La alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, fue una de las primeras en lanzar la voz de alarma: el coronavirus está afectando de manera desproporcionada a la población afroestadounidense y hay que tomar medidas para tratar de revertir la tendencia. Según datos preliminares de la agencia de salud pública, cerca del 70% de los 140 fallecidos por la enfermedad hasta el martes en su ciudad eran negros, pese a que constituyen solo el 30% de la población.
"Es devastador ver esos números y saber que no son números sino vidas, familias y comunidades golpeadas", afirmó Lightfood el lunes adelantar que presentaría un plan para incidir en la información sobre la enfermedad en los barrios afroestadounidenses e hispanos de la ciudad.
Dos días más tarde, la alcaldía de Nueva York reveló que los hispanos, que son el 29% de la población de la ciudad, representan el 34% de las muertes por covid-19 y son la comunidad más golpeada por la enfermedad en la ciudad que se ha convertido en el epicentro de la enfermedad de EEUU, seguidos por los afroamericanos, que son el 28% de los fallecidos pese a representar solo el 22% de la población.
"Esto me enfada mucho", lamentó el alcalde Bill De Blasio. "El dolor y las muertes que está causando el coronavirus encajan con otras profundas disparidades que hemos visto durante décadas".
Pese a que por el momento solo algunas ciudades y estados están mostrando los datos disgregados por raza y etnia, los números que se conocen indican las tendencias de Chicago y Nueva York no son únicas.
Los primeros indicios muestran que la enfermedad que produce el nuevo coronavirus, covid-19, está golpeando especialmente a barrios negros e hispanos, algo que autoridades y expertos atribuyen a enfermedades preexistentes vinculadas a la pobreza que los hacen más vulnerables, a la falta de acceso al sistema de salud y a la naturaleza de sus trabajos que los hace estar más expuestos.
En el estado de Louisiana, por ejemplo, pese a que la población negra solo representa el 30% del total, el 70% de las víctimas mortales por el coronavirus pertenecen a esa raza, mientras que en condados como el de Milwaukee, en Wisconsin, donde el 26% de la población es negra, las muertes de ese grupo asciendían hasta el viernes pasado a más del 80%, según datos de ProPublica.
Y antes que la ciudad de Nueva York revelara los primeros datos oficiales, un reportaje de ProPublica mostraba que algunos de los barrios que han sido más fuertemente golpeados por el virus eran de mayoría latina como Jackson Heights, East Elmhurst o Corona, en Queens.
"Este mapa nos muestra una cruda realidad. El coronavirus golpea de manera extraordinaria a las comunidades de color y de bajos recursos", escribió en su cuenta de Twitter el concejal Mark D. Levine junto a un plano que refleja la incidencia de la enfermedad por código postal.
Una conclusión similar se puede sacar al mirar los datos de la incidencia de la enfermedad por código postal en Boston, Massachusetts. Las zonas con más casos por 100,000 habitantes son Mattapan y Dorchester (barrios con bajas rentas y con un alto nivel de población afroamericana) y East Boston, un vecindario de mayoría latina.
Las comunidades de migrantes pobres, "el epicentro en NY"
"En Nueva York, la sensación que tengo yo es que el epicentro del epicentro son las comunidades de migrantes pobres en esta ciudad: la mayoría de los trabajadores que continúan trabajando en los restaurantes, cocinando, haciendo deliveries, manejando los trenes, cuidando a niños y ancianos o limpiando calles son inmigrantes o afroamericanos", le dijo a Univision Noticias Ana María Archila, directora de la organización progresista Center for Popular Democracy.
Equipos de emergencia trasladan a una paciente al hospital Wyckoff de Brooklyn. Crédito: BRYAN R. SMITH/AFP via Getty Images
"Son gente trabajadora o gente pobre. Esos son los frontworkers", añade Archila, quien dice respaldar su teoría en su propia experiencia. Según cuenta, desde que la pandemia comenzó a azotar a la ciudad, el virus ya se ha llevado a 9 hispanos miembros de Make The Road Nueva York, una organización de la que fue directora que defiende a trabajadores y migrantes.
Paradójicamente, los trabajadores esenciales, los que mantienen la sociedad en funcionamiento en medio de la pandemia y que continúan saliendo a la calle y en muchas ocasiones tomando el transporte público para que el resto del país pueda tener comida en la mesa y mantener los servicios básicos en funcionamiento son también los más desprotegidos.
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