En la sociedad del conocimiento, el que países considerados potencias nucleares tengas presidentes ignorantes, impulsivos, vanidosos, violentos, torpes, es un peligro para el planeta Tierra. Probablemente en el futuro cercano, computadoras ultrasofisticadas, con la mas detallada y minuciosa información del país y de otros países, que le son provistas por satélites, estudiosos, investigadores, profesionales de todas las ramas, o de todos los seres humanos que se registran en redes sociales, y que su trayectoria en el planeta está guardada en nubes como las de Google, Amazon, Microsot o Apple, por redes sociales chinas como Allibaba, o rusas, Europeas, o por Samsung de Corea del Sur, serán las que tomen las decisiones, pues es evidente que el tiempo en que una figura política, un dictador, un presidente electo, tome decisiones está pasando rápidamente.
El que Estados Unidos se haya convertido en el estado más agresor del planeta, llevando adelante guerras armadas como las de Afganistán, Siria, Irak, Yemen, Somalia, o guerras llamadas al narcotráfico contra Panamá, México, Colombia, Ecuador, Perú o Bolivia, donde quiere e impone gobiernos, y ahora contra Venezuela, o que lleva adelante su guerra migratoria contra todos los países de América Latina, y los países musulmanes, proveedores de ilegales en Europa y Norteamérica, esté llevando a una guerra interna contra estados de mayoría hispana como California, New York, que tienen ciudades santuario, o Texas, que de paso, son los estados más ricos, es una guerra racista, que puede desembocar en la separación de estos estados de la Unión, y sigan el ejemplo de Inglaterra, que se separó de la Unión Europea, o de los países de la ex Unión Soviética y del Pacto de Varsovia.
Que Donald Trump haya llevado adelante una guerra comercial con China, que ha sido el punto de partida de la catástrofe económica del mundo, acelerada y multiplicada exponencialmente por el coronavirus. Es una pandemia global que ha paralizado a las personas, empresas y países, obligándolos a cuarentenas y toques de queda, que han modificado las relaciones humanas, las formas de aprender y estudiar, de comunicarse, de convivir, de cuidarse, de protegerse, en que las fronteras, las aulas, las oficinas, los consultorios médicos, los centros de observación de pacientes asintomáticos, o con síntomas leves están desapareciendo, pasaron a estar en cada casa. Es una pandemia que despierta a todos los demonios de un colapso económico sin fronteras.
El que un político confunda su intereses personales, como ganar las próximas elecciones, con el riesgo que acarrean sus caprichos, su intensiones, su desinformación, su desconocimiento, su avaricia, su codicia, su vanidad, su intolerancia, su racismo, su sexismo, sus fobias, pero disponga de armas nucleares, ejércitos ciegos, brutales medidas económicas, es tremendamente peligroso.
El un presidente proteja a gente y empresas con ganancias contadas en billones de dólares, que saquean el planeta, que debastan los océanos, las selvas, que contaminan el planeta o crean poblaciones y países enteros arrastrados a una codicia sin fin, nos amenaza a todos.
Un presidente o un gobierno que despierta olas migratorias de desesperados en su frontera sur, la destrucción de la naturaleza, incendios incontrolables, que es aliado de presidente como Boslonaro, que no ve los deshielos temibles, las inundaciones, sequías o tormentas, que rechaza las acciones globales, para frenar el cambio climático, fijadas en un acuerdo global como el Acuerdo de Paris, que tiene la posibilidad de controlar la voluntad de cada ser humano, mediante los medios electrónicos, o guerras cibernéticas y mediáticas, de manipular elecciones, o de interpretar la realidad a su antojo, conveniencia, capricho, como nos es evidente en Donald Trump, pone en tela de juicio, el derecho del gobierno Estados Unidos de decidir la suerte y muerte de otros países, gobiernos, personas dentro y fuera de su propio territorio, de las especies en la tierra, o del clima.
El gobierno Estados Unidos, hoy convertido en el mayor perjudicado por el coronavirus, o covid 2, se enfrenta a todos los demonios que pretendió encerrar en una caja de pandora llamada desarrollo capitalista, en que los seres humanos del planeta son arrastrados por las innovaciones tecnológicas, los medios, el entretenimiento, las ganancia exorbitantes.
La loca guerra que inició contra Venezuela y Maduro, en que se enfrenta directamente con Rusia y China, y a un ejercito entrenado por cubanos que ya derrotó al ejercito norteamericano, inglés y sudafricano en Angola y otros países africanos, que ha resistido desde 1959 al poderoso Estados Unidos, al que incluso ha amenazado con una guerra nuclear, apoyado por la ex URSS, sumado a que enfrentará a un ejercito entrenado por sandinistas que derrotaron a Estados Unidos en la guerra de los Contras, financiados por la CIA mediante el tráfico de drogas. Hou Nicaragua es otro aliado leal de Venezuela como Cuba, que lleva 40 años de resistencia a los gringos, tiene expericia de un enfrentamiento prolongado, a Estados Unidos, es pues un país entrenado y bien fajado, que ya sabe como llevar una guerra de resistencia desde 1922, con Sandino que enfrento la primera invasión de Marines en Centroamérica.
La loca guerra de Trump en América Latina lleva también a Estados Unidos a enfentarse con guerrilleros colombianos, que los han derrotado desde hace 60 años sin miedo a la CIA, al ejército yanqui y sus 7 bases militares en Colombia. Esta invasión a Venezuela, hecha abajo el Acuerdo de Paz que en realidad no se ha podido implementar en ese país andino. Una guerra como la que pretende con Venezuela y el narcotráfico, lleva a sus marines a enfrentarse a milicias que suman mas de 5 millones de milicianos venezolanos, capaces de resistir en sus barrios, aldeas, llanos, montañas, ríos o playas, ahora apoyados por también por Irán, Corea del Norte, Siria, Afganistán, Vietnam, Palestina, países que están o estuvieron en guerra con USA, que son amenazados o fueron destruidos por Estados Unidos, lo que ha creado en ellos un profundo resentimiento o viven crisis y bloqueos inhumanos.
Este comflicto también puede despertar el resentimiento de Alemania y sobre todo de Japón, hoy aliados de USA, pero que vivieron una dolorosa derrota, imborrable y multiplicada por las películas y documentales, que les recuerda a sus padres, abuelos, bisabuelos muertos por armas infames como bombardeos, y sobre todo por la bomba atómica, que no tenia porque se usada en ciudades llenas de personas inocentes que no eran soldados, como Hiroshima o Nagasaki, un crimen de guerra que será condenado en el futuro.
Si a esto sumamos la pobreza de los países del patio trasero, que es en realidad es el peor enemigo de Estados Unidos, y de donde nació la Teología de la Liberación en Perú y Brasil, o donde nació el socialismo del Siglo XXI, en gobiernos con éxito, en Argentina, Brasil, Bolivia y Ecuador.
Hoy Estados Unidos no se enfrenta sólo a narcotraficantes, y pobres, se enfrenta a ideas, y nuevas ideologías, nuevas forma de ver e interpretar la realidad latinoamericana, a UNASUR y CELAC que abrigan a países que quieren librarse de la tutoría norteamericana.
Estas ideas es algo peor que el narcotráfico, algo imposible de derrotar con las armas.
A lo mejor el coronavirus simplemente marque el fin del último presidente estúpido, vanidoso e infame del mundo desarrollado, y de la última potencia imperial de Occidente.
Las potencias imperiales de Occidente, que un día dominaron todos los continentes, comenzaron a desaparecer luego de la Primera y Segunda Guerra Mundiales, que fue un enfrentamiento entre ellas y de la Guerra Fria, q un enfrentamiento entre las agonizantes potencias europeas con sus colonias, en Africa, Asia o el Caribe patrocinado por la URSS y China.
El coronavirus al igual que la peste bubónica, que marcó el fin del Imperio Bizantino, probablemente marcará el fin del Imperio Norteamericano y de la opresión sobre los países de su patio trasero.
El que mueva a su poderoso ejército contra los países al sur de su frontera, en el Rio Grande, es señal que la liberación de sus colonias manipuladas mediante la OEA y el PROSUR, va tocando a su fin, pero también, es muy cierto que esto puede costar una gran destrucción de la naturaleza en la zona mas biodiversa del planeta Tierra, algo mas grave que la pandemia, y que se desate una catástrofe natural sumada a una catástrofe humanitaria, como ha sido el precio de todos los países que se han enfrentado a Estados Unidos.
Si las Naciones Unidas, otras potencias mundiales y el pueblo norteamericano no frenan en las próximas elecciones al narcisista y casi decrépito presidente Donal Trump, y al llamado Estado Profundo que son el Pentágono, la Casa Blanca y el Departamento de Estado, que al igual que la Guardia Pretoriana de Roma, que gobernaba al final de aquel Imperio, y que gobiernan sin el voto popular los Estados Unidos.
El llamado Estado Profunda, o autónomo de la USA, que tienen como norma hacer lo que quiere la CIA, sus generales, y altos funcionarios en favor su famosos INTERESES y el presidente de los Estados Unidos, ha pasado a ser la peor amenaza a la vida y la paz del planeta.
Estados Unidos despliega una fuerza naval cerca de aguas de Venezuela "para combatir el narcotráfico"
El gobierno de Estados Unidos anunció este miércoles la movilización de una fuerza naval militar hacia el Caribe, cerca de aguas de Venezuela, y el Pacífico oriental.
Buques destructores, barcos de combate, aviones y helicópteros fueron enviados a realizar tareas de "vigilancia" cerca de Venezuela, casi una semana después de que el Departamento de Justicia de EE.UU. acusara al presidente Nicolás Maduro y otros altos dirigentes chavistas de tráfico de drogas y otros delitos.
"Estados Unidos está lanzando una operación mejorada de lucha contra el narcotráfico en el hemisferio occidental para proteger a los estadounidenses del azote mortal de los narcóticos ilegales", señaló el presidente de EE.UU., Donald Trump, desde la Casa Blanca.
"No vamos a permitir que los carteles de la droga aprovechen la pandemia para amenazar la vida de estadounidenses", añadió.
Trump realizó el anuncio acompañado del secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper, antes de ofrecer su habitual rueda de prensa sobre la situación de la pandemia en EE.UU.
Esper indicó que "el régimen ilegítimo de Maduro en Venezuela confía en los beneficios que le llegan de la venta de droga para mantener su poder opresor".
"El pueblo venezolano sigue sufriendo enormemente por el control criminal de Maduro sobre el país", añadió el secretario de Defensa.
Poco después, el vicepresidente de Venezuela, Jorge Rodríguez, calificó el anuncio como "un intento de desviar la atención" sobre lo que está ocurriendo en Estados Unidos con la crisis sanitaria por la covid-19.
El anuncio de Estados Unidos llega después de que el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, anunciara el pasado 26 de marzo la presentación de cargos formales contra Maduro y dirigentes allegados, a los que acusa de ser parte de un plan en connivencia con miembros disidentes de la guerrila colombiana de las FARC para el envío masivo de drogas hacia Estados Unidos.
Maduro rechazó las acusaciones como "falsas" y acusó a Donald Trump y a su gobierno de comportarse como "cowboys racistas del siglo XIX".
El gobierno de Estados Unidos anunció este miércoles la movilización de una fuerza naval militar hacia el Caribe, cerca de aguas de Venezuela, y el Pacífico oriental.
Buques destructores, barcos de combate, aviones y helicópteros fueron enviados a realizar tareas de "vigilancia" cerca de Venezuela, casi una semana después de que el Departamento de Justicia de EE.UU. acusara al presidente Nicolás Maduro y otros altos dirigentes chavistas de tráfico de drogas y otros delitos.
"Estados Unidos está lanzando una operación mejorada de lucha contra el narcotráfico en el hemisferio occidental para proteger a los estadounidenses del azote mortal de los narcóticos ilegales", señaló el presidente de EE.UU., Donald Trump, desde la Casa Blanca.
"No vamos a permitir que los carteles de la droga aprovechen la pandemia para amenazar la vida de estadounidenses", añadió.
Trump realizó el anuncio acompañado del secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper, antes de ofrecer su habitual rueda de prensa sobre la situación de la pandemia en EE.UU.
Esper indicó que "el régimen ilegítimo de Maduro en Venezuela confía en los beneficios que le llegan de la venta de droga para mantener su poder opresor".
"El pueblo venezolano sigue sufriendo enormemente por el control criminal de Maduro sobre el país", añadió el secretario de Defensa.
Poco después, el vicepresidente de Venezuela, Jorge Rodríguez, calificó el anuncio como "un intento de desviar la atención" sobre lo que está ocurriendo en Estados Unidos con la crisis sanitaria por la covid-19.
El anuncio de Estados Unidos llega después de que el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, anunciara el pasado 26 de marzo la presentación de cargos formales contra Maduro y dirigentes allegados, a los que acusa de ser parte de un plan en connivencia con miembros disidentes de la guerrila colombiana de las FARC para el envío masivo de drogas hacia Estados Unidos.
Maduro rechazó las acusaciones como "falsas" y acusó a Donald Trump y a su gobierno de comportarse como "cowboys racistas del siglo XIX".
En qué consiste el plan
En su comparecencia, ni Trump ni sus asesores dieron muchos detalles sobre qué medios exactamente incluirá el despliegue.
Pero poco después, el Comando Sur del Ejército de Estados Unidos afirmó en un tuit que la iniciativa supondrá "duplicar las capacidades en la región" de Estados Unidos.
Estados Unidos considera a Nicolás Maduro un "dictador" al frente de "un régimen corrupto", por lo que a comienzos de 2019 reconoció como presidente interino de Venezuela al líder opositor Juan Guaidó, un paso que después siguieron la mayoría de países de la Unión Europea y América Latina.
El gobierno de Donald Trump ha aplicado una política de presión diplomática que busca forzar la salida de Maduro del poder.
La oficina de Juan Guaidó emitió un comunicado en el que saludó el anuncio de Washington "como una acción positiva para frenar las redes narcoterroristas que ha impulsado el régimen de Nicolás Maduro".
En su comparecencia, ni Trump ni sus asesores dieron muchos detalles sobre qué medios exactamente incluirá el despliegue.
Pero poco después, el Comando Sur del Ejército de Estados Unidos afirmó en un tuit que la iniciativa supondrá "duplicar las capacidades en la región" de Estados Unidos.
Estados Unidos considera a Nicolás Maduro un "dictador" al frente de "un régimen corrupto", por lo que a comienzos de 2019 reconoció como presidente interino de Venezuela al líder opositor Juan Guaidó, un paso que después siguieron la mayoría de países de la Unión Europea y América Latina.
El gobierno de Donald Trump ha aplicado una política de presión diplomática que busca forzar la salida de Maduro del poder.
La oficina de Juan Guaidó emitió un comunicado en el que saludó el anuncio de Washington "como una acción positiva para frenar las redes narcoterroristas que ha impulsado el régimen de Nicolás Maduro".
Venezuela siempre vuelve
Guillermo Olmo, corresponsal de BBC News Mundo en Venezuela
Ahora que la pandemia coloca a Estados Unidos frente a la amenaza más letal desde la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Donald Trump desempolva el dossier de Venezuela.
Tras meses con su política exterior orientada en otra dirección, en el momento más crítico, Maduro vuelve a ser el objetivo y lo militar, un factor de la ecuación.
Maduro jugó en 2019 a resistir el farol y sobrevivió. Una intervención en Venezuela ofrecía entonces mucho más riesgos que beneficios para Trump.
Pero en unos meses habrá unas elecciones en Estados Unidos y quizá el candidato Trump tenga interés en que otro tema haga olvidar durante la campaña su gestión de la emergencia sanitaria.
Aunque nada de lo anunciado hasta ahora por Washington en su nueva ofensiva representa una amenaza más concreta ni efectiva que las que se formularon entonces, el coronavirus lo cambia todo vertiginosamente y si hay un estado que parece vulnerable a los estragos económicos de la pandemia ese es el venezolano.
Aunque si hay algo que no se le puede discutir a Maduro es su capacidad de mantenerse en el poder contra viento y marea.
Guillermo Olmo, corresponsal de BBC News Mundo en Venezuela
Ahora que la pandemia coloca a Estados Unidos frente a la amenaza más letal desde la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Donald Trump desempolva el dossier de Venezuela.
Tras meses con su política exterior orientada en otra dirección, en el momento más crítico, Maduro vuelve a ser el objetivo y lo militar, un factor de la ecuación.
Maduro jugó en 2019 a resistir el farol y sobrevivió. Una intervención en Venezuela ofrecía entonces mucho más riesgos que beneficios para Trump.
Pero en unos meses habrá unas elecciones en Estados Unidos y quizá el candidato Trump tenga interés en que otro tema haga olvidar durante la campaña su gestión de la emergencia sanitaria.
Aunque nada de lo anunciado hasta ahora por Washington en su nueva ofensiva representa una amenaza más concreta ni efectiva que las que se formularon entonces, el coronavirus lo cambia todo vertiginosamente y si hay un estado que parece vulnerable a los estragos económicos de la pandemia ese es el venezolano.
Aunque si hay algo que no se le puede discutir a Maduro es su capacidad de mantenerse en el poder contra viento y marea.
Cuándo llega el anuncio
El anuncio de Washington se produce en un momento en que el país sufre el golpe de la pandemia de covid-19, que hasta la fecha ha causado más de 4.000 muertes en Estados Unidos.
En la misma comparecencia en que informó sobre el despliegue militar cercano a Venezuela, Trump dijo que "las próximas semanas serán terroríficas en Estados Unidos" a causa de la pandemia de covid-19.
Llega también la víspera de la comparecencia de Guaidó ante la Fiscalía venezolana, que lo acusa de participar en un plan para terminar con la vida de Maduro.
En las últimas semanas, el gobierno de Maduro redobló sus llamamientos a que Estados Unidos levante las sanciones contra intereses del estado venezolano para hacer frente a la amenaza del coronavirus.
Después de años de una grave crisis económica, y con un tercio de su población en situación de inseguridad alimentaria, según el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, Venezuela es considerado por la Organización Panamericana de la Salud uno de los países más vulnerables de América Latina ante la amenaza del coronavirus.
En este contexto, Venezuela parece haber regresado a la agenda política estadounidense, con varios anuncios desde Washington en los últimos días.
Tras la presentación de cargos formales contra Maduro, el secretario de Estado, Mike Pompeo, presentó el pasado 31 de marzo una propuesta para una "transición democrática" en Venezuela que contempla la renuncia de Maduro y la formación de un gobierno de unidad que guíe al país hasta nuevas elecciones.
La Cancillería venezolana respondió en un comunicado que Venezuela "no acepta, ni aceptará jamás, tutelaje alguno, de ningún gobierno extranjero".
Un alto funcionario del Departamento de Estado dijo este miércoles que "la comunidad internacional debe empujar" para la celebración de elecciones en el país este mismo año.
El anuncio de Washington se produce en un momento en que el país sufre el golpe de la pandemia de covid-19, que hasta la fecha ha causado más de 4.000 muertes en Estados Unidos.
En la misma comparecencia en que informó sobre el despliegue militar cercano a Venezuela, Trump dijo que "las próximas semanas serán terroríficas en Estados Unidos" a causa de la pandemia de covid-19.
Llega también la víspera de la comparecencia de Guaidó ante la Fiscalía venezolana, que lo acusa de participar en un plan para terminar con la vida de Maduro.
En las últimas semanas, el gobierno de Maduro redobló sus llamamientos a que Estados Unidos levante las sanciones contra intereses del estado venezolano para hacer frente a la amenaza del coronavirus.
Después de años de una grave crisis económica, y con un tercio de su población en situación de inseguridad alimentaria, según el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, Venezuela es considerado por la Organización Panamericana de la Salud uno de los países más vulnerables de América Latina ante la amenaza del coronavirus.
En este contexto, Venezuela parece haber regresado a la agenda política estadounidense, con varios anuncios desde Washington en los últimos días.
Tras la presentación de cargos formales contra Maduro, el secretario de Estado, Mike Pompeo, presentó el pasado 31 de marzo una propuesta para una "transición democrática" en Venezuela que contempla la renuncia de Maduro y la formación de un gobierno de unidad que guíe al país hasta nuevas elecciones.
La Cancillería venezolana respondió en un comunicado que Venezuela "no acepta, ni aceptará jamás, tutelaje alguno, de ningún gobierno extranjero".
Un alto funcionario del Departamento de Estado dijo este miércoles que "la comunidad internacional debe empujar" para la celebración de elecciones en el país este mismo año.
Estados unidos
Coronavirus en América Latina: las cuarentenas que se rompen a diario en las fronteras de Centroamérica
La escena resulta paradójica. Desde hace varias semanas el gobierno de Guatemala mantiene cerrada su frontera con México, como una medida para contener la pandemia de covid-19.
Nadie puede entrar al país por sus garitas migratorias, oficialmente cerradas por la emergencia.
Pero a unos metros, diariamente cientos de personas cruzan el Río Suchiate, que sirve de frontera en el lugar, prácticamente sin ningún control sanitario dicen organizaciones civiles.
Muchas son migrantes provenientes de Honduras o El Salvador, así como de sitios tan lejanos como Asia y África.
- Cómo combate el coronavirus cada país de América Latina
- Qué capacidad tienen realmente los diferentes países de América Latina para hacer frente a la epidemia de coronavirus
Lo que sucede en la frontera sur mexicana se repite en el resto de Centroamérica, donde las cuarentenas en casi todos los países no han logrado contener el flujo migratorio, reconocen autoridades.
Un ejemplo es Costa Rica, donde se confirmó el primer caso de covid-19 en la región.
El gobierno estableció una operación especial en sus fronteras con Panamá y Nicaragua, en la que participan todas las policías de ese país.
La estrategia logró reducir la cantidad de migrantes irregulares que ingresan a su territorio, asegura Stephen Madden, Director de la Policía Profesional de Migración.
Pero no ha logrado contener por completo el flujo de personas, dice a BBC Mundo.
"El esfuerzo que se hace es sumamente alto, el resultado es muy evidente, los números respaldan las acciones pero no podríamos garantizar al 100% que ninguna persona ingrese, máxime que las fronteras de nuestros países son muy extensas y porosas".
En la semana del 22 al 28 de marzo más de 1.000 personas que trataron de entrar irregularmente a Costa Rica fueron rechazadas, añade el funcionario.
Emergencia regional
Con excepción de Nicaragua, el resto de Centroamérica se encuentra en cuarentena por la pandemia de covid-19.
Panamá estableció un toque de queda en todo su territorio. Sólo se permite abandonar las casas por dos horas para comprar alimentos y medicinas.
El ingreso de extranjeros está prohibido al igual que los vuelos internacionales. Los establecimientos comerciales están cerrados excepto los que ofrecen medicinas, combustible y alimentos.
Lo mismo sucede en Costa Rica, donde además se restringió la salida de extranjeros residentes.
Quienes no acaten la disposición no podrán volver al país hasta mediados de abril, y perderán además su estatus migratorio.
El Salvador también se encuentra en cuarentena total. Los vuelos están suspendidos y oficialmente las fronteras fueron cerradas
No se permite el ingreso a extranjeros y los salvadoreños que retornan deben permanecer aislados por dos semanas.
En este país, por cierto, el primer caso comprobado de Covid-19 fue una persona que ingresó de manera irregular al territorio.
Fronteras cerradas
Honduras tampoco permite el tránsito de personas por sus fronteras, cerradas desde el pasado 16 de marzo por orden del presidente Juan Orlando Hernández.
En Guatemala también existe toque de queda, que fue ampliado hasta el 12 de abril. No se permite la circulación de personas por 12 horas, a partir de las 4 de la tarde.
El gobierno mantiene la prohibición de ingreso a los extranjeros, excepto diplomáticos y algunos casos de emergencia determinados por el Ministerio del Interior.
En este escenario las medidas de México y Nicaragua caminan a contracorriente de sus vecinos.
El gobierno del presidente Daniel Ortega mantiene abiertas sus fronteras, sin restricciones a los viajeros ni cuarentenas.
Las autoridades mexicanas sólo aplican algunas restricciones en su frontera con Estados Unidos.
Ese país suspendió el ingreso de visitantes considerados no esenciales, como turistas y residentes fronterizos que suelen trabajar o comprar en establecimientos estadounidenses.
Pero en el sur del país se mantiene la vigilancia habitual, con agentes de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración.
Hasta ahora no se ha desplegado alguna operación particular por la pandemia,dice el INM a BBC Mundo.
Las revisiones sanitarias se aplican sólo en las estaciones migratorias, donde permanecen las personas detenidas por ingresar irregularmente al país.
Cuarentenas rotas
A pesar de las drásticas restricciones cientos de personas ingresan o cruzan de manera irregular por los territorios en emergencia, lo cual implica una violación a las cuarentenas reconocen autoridades y organizaciones civiles.
Por ejemplo el director de la Policía Profesional de Migración de Costa Rica dice que miles de personas han regresado a Nicaragua, pese a las sanciones que podrían enfrentar por hacerlo.
Al mismo tiempo el arribo de migrantes no cesa. De acuerdo con el gobierno de Panamá, en su frontera con Costa Rica hay al menos 3.000 personas de Haití, Cuba, Asia y África que intentan viajar hacia Estados Unidos.
Las autoridades de ambos países establecieron una operación para trasladar a los migrantes, de manera controlada, hacia el norte de Costa Rica.
Desde allí "buscarán las rutas para salir del país", según un comunicado de la Dirección de Migración costarricense.
Sin embargo, pese al operativo muchas personas intentan burlar el cerco policíaco para entrar a ese país.
"Buscan los puntos ciegos, los sitios no oficiales para la migración. Tratan de entrar de manera irregular", dice Stephen Madden.
Vulnerables a la pandemia
¿Hay algún riesgo sanitario por romper las cuarentenas en Centroamérica?
Depende de las condiciones en que se muevan los migrantes irregulares, responde Samuel Almeida, jefe de Misión Adjunto para México y Centroamérica de Médicos sin Fronteras (MSF).
"No conocemos su transporte, si se aseguran las condiciones de prevención, con distanciamiento social, en un vehículo desinfectado y con acceso a lavado de manos es una cosa", dice a BBC Mundo. "Ahora si van en un autobús abarrotado, es otra condición".
Hasta ahora no se han comprobado contagios por la migración irregular en los territorios en cuarentena que cruzan.
Pero las condiciones en que se mueven los migrantes les hacen vulnerables a la pandemia de covid-19, afirma Almeida.
"Estas personas huyen de situaciones difíciles en sus países de origen, eso afecta su sistema inmunológico, los hace más vulnerables a contraer el virus y a tener complicaciones".
"Viven en condiciones insalubres, no tienen acceso a agua potable ni a alimentos, viven de donaciones. Son las condiciones que los hacen más vulnerables a una epidemia".
Además, la organización ha denunciado que los refugiados, migrantes y solicitantes de asilo "no tienen el mismo acceso al sistema de salud nacional que las otras personas" de los países de la región.
Es, insiste Almeida, un riesgo adicional a las de por sí difíciles condiciones de los migrantes
La UE a favor del plan estadounidense para Venezuela
La opción de un gobierno de transición en Caracas sin el mandatario Nicolás Maduro ni el opositor Juan Guaidó "va en la línea" de una solución pacífica promovida por el bloque.
La Unión Europea consideró este viernes (03.04.2020) que la propuesta de Estados Unidos para una "transición democrática" en Venezuela va encaminada a lograr una salida pacífica a la crisis que vive el país, mediante "un camino negociado hacia un Gobierno democrático".
"La UE toma nota positiva del marco de transición democrática para Venezuela propuesto por Estados Unidos", indicó el alto representante comunitario para la Política Exterior, Josep Borrell, en una declaración en nombre de los 27 países de la Unión Europea. La propuesta, continúa, "va en la línea de la UE de proponer una salida pacífica a la crisis a través de un camino negociado hacia un Gobierno democrático, que ahora es más necesario que nunca".
La UE alerta así del "devastador impacto humano" que podría tener la pandemia del nuevo coronavirus en "un país que se enfrenta a una situación económica, social y humanitaria ya grave", reiterando su voluntad de ayudar al "pueblo venezolano". Frente a la pandemia del coronavirus, que amenaza con propagarse dentro y desde Venezuela, y la caída de los precios del petróleo, Washington cambió su táctica para propiciar la salida de Maduro, cuya reelección en 2018 considera fraudulenta.
Washington apoyaba los esfuerzos de Guaidó, jefe de la Asamblea Nacional (Parlamento) electa en 2015, y a quien desde enero de 2019 reconoce como presidente interino junto a casi 60 países, por sacar del poder a Maduro y celebrar nuevos comicios. Pero el martes, el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, presentó un "marco para una transición democrática pacífica" en Venezuela, por el cual tanto Maduro como Guaidó se harían a un lado, a cambio de levantar sanciones gradualmente.
Desde Caracas, Guaidó respaldó la propuesta, similar a una planteada por la oposición en fallidas conversaciones mediadas por Noruega en septiembre, pero el gobierno de Maduro rechazó de plano un "gobierno de transición inconstitucional". Rusia, uno de los principales aliados de Maduro calificó ayer la propuesta estadounidense de "burla" y el gobierno argentino, por ejemplo, sostuvo que la crisis debe ser resuelta en el país sin "presiones" externas "por los propios venezolanos" y pidió "solidaridad".
lgc (afp/efe
“Las FF.AA. nunca desaparecieron totalmente del escenario político”
El creciente protagonismo castrense en América Latina, no solo desde el brote del coronavirus, conlleva un riesgo de “democracias militarizadas”, dice a DW Christoph Harig, de la Universidad de las FF.AA. de Hamburgo.
DW: En algunos países de Amérca Latina, los militares han sido enviados a controlar el cumplimiento de medidas impuestas para combatir la propagación del coronavirus. En Perú, incluso se los ha eximido de responsabilidad penal si usan sus armas de fuego en los patrullajes. ¿Es eso razonable, en vista del pasado de dictaduras militares en la región?
Christoph Harig: Hay que diferenciar. Muchos países del mundo recurren en estos momentos a las capacidades logísticas de las Fuerzas Armadas, para aplacar la pandemia.
Otra cosa es hacer cumplir las restricciones de circulación, donde puede manifestarse la falta de formación de los soldados en labores policiales. Incluso los policías pueden verse sobrepasados con frecuencia ante la situación desconocida de una pandemia. Hay reportes de excesos policiales en democracias y en Estados autoritarios.
Pero eximir de responsabilidad penal es en general problemático, porque mina los principios del Estado de Derecho y posibilita actuaciones arbitrarias de las Fuerzas Armadas. Eso puede despertar recuerdos de las dictaduras militares del pasado, pero también sería problemático en regiones sin esa historia. En el mundo entero se requiere cautela, para no perder permanentemente derechos básicos restringidos en esta situación excepcional.
Ya antes de la crisis del coronavirus hubo gobiernos que sacaron a la calle a soldados para contener protestas. ¿Ve un peligro para la estabilidad democrática?
Sí, lo considero potencialmente peligroso, ya que la actuación interna de soldados contra protestas politiza fuertemente el rol de los militares. La institución estatal de las Fuerzas Armadas se ve involucrada en disputas políticas y pierde su carácter suprapartidista. Esto puede llevar a las Fuerzas Armadas a plantear demandas políticas y a querer negociar condiciones para actuar. (Entre ellas se cuenta a menudo la demanda de eximir a los soldados de responsabilidad penal).
Los militares de Bolivia, por ejemplo, intervinieron decisivamente en la política, al actuar contra gente que protestaba y demandar la renuncia de Evo Morales. Y en Chile, el Ejército se resistió a actuar permanentemente contra las protestas.
¿Están experimentando las Fuerzas Armadas un retorno al primer plano en América Latina?
Considero que, en muchos países de la región, las Fuerzas Armadas nunca desaparecieron totalmente del escenario político. Tras bambalinas, los militares siguieron teniendo peso político en muchos países, también tras el término de los regímenes de la década de 1970. Por eso, no creo que "retorno" sea un concepto de análisis adecuado. Más bien, ocurre que el papel político de las Fuerzas Armadas se ha vuelto sustancialmente más visible que antes. Una gran diferencia con respecto al siglo XX es que, en la mayoría de los casos, esto no ocurre por deseo de los militares.
Estados democráticos se militarizan, por así decirlo, voluntariamente, cuando transfieren tareas estatales elementales a los militares, o gobernantes se presentan a conferencias de prensa rodeados de generales. Los militares no se sienten necesariamente bien en ese papel. También ellos están conscientes de los peligros que conlleva involucrarse en asuntos político-partidistas.
Las Fuerzas Armadas no sirven para rescatar a los países en aprietos, porque los problemas medulares de muchos Estados de América Latina deben ser resueltos políticamente y requieren soluciones más bien menos jerárquicas.
¿Puede haber ahora consecuencias políticas, o aprendieron las Fuerzas Armadas la lección del pasado?
Un peligro potencial es que los militares quieran obtener contraprestaciones por estos roles no deseados. Eso puede consistir en demandar un trato preferencial cuando haya recortes presupuestarios generales, o inmunidad penal para soldados en misiones internas. Pero no veo el peligro de un extendido retorno a las dictaduras militares en este momento. Más bien veo el riesgo de "democracias militarizadas", en las que las Fuerzas Armadas se aseguren de contar con tratos preferenciales.
Muchos ofciales están conscientes de los riesgos de desempeñar un mayor papel político, más visible. Pero, por otro lado, también hay halcones, cuyo hambre de mayor influencia política se despierta debido a los crecientes roles internos.
Las Fuerzas Armadas no son un bloque monolítico y, en consecuencia, la situación actual también plantea a los militares desafíos de cohesión interna.
Christoph Harig es académico de la Universidad Helmut Schmidt de las Fuerzas Armadas Federales, con sede en Hamburgo. Sudamérica y las relaciones cívico militares se cuentan entre sus focos de estudio.
(jov)
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