Ecuador en el colapso y sin planes para sacar adelante una economía que depende del precio del petróleo, que ahora cuesta menos de lo que le cuesta extraerlo. La crisis de Ecuador, un país dolarizado, se complica porque es encuentra en año electoral, donde la derecha ha perdido mucho, se teme el retorno del correismo o partidos y personas que respaldan al socialismo del siglo XXI, que tuvo un gran exito durante 10 años, en que enfrentó una caida del precio del petróleo similar, un terremoto, y un acoso de las transnacionales que no que acudieron al CIADE para recibir compensaciones por el cambio del modelo de contratación petrolera, y por una deuda externa asfixiante.
El posible fracaso de la derecha en las próximas elecciones, está produciendo una fuga de capitales propios y una baja en la inversión extranjera.
La condonación de 4.500 millones de dólares en impuestos, le está pasando factura a Lenín Moreno.
Se condonó deudas al estado a empresas petroleras extranjeras, a empresas extranjeras de medicamentos, a bancos, a los ricos e importadores, o exportadores, a los medios, y esto junto con la salida de divisas por remesas a Venezuela o Colombia, por el contrabando, que ofrece productos y mercancías a menor precio que Ecuador, lo que alienta el contrabando, hace que Ecuador, un país mucho más sensible que Perú y Colombia, que además tienen mas dólares provenientes del narcotráfico, lo ponen en desventaja con sus vecinos y presagian tiempos de severa inestabilidad que ha sido la particularidad de este país andino, que ha tenido 118 gobiernos en 190 años y que por esta inestabilidad ha perdido las 3 cuartas partes de su territorio original al momento de su independencia en 1822, y de su separación de la Gran Colombia, que unió a Colombia, Ecuador, Venezuela y Panamá en un solo país por 8 años.
Hay 450 cuerpos por recoger en Guayaquil y Lenín Moreno ofrece entierro digno
La presencia de cadáveres en las calles de Guayaquil preocupa a las autoridades y alarma a la población. Creen que no todos responden a decesos por Covid-19.
miércoles, 1 de abril de 2020 · 00:29
El Universo
Los guayaquileños ya no saben qué hacer con los cuerpos que se descomponen en las viviendas. Algunas familias llevan hasta cuatro días encerrados con los cadáveres de sus familiares y siguen en el listado para ser retirados por Medicina Legal.
Aquello generó reacciones de descontento la noche del lunes cuando algunas personas quemaron llantas, muebles y ropa de algunos fallecidos en el suburbio de Guayaquil. Y mediante videos amenazaban con incinerar incluso los cuerpos de los fallecidos.
Ese clamor de los parientes y el mismo hecho de que algunos cadáveres empezaban a ser arrojados en las calles guayaquileñas trajo una reacción del presidente Lenín Moreno, quien descartó que se vayan a emplear fosas comunes y dijo que las víctimas tendrán un entierro digno y este martes las autoridades anunciaron acciones para solucionar el caos.
No hay cifras oficiales sobre cuántas personas han fallecido y sus cuerpos no han sido retirados, tampoco sobre los levantamientos ejecutados. No obstante, según un listado que tiene la Policía para acudir a los levantamientos y al que pudo acceder este Diario, este martes estaban registrados casi 450 cuerpos en lista de espera para ser retirados de las viviendas.
Una cifra similar citó el concejal de Guayaquil Andrés Guschmer, la noche del lunes. Él señaló que esa lista era de 400.
El temor de los deudos y vecinos es de contagiarse. Por eso la reacción de un grupo de personas que la noche del lunes quemaron llantas y un mueble en la 19 y la Q, suburbio de Guayaquil. Ahí la familia de un hombre que había fallecido tres días atrás exigía a las autoridades que retiren el cuerpo. En ese sector se han registrado algunos decesos.
En un video, en cambio, se ve cómo tres hombres casi sin protección sacan de la habitación de una vivienda un cadáver en una sábana, lo depositan dentro de una caja de madera elaborada de forma artesanal, donde han colocado un plástico.
El cuerpo estuvo varios días sobre una cama, donde habían echado cal por el mal olor.
En el registro de la Policía se han reportado más de 550 casos de fallecimiento en hogares desde el jueves.
En el Registro Civil se han inscrito desde el 23 de marzo más del triple de las actas de defunción que se emiten regularmente. En una jornada normal se inscriben entre 30 y 40 actas de defunción. La semana pasada se inscribieron 120 en promedio, por eso se habilitaron también la agencia del sur de Guayaquil y del Parque California y se ampliaron los horarios hasta las 17:00.
Otro lugar donde este martes había largas filas era afuera de la Junta de Beneficencia. Ahí decenas de personas pugnaban por un espacio para velar y enterrar a sus familiares.
Jorge Wated, presidente del directorio de BanEcuador y actual encargado del levantamiento de los cuerpos, explicó que se recogen unos 150 cuerpos al día.
“Ya hemos inhumado a casi 50 fallecidos de forma digna, no es ninguna fosa común. Los otros van a las morgues provisionales en distintos puntos como el hospital del Guasmo, en el Teodoro Maldonado, hospital de Los Ceibos y Monte Sinaí”, explicó Wated, quien admitió que hay algunas morgues ya colapsadas.
Esto se evidenció este martes en el sur de la ciudad, donde junto al hospital del Guasmo estaban decenas de personas intentando retirar los cuerpos que estarían en un contenedor frigorífico instalado ahí.
Jorge Wated mencionó también que con la ayuda de la empresa privada se alista un camposanto con capacidad hasta para 2000 cuerpos en Parque de la Paz de Pascuales y de la parroquia La Aurora.
Él ratificó también lo dicho por la alcaldesa Cynthia Viteri sobre la instalación de tres contenedores más para el almacenamiento de los cuerpos que son levantados de las casas.
“Si el ciudadano necesita solo el certificado de defunción, va personal a ayudarlos para obtenerlo y que llamen a su funeraria, pero si quieren también podemos encargarnos nosotros de retirarlos y enterrarlos de forma digna”, manifestó Wated en una entrevista.
Expertos: Los entierros son posibles solo con protocolos
Ante la gran cantidad de personas fallecidas en sus casas, sin atención médica y con la sospecha de que muchas fueron víctimas del coronavirus, dos epidemiólogos consultados por este Diario explicaron que si bien es posible sepultar los cuerpos, solo cabe hacerlo en el menor tiempo y siempre que se cumplan los protocolos de bioseguridad en el levantamiento, traslado y entierro.
De lo contrario, no solo que el nivel de contagio podría empeorar, sino que se podrían generar focos de infección de otro tipo, debido a la descomposición de los cadáveres.
El epidemiólogo Marcelo Aguilar, docente de la Universidad Central, sostuvo que el cuerpo inerte de una persona, en sí mismo, no transmite el virus, sino que el riesgo está en la manipulación de sus secreciones –que en ocasiones son más pequeñas que una gota de saliva– y en la posibilidad de que se hagan velatorios o actos masivos por parte de amigos y familiares.
“No es indispensable la cremación; en un cadáver los patógenos van a morir en poco tiempo. Si hay disponibilidad de los cementerios habituales, deben ser usados. También se puede optar por abrir otros espacios, que garanticen la identificación”, indicó, al tiempo que descartó la sola idea de recurrir a fosas comunes.
Daniel Simancas, epidemiólogo e investigador de la Universidad UTE, señaló que se debe considerar que con el paso de los días habrá más muertos. “Se debe tener un proceso de identificación rápida, pues si colapsan las morgues se provocaría una crisis sanitaria”.
Afirmó que si bien la cremación es una alternativa, se ha visto en otros países que no hay ninguna contraindicación en colocar al cuerpo en una bolsa segura, una bolsa sanitaria con cierre, y enterrarlo. “Los familiares de primer grado, no toda la familia, podrán despedirse, con mascarillas, guantes, bata, pero no podrán tocar nada”.
Ninguno de los dos especialistas está de acuerdo con la opción de fosas comunes, que fue manejada como una posibilidad por las autoridades. Sin embargo, Simancas manifestó que, ante una emergencia sanitaria de las dimensiones que está tomando en el país, las autoridades nacionales no pueden descartar nada, debido a que la tendencia de las estadísticas de fallecidos continúa creciendo.
“Si las cosas van como van, la autoridad sanitaria podría pensar a futuro en fosas comunes, aunque no sea lo deseado. Mis proyecciones (revisa la computadora) dicen que los picos de contagios y muertes estarán a finales de abril o entre la primera y segunda semana de mayo”, dijo Simancas. (I)
Coronavirus: qué dice sobre la economía (y el gobierno) de Perú que el país prepare el mayor plan de estímulo de América Latina contra el covid-19
Un plan sin precedentes para una crisis sin precedentes.
El gobierno de Perú alista el mayor plan económico de América Latina hasta el momento para mitigar el impacto de la crisis del coronavirus.
Serán, de momento, más de US$25.000 millones, el equivalente a un 12% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Unas cifras muy superiores a las medidas de estímulo aprobadas ya por otros países de la región: Argentina, por ejemplo, prevé ayudas por US$5.700 millones y los subsidios directos y el financiamiento a empresas equivalen a un 1% de su PIB.
- Qué capacidad tienen realmente los países de América Latina para hacer frente a la epidemia de covid-19
- Coronavirus | Cómo hace frente al covid-19 cada país de América Latina
"El impacto económico de lo que está sucediendo no tiene precedentes y el plan económico que tenemos que aplicar es un plan sin precedentes", dijo el domingo en televisión María Antonieta Alva, ministra de Economía y Finanzas de Perú, país que tomó pronto severas medidas de restricción de movimientos.
Al menos hasta el 12 de abril está en vigor un confinamiento obligatorio con toque de queda, además del cierre de fronteras y del espacio aéreo.
Perú registraba hasta el lunes 30 de marzo al menos 900 contagios y 24 personas fallecidas por el virus que ha provocado una pandemia mundial.
Porcentualmente equiparable al de Dinamarca
"En la etapa de contención estimamos que vamos a gastar, en una (primera) fase, 30.000 millones de soles (US$8.500 millones)", anunció Alva el domingo.
Habrá una segunda fase, reveló el presidente del Banco Central (de Reserva), que consiste en un esquema de préstamos a las empresas con garantías valorado en la misma cantidad.
Y se prevé otra etapa de reactivación de otros US$8.500 millones, anunció la ministra.
"Tenemos que meter la mano al bolsillo del tesoro público para atender las necesidades de las familias vulnerables", había dicho la pasada semana el presidente del país, Martín Vizcarra.
"Ha habido una reacción inmediata y grande en lo sanitario y en lo económico", destaca en conversación con BBC Mundo Hugo Ñopo, investigador principal del centro de investigaciones GRADE.
Pero más allá de las medidas sanitarias ¿cómo es posible que Perú se pueda permitir un paquete de ayuda y estímulo que en términos de porcentaje de PIB es equiparable al de Dinamarca?
Una deuda pública de las más bajas del continente
"Tenemos la espalda fiscal para tomar medidas audaces", dijo la ministra Alva, confiada en las finanzas de Perú.
Y es que el país minero cuenta con un buen colchón de ahorros después de tres décadas de disciplina fiscal y escaso endeudamiento, lo que que le concede también buenas líneas de crédito con organismos multilaterales.
"Las finanzas públicas del Perú son las más fuertes de América Latina", asegura a BBC Mundo Jorge Chávez, expresidente del Banco Central de Reserva del Perú y ahora presidente ejecutivo de la consultora Maximixe.
Según la agencia Reuters, Perú tiene US$68.044 millones de reservas en el Banco Central y una deuda pública del 27% del PIB, una de las más bajas de América Latina.
Además cuenta con una baja inflación y su moneda, el sol, es una de las menos volátiles de la región.
"Nuestros ahorros y nuestros activos nos permiten enfrentar la crisis", dijo Alva.
"No vamos a escatimar recursos en proteger la salud de los peruanos, en contener el coronavirus, y tampoco vamos a escatimar para garantizar la reactivación económica", añadió.
"Para eso se acumulan reservas"
Los números parecen darle la razón a la joven ministra de Economía.
"Felizmente el país está bien posicionado en términos de reservas, de cifras macro, fiscales. Tenemos espacio para invertir lo que hemos ahorrado durante 30 años de disciplina macro y fiscal", dice Ñopo.
"Es ahora cuando esa disciplina está dando sus frutos", agrega el analista.
"Para eso se acumulan reservas: para que cuando haya una emergencia como esta, poder usarlas", refuerza Chávez, el expresidente del Banco Central.
Ñopo destaca que el fantasma de la hiperinflación en 1990, que alcanzó más de un 7.000%, aún asusta a los peruanos.
Y ese temor ha sido clave para que gobierno tras gobierno haya mantenido una disciplina fiscal que es "rara en las economías de América Latina".
"(A partir de 1990) Todos se dieron cuenta de que la estabilidad, el equilibrio fiscal, es algo inamovible, sagrado", dice Chávez, que presidía el Banco Central durante el proceso de reestructuración y estabilización que comenzó en agosto de 1990.
A esa disciplina se sumó que Perú aprovechó la bonanza de la globalización económica de las últimas décadas y el alza continua del precio de las materias primas, su principal fuente de exportaciones.
"Ahora es momento de que el gobierno regrese a los ciudadanos el resultado de esa disciplina y perseverancia", dice Ñopo a BBC Mundo.
Por todo ello, Perú también está en mejor disposición para salir menos magullada de la crisis económica del coronavirus que se cierne como una grave amenaza sobre la región.
"Somos los mejor preparados dentro de las limitaciones que tenemos", afirma Ñopo.
Coincide con él Chávez.
"Ya se vio en coyunturas anteriores, como en la crisis financiera internacional de 2008: la economía peruana en 2009 creció cerca de un 1%; y en 2010, un 10%", recuerda.
"(La economía peruana) Va a tener capacidad de reponerse rápidamente, aunque todo va a depender de cuánto demore la cuarentena, que es lo que más impacto negativo tiene", añade.
A pesar del plan, el golpe del coronavirus se dejará sentir, porque Perú también tiene debilidades.
"Somos una economía altamente informal, las redes de protección todavía son precarias, tenemos variables estructurales en lo microeconómico que todavía son muy precarias", dice Ñopo.
El avance en lo macro de las últimas tres décadas hizo que Perú pasara de ser un país pobre a uno de ingresos medios.
Pero ese progreso no se vio tan reflejado en una red de salud aún muy débil, de ahí que el gobierno tomara tan rápido medidas tan estrictas para evitar la tensión del sistema.
Además, la economía del Perú registra su peor momento en una década.
En 2019, creció un 2,2%, por debajo del 4% del año anterior debido, entre otros factores, a la caída en la industria pesquera y a la tensión comercial entre China y Estados Unidos.
Antes de la crisis del coronavirus, el gobierno estimaba un crecimiento del 4%, algo que no se podrá sostener ahora.
Dependiente de la exportación de materias primas, Perú se verá expuesto al retroceso económico de China, destino del 28% de las exportaciones del país y del 70% de sus ventas de cobre.
Ya en diciembre del año pasado, el presidente Vizcarra había reconocido que no cumpliría el objetivo de rebajar su déficit fiscal al 1% del PIB para 2021 y aplazó la meta hasta 2024.
Pese a todo, cifras robustas para encarar este momento.
"Nuestras fortalezas macro son un buen escudo contra el coronavirus", cierra Ñopo.