión de que sea extraditado fue tomada por el Tribunal Superior de Justicia de Londres, corte que se consideró satisfecha con las garantías de la parte estadounidense de que Assange no será sometido al duro régimen, conocido como medidas administrativas especiales, cuando esté bajo custodia en el país norteamericano.
Todo este proceso en contra de Assange se ha llevado a cabo en la Justicia británica, luego de que el fundador de WikiLeaks fuera detenido en abril de 2019 en la embajada de Ecuador en Londres. La aprehensión se produjo después de que el gobierno de Moreno le retirara el asilo del que gozó durante siete años, y que le fue concedido en 2012 durante la administración de Correa.
En entrevista con RT, Correa consideró que Moreno "negoció con la cabeza de Assange" desde que inició su mandato.
En ese sentido, explicó que el 30 de mayo de 2017, apenas seis días después de asumir el cargo, el exmandatario "ofreció entregar a Assange a cambio de ayuda financiera de los EE.UU.", durante una reunión con Paul Manafort, exjefe de campaña de Donald Trump.
Correa hizo referencia al artículo 41 de la Constitución de Ecuador, que habría sido violado por Moreno al expulsar a Assange de la Embajada de Quito en Londres, que señala: "Se reconocen los derechos de asilo y refugio, de acuerdo con la ley y los instrumentos internacionales de derechos humanos. Las personas que se encuentren en condición de asilo o refugio gozarán de protección especial que garantice el pleno ejercicio de sus derechos. El Estado respetará y garantizará el principio de no devolución, además de la asistencia humanitaria y jurídica de emergencia".
"Moreno destrozó la Constitución ecuatoriana", enfatizó. Durante la entrevista, Correa recordó que su administración le entregó el asilo a Assange "porque no había ninguna garantía al debido proceso".
"Un regalo"
Assange es acusado en EE.UU. de cargos por espionaje y piratería informática, tras la publicación de cientos de miles de páginas con documentos militares secretos y cables diplomáticos sobre las actividades del país norteamericano en las guerras en Irak y Afganistán, que fueron difundidos por su portal de filtraciones WikiLeaks desde 2010. Los cargos conllevan una sentencia máxima de 175 años de prisión.
Correa ironizó que la aprobación de su extradición a EE.UU. "es un regalo por el Día de los Derechos Humanos", que se celebra justo este 10 de diciembre.
"Que paradoja que el Día Internacional de los Derechos Humanos se cometa tremendo atentado a los derechos humanos de un periodista, por el pecado de haber dicho la verdad", añadió.
El exmandatario también calificó de "doble moral" e "hipocresía total" todo este proceso contra el australiano.
"Por denunciar crímenes de guerra, en lugar de sancionar a los criminales de guerra, los criminales de guerra persiguen al que denunció", dijo.
Del mismo modo, especuló que si Assange hubiera revelado secretos de China, de Rusia o de los gobiernos de izquierda latinoamericanos, "estaría siendo aplaudido por toda la gran prensa internacional, homenajeado en los congresos de EE.UU., en el Parlamento del Reino Unido". Sin embargo, como sacó a la luz documentos de un "país hegemónico", ahora "es un criminal".
De acuerdo con Correa, este proceso busca un "efecto demostración", para que "nadie más se atreva a denunciar los secretos de las grandes potencias".
El equipo legal de Assange, Birnberg Peirce Solicitors, informó que cualquier apelación a la Corte Suprema se haría en base a la cuestión de las garantías, más que a la libertad de expresión o "la motivación política de la solicitud de extradición de Estados Unidos".
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