La nueva Federación de Rusia emergió del primer imperio comunista, la Unión Soviética.
Denominamos imperio al poder militar que tiene bases militares fuera de sus fronteras.
La Unión Soviética, puso bases militares en Europa del Este, en los ex países de la URSS como Georgia, Ucrania, Armenia, Azervayán, Kahacstan, Tajikistan, o en Afganistán, de donde salió derrotado, y en Cuba, de donde sacó su base militar, luego de la crisis de los misiles en los años 60.
La Unión Soviética, ayudó a la independencia de las colonias de potencias europeas, golpeadas por Hitler y su ejercito Nazi. Es que desde Napoleón le amenazaban, gracias a que disponían de enormes recursos que literalmente robaban de otros continentes.
Golpeó a los ex imperios europeos liberando China, Vietnam, Laos, Paquistán, Birmania, Corea del Norte, los países árabes, y más, en Asia, a casi todas las colonias de Imperios europeos en Africa, por lo que hasta hoy le odian Inglaterra, Francia, Bélgica, Alemania, Italia, Portugal, u Holanda, que se habían repartido el planeta junto con España desde el siglo XVI.
Pero en Hispano América sólo a Cuba y Nicaragua se han rebelado contra el llamado Neocolonialismo Norteamericano, que invadió y se apropió de las ex colonias de los viejos imperios de Europa.
En estos países la rebelión fue posible gracias a la URSS primero y hoy a la Federación de Rusia gobernada por Putin que ahora tambien le da soporte a Venezuela, Siria, o Iran.
A su vez el fin de la Unión Soviética, no sólo liberó a los países de Europa del Este, sino a todos los gobiernos de los países que fueron atrapados por formas dictatoriales socialistas o seudo socialistas como Irak o Libia en donde se vivió el retorno de las teocracias musulmanas, o el nacimiento de dictadores africanos, con sus dictaduras territoriales
La crueles dictaduras territoriales pasaron en América Latina,por las colonias como el Congo, Nigeria, Costa de Marfil, Liberia, y muchas más, es decir por el nacimiento de países de las ex colonias, que nacieron de territorios con identidades particulares, menos importantes que las identidades colectivas, dadas por los imperios europeos.
El conflicto que hasta ahora vivimos es que queremos fabricar identidades nacionales, que en realidad no existen, y que esto lo ha usado Estados Unidos para dividir al mundo y apropiarse de él, mientras en su territorio trata de eliminar las diferencias.
Nacimos sin identidad propia como países de ex colonias los imperios europeos.
Vale señalar, curiosamente, que los países que fueron ex colonias británicas han sido países mas exitosos que el resto, como Australia, Nueva Zelanda, Canadá, India, China, Estados Unidos.
Al parecer esto se debe a que los Ingleses supieron evitar que sus ex colonias se pelearan entre si, a diferencia del resto de imperios europeos, que fundaron las conquistas territoriales en la pelea entre vecinos de las tierras que querían y luego animaron a la pelea entre vecinos de las tierras de las que eran expulsados.
Estados Unidos vencedor de la Segunda Guerra Mundial, se apropió de las ex coronas europeas, usando la prolongación de los regímenes coloniales, camuflados por elecciones dudosamente transparentes, logrando que al mismo tiempo las colonias de estos imperios estuvieran bajo un control indirecto, del Pentágono y el Departamento de Estado.
Las independencias nacionales, llevaron a los países a librase de sus antiguos propietarios, los reyes europeos, pero la lucha continúa contra Estados Unidos, que se negó a dejar en libertad a Vietnam, lo que le llevó a su primera gran derrota militar en la posguerra, y por supuesto a una guerra directa contra Cuba, apoyada por la Unión Soviética que la perdió en Angola, lo que dio la independencia a Angola, Rodesia, Etiopía, Somalía e incluso a la separación racial en Sudáfrica. Es que en la guerra, en la política y la salud no hay enemigo pequeño.
Angola fue una derrota no sólo norteamericana sino también de sus aliados Inglaterra y Sudáfrica, que amedrentó a los norteamericanos en su propósito de retomar militarmente la isla caribeña más próxima a sus costas que es Cuba. Tal derrota militar y moral permitió un primer presidente negro de Sudáfrica, Mandela, y encendió las guerras de guerrillas en Africa, que hasta ahora son incontenibles.
Pero el fin de la Unión Soviética por propia disolución y sin una guerra armada, fue un suceso en la historia del siglo XX, que abrió la posibilidad de que los imperios se auto disolvieran por agotamiento propio, y sin necesidad de una confrontación bélica.
Hoy la posibilidad de que el último imperio de Occidente, el Imperio Norteamericano, se autodisuelva se está volviendo posible.
Parte de su derrota en Afganistán, al igual que el Imperio Soviético, pues ha tenido que firmar un acuerdo de paz con los Muhaidines esta semana, que le obliga a dejar ese territorio, tras la más larga guerra de su historia, que ha durado 19 años.
El imperio Norteamericano, a diferencia de los imperios Europeos, es un imperio en que hay un estado paralelo, formado por el Pentágono, la Casa Blanca y el Departamento de Estado, que pueden hacer cosas que su pueblo no quiere, tolera ni permite y lo hace a escondidas.
En los imperios europeos los reyes podían hace lo que querían, pues su pueblo no tenía influencia importante en sus decisiones, así que de manera descarada podían invadir territorios, como Julio César, o mutilar a los esclavos de su hacienda como el Rey Leopoldo de Bélgica.
Estados Unidos funda su poder en la explotación de recursos materiales y humanos de las ex colonias europeas, el desarrollo de la ciencia, la tecnología, la inventiva, y el comercio global. Fincan su poderío en el poder militar sobre todo aéreo, y ahora espacial, que le permitió ganar las guerras en Europa, a Alemania y en Asia a Japón.
Pero hoy se enfrenta al poderío aéreo de Putin y la Federación de Rusia, que desde que la gobierna volvió a ser actor importante en los conflictos globales.
Al igual que la Unión Soviética, Estados Unidos se enfrenta a la posibilidad de la autodisolución de su imperio. Esta autodisolución de su imperio está siendo animada por la confrontación entre ricos y pobres, pues los ricos en Estados Unidos son ahora los superbillonarios del mundo y por primera vez en su historia, se disputan con su propio dinero el gobierno de ese país. Donald Trump, y la liberación del gasto electoral hicieron evidente esto. Los superbillonarios son el uno por ciento de la población y tiene mas del 50 por ciento de la riqueza del país en tanto el 99 por ciento de la población tiene menos del 50 por ciento de la riqueza norteamericana, y esta concentración de en pocas manos del poder, la riqueza e incluso de la información y el conocimiento ha entrado en una carrera desbocada e incontenible, que los demócratas norteameircanos llaman CAPITALISMO DESBOCADO.
El otro factor que impulsa la autodisolución de Imperio Norteamericano es la confrontación racial interna. Estados Unidos se considera un estado de la raza blanca o aria, y toleró en incluso atrajo a los europeos, continente donde los blancos son mayoría, a migrar a su país, a cambio del aniquilamiento de los indígenas nativos, visible en la llamada conquista de oeste, frenó la importación de negros africanos, junto con Inglaterra, luego de que el crecimiento exponencial de los esclavos se convirtiera en un problema nacional, que llevó a la Guerra de Secesión Norteamericana. Esta guerra liberó a los negros de sus amos blancos del sur, pero no de la discriminación racial, que estuvo legalmente vigente hasta los años 70 del siglo XX, es decir hasta cien años después de la guerra entre el norte y el sur de Estados Unidos, y actualmente continúa, pues los negros y mulatos norteamericanos son la mayor parte de los dos millones de presos en sus costosas prisiones, frente a lo que el primer presidente afro americano Obama, no pudo hacer nada.
A esta división racial, se suma la confrontación que esta tomando grandes proporciones contra los hispanos, que incluye el asesinato de estos en Wallmart o en cualquier esquina.
Los hispanos son descendientes de los conquistadores españoles y los nativos de América, que luego de la Revolución Francesa, en que el pueblo de París derrocó a la monarquía más opulenta y derrochadora de Europa, creyeron que podían librarse del Imperio Español, que había cometido errores graves como mantener el sometimiento de sus colonias a autoridades nominadas por la Corona Española, y que discriminaban a los hijos de españoles, los blancos americanos, llamados criollos, indios, mestizos, mulatos y negros, además, había concentrado la riqueza en los terratenientes, que vivían en paraísos personales llamadas haciendas, donde cada uno era el rey, explotador, violador, asesino sin que nadie pueda entrar en su territorio y decirles que hacer, esto incluía las haciendas de la curia católica, que inclusive violando los mandatos del Vaticano, albergaba la esclavitud de negros, como en el caso de Ecuador. Finalmente con la expulsión de los Jesuitas, inventores del socialismo latinoamericano en sus primero años, en territorios del Rio de la Plata, Paraguay y la Amazonia, como nos lo cuenta la película La Misión, que luego se convirtieron en la primera transnacional global del mundo, y la congregación más rica de la Iglesia Católica, por lo que el Rey de España Carlos III los expulsó, fracturando así a la columna vertebral de su imperio en América, que era esta congregación y creando enemigos astutos, inteligentes y ricos, que llevaron a terminar con su reino transoceánico.
Los ahora al frente de Vaticano con el papa Francisco, continúan su poder con en el negocio de la educación y el llamado hoy comercio justo, que en tiempos de la Colonia, consistía en repartir la riqueza de sus exportaciones entre los nativos.
Una vez expulsados de America, fundaron universidades en el Imperio Ruso, Sueco, e incluso crearon los primero diccionarios de lenguas de lo más diversas, algo en lo que se fundó su expansión.
Luego de su expulsión de América Hispana, los Jesuitas también cooperaron en el nacimiento de los Estados Unidos y su enorme riqueza, su enorme riqueza sirvió para crear el Departamento del Tesoro , fundamento del dólar, hoy la moneda más poderosa del mundo, controlada hasta la fecha por su ex contador y sus descendientes, los Roschild.
La conquista de Napoleón de España, dio origen a las llamadas juntas ciudadanas, en que los ricos limaban sus diferencias y se agrupaban como las familias de la mafia italiana, pero contra Napoleón y su ejército, y libraron junto a los ingleses con su armada al mando del Admirante Nelson a España del dominio francés, este mismo modelo de fabricar, la conspiración o contubernio, se extendió y usó en hispanoamérica para liberarse de los gobernantes nombrados por el rey de España.
La accion rebelde de las Juntas Ciudadanas, partía del desconocimiento de la autoridad por un grupo de los llamados notables de la ciudad, que luego movían a los indios de sus haciendas e incluso a los negros con la promesa de liberarlos luego de las victorias sobre el ejercito español.
Así fue como grandes terratenientes de América Latina como Simón Bolivar, San Martin, O Higins, se unieron a curas como el cura Hidalgo en México o Cuero y Caicedo en Ecuador, para formar ejércitos libertadores, que liberaron los virreinatos.
Pero a su vez crearon guerras internas entre virreinatos, capitanías generales y reales audiencia, formando de cada una de estas los nuevos países latinoamericanos, que no dejaron de ser el paraíso de los terratenientes, el clero y el infierno de campesinos, indigenas, mestizos, negros y mulatos hasta ahora.
El nuevo Imperio Norteamericano, extendió sus garras sobre las ex colonias españolas apropíandose primero de los territorios al norte del Río Grande, en el Virreinato de México, usando el mismo sistema, una junta de notables local que luego declaró a California, Tejas, Arizona, Nuevo México países independientes que pasaban a ser los nuevos estados de a Union repaldados por el ejercito norteamericano que incluso llego hasta Ciudad de Mexico y se valió de la guerra, de sus inventos como los acorazados y la ametralladora, los rifles a repetición y la guerra mediática para derrotar a lo que quedada del Imperio Español y apropiarse de las islas españolas en el Caribe, Filipinas y Oceanía, mediante la guerra hispano norteamericana.
Mientras tanto, en el sur, el Rey de Portugal, que pudo conservar su imperio, hasta los años 80 del siglo XX, escapando del ejército napoleónico, y refugiándose en Brasil, continuó su expansión en Sudamérica, provocando hace 150 años la más sanguinaria guerra, junto con el Imperio Británico, contra el naciente estado del Paraguay, en la llamada Guerra de la Triple Alianza.
Antes, Portugal, desde Brasil, invadió y quito a los los Jesuitas, sus territorios abandonados en Colombia, Venezuela, Bolivia, Perú, Ecuador Uruguay y Argentina.
La guerra de la Triple Alianza fue provocada por Inglaterra, para exigir a Paraguay como a todas la ex colonias españolas, donde aportó con recursos económicos, armas y mercenarios para su independencia, la entrega de sus puertos y el no pago de impuestos por los productos de importación que necesitaba, como la quinina en Ecuador, o por el no pago de impuestos de sus productos de exportación , como el famoso Casimir inglés.
A esto se negó Paraguay y valiéndose una disputa política en el vecino país de Uruguay, usó a los ejércitos de Portugal en Brasil, de la naciente Argentina y la renegada Uruguay para una salvaje guerra que mató al mitad de la población de paraguaya, para al fin, conseguir los puertos paraguayos y repartir con el rey de Portugal y sus títeres presidentes de Uruguay y Argentina, territorios paraguayos entre los vencedores.
La expansión de Brasil se detuvo cuando el rey de Portugal volvió a Europa y su hijo, desistió de ser el el rey del primer reino en América, el Imperio de Brasil y luego de la Segunda Guerra Mundial, donde, los otros países en expansión en América, vieron cara a cara con Estados Unidos.
América Latina, se convirtió luego en el llamado Patio Trasero de los Estados Unidos, su principal proveedor de materias primas, como el caucho, y el petróleo que fueron claves para ganar la Segunda Guerra Mundial, con Mexico, y Venezuela como principales proveedores de petróleo, Perú y Brasil, como principales proveedores de caucho, Centroamérica y Cuba como principales proveedores de azucar y frutas, Argentina y Uruguay como principales proveedores de trigo, cebada y carne.
Pero la gran concentración de poder, riqueza, información y conocimientos en Estados Unidos, se ha convertido en el foco de atracción más importante de la migración latinoamericana, hoy la migración latinoamericana se está apropiado de los estados más ricos de la Unión, como California y Texas y va por New York, Ilinois o Chicago, La Florida, Arizona, Nuevo México entre otros. Entre sus logros importantes están haber conseguido que California, sea estado santuario de hispanos, al igual de New York, lo que por supuesto tiene con los pelos de punta a Donald Trump y a los supremacistas blancos, y es peor ahora que California está con Bernie Sanders.
Solo California es la quinta economía del mundo y si relacionamos su riqueza con su superficie y población, es la la primera economía del planeta, por lo que la disolución espontánea del Imperio Norteamericano indudablemente puede empezar por aquí.
Pero lo más probable no es que Estados Unidos se disuelva, sino que sea absorvido por América Latina y juntos pasen a ser un nuevo país, en un proceso que sería la antítesis de lo que ocurrió con la Unión Soviética.
Esto puede suceder, porque la Unión Europea está actuando como catalizador mundial, que obliga a formar nuevos ordenes mundiales, de manera que el incesante poder de la Unión Europea, está forzando a , oponentes como a la Federación de Rusia y China, a aliarse y fractura las políticas de Donald Trump de una América primero, pues sólo no puede con los nuevos adversarios y la salida es un verdadero Estados Unidos de América desde Canadá a la Argentina.
Putin a su vez ve en esto una gran oportunidad y la posibilidad de librarse de un terrible enemigo el Imperio Norteamericano, pues a no dudarlo, los Nuevos Estados Unidos de Toda América, no sería su enemigo simplemente porque todos los países del mundo necesitan de su capacidad creativa que está al norte del Rio Grande o de su productos y recursos naturales, que están cada día mas escasos en el planeta y se conservan al sur del Rio Grande.
La gran inteligencia que desarrolla Estados Unidos y gran protección de la vida que desarrolla América Latina es posible si Estados Unidos y America Latina continua haciendo esto, no si una potencia extranjera los invade.
En norte de América, el cerebro humano vive un momento de ebullición creativa y al sur la biodiversidad y la naturaleza tiene un lugar de amparo y protección, indispensables para que este planeta pueda seguir albergando seres humanos. Otros elementos que animan la disolución de los Estados Unidos, el deterioro genético especialmente de la raza blanca, que ha perdido su capacidad fértil y ha disminuido su perspectiva de vida al nacer, por culpa del suicidio, de las máquinas, el sedentarismo, la asepsia y antisepsia, las enfermedades crónicas la suceptibilidad da pestes, a la exposición al sol, el sobrepeso y las adicciones a todo, desde al ocio hasta las drogas.
El desplazamiento de ser humano por las maquinas, el poder de la inteligencia artificial, el espionaje masivo, el control mental que multiplica el poder de los líderes, el hostigamiento, la persecución, que el Pentágono está ejercitando, está horrorizando a su propio pueblo, que se ve también afectado por el cambio climático, que es el factor global, junto con el transporte y las comunicaciones que alteran el actual orden mundial y esta alteración afecta sobre todo a Estados Unidos, que es el que ha creado y lo manipul Finalmente exista y hay evidencias que Estados Unidos puede autodisolverse si Donald Trump insiste en su guerra a los hispanos,
Por el contrario Sanders puede conseguir una integración con América Latina, sin gobiernos títeres, ni países acorralados en el patio trasero, como lo está haciendo Trump, que tiene a un títere en Venezuela llamado Juan Guaidó, que apadrina un bloqueo, procura una invasión, una guerra armada, otra títere en Bolivia, llamada Jannine Añez que alimenta un levantamiento indígena en la tierra donde el Che Guevara es considerado un héroe, en Ecuador otro títere llamado Lenin Moreno, que le da bases militares y lo respalda en una guerra al narcotráfico que en realidad pretende controlar países y el Pacífico, apresando en prisiones ilegales o guantánamos flotantes a pescadores ecuatorianos y matando indígenas en las protestas o neofascista en Brasil, que patrocinan el incendio de la selva amazónica, el despojo a los indígenas de sus territorios, y la violencia para combatir los efectos de la extrema pobreza en las favelas, llamado Bolosonaro. Todos estos títeres y aliados a los que se suman Piñeras, Macri, Viscara, Duque, focos que atraen la pobreza y frustracion que se lee como rechazo a Trump y los Estados Unidos, una ira remordida que se cocina en México y Centroamérica con sus olas migrantes detenidas por un odioso muro.
Putin el presidente de Rusia se convirtió en el hombre clave en la crisis de Siria
Cuando el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se ve en la necesidad de librarse de una situación difícil en Siria, viaja a la única capital importante en este caso: no es Washington sino Moscú.
¡Cuánto han cambiado las cosas! No hace mucho tiempo, Estados Unidos era el jugador externo que dominaba en la región. Ya no más.
El desprecio del presidente Donald Trump por la estrategia y su deseo de simplemente librar a Washington de una parte turbulenta del mundo dejó el poder estadounidense en el limbo.
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Así que Turquía va a Rusia a quejarse del gobierno de Siria.
Washington ofrece a Ankara apoyo moral pero no armamento, aunque podría facilitarle un poco de munición. Por ello, Erdogan debe recorrer el camino hacia el principal aliado de Damasco: Moscú.
¿Por qué Erdogan necesita Putin?
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha logrado convertirse en un jugador clave en la crisis de Siria.
Él decidió pronto desplegar su poder aéreo para evitar el colapso del régimen sirio. Y, una vez que la posición del presidente Bashar al Asad fue estabilizada, Rusia usó su fuerza aérea para ayudarle a recuperar el territorio que había perdido a menos de los rebeldes.
Idlib es ahora el último gran campo de batalla.
A diferencia de las intervenciones occidentales en Afganistán e Irak, los rusos tenían una visión clara de lo que querían hacer en Siria y estaban dispuestos a ser lo suficientemente monotemáticos (algunos dirían suficientemente brutales) para conseguirlo.
Una campaña conjunta en la que participan aviones y helicópteros militares de Rusia y Siria ha desplazado gran cantidad de población y ha destruido de forma sistemática hospitales y otras instalaciones públicas.
Emile Hokayem, un experto en temas de Oriente Medio en el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés), insiste en que las personas tienen que ver esto de forma clara.
"Esta catástrofe humanitaria no es una consecuencia de la lucha en Siria. Desde el principio, la estrategia del presidente Al Asad ha estado dirigida al despoblamiento", afirma.
De allí que los refugiados se hayan convertido de alguna manera en un "arma", alimentando el desgobierno y la angustia dentro de Siria, y aumentando la presión que puede ejercer sobre Turquía y la Unión Europea.
Así que ahora, con las fuerzas turcas y sirias en combate directo, ¿dónde más puede ir el presidente Erdogan para intentar negociar algún tipo de cese el fuego en Idlib?
¿Es probable que el dure el acuerdo conseguido con Putin? Seguramente no.
Pero Turquía, que controla otros enclaves en Siria, sabe que si retrocede en Idlib otros bienes raíces clave del territorio sirio (al menos desde el punto de vista de Ankara) también podrían quedar bajo ataque del régimen.
Pero a lo que me refiero aquí no es a que se repiten los problemas de Turquía sino a que hay que mirar la posición de Rusia y el reto que representa para Occidente.
¿Por qué Rusia apoya a Al Asad?
Siria fue un antiguo aliado de la Unión Soviética. Rusia mantiene una pequeña base naval allí y, desde su intervención militar, ahora cuenta con una base aérea muy completa así como con otras instalaciones.
Siria constituye uno de los pocos puestos de avanzada que le quedan a Moscú. Pero la alianza del presidente Putin con su homólogo sirio no se basa solamente en la historia sino en la geopolítica dura.
Si se quiere ver así, Siria es una suerte de "vitrina de exhibición" de la política de Rusia, una muestra de que Moscú mantiene su palabra y de que es un socio confiable.
El establecimiento de Rusia en Siria es también su punto de afianzamiento en toda la región.
Le ha dado la oportunidad de cortejar a Turquía -un destacado miembro de la OTAN- y de esa forma debilitar la alianza atlántica.
Frustrado por la falta de decisión de Occidente en Siria, Erdogan ha cortejado a Moscú, llegando incluso a comprar un avanzado sistema de defensa antiaérea ruso, algo que ha hecho que Ankara quedara excluido del programa de cazabombaderos F-35. Algo que solamente puede ser visto por Rusia como una buena noticia.
¿Cómo Putin ha reafirmado su influencia?
Para el presidente Putin, quien ve el colapso del comunismo soviético como una tragedia épica, restaurar el lugar de Rusia como uno de los principales actores mundiales es esencial. Siria ha sido un vehículo para conseguirlo.
Pero el problema para Occidente es que no se trata solamente de Siria.
La evidencia de este resurgimiento de Rusia está bastante esparcida. Putin tiene un peso importante en la crisis de Libia, donde apoya a las fuerzas del general Khalifa Haftar que se enfrentan al gobierno libio reconocido internacionalmente.
Rusia sigue siendo un apoyo clave para el régimen de Venezuela. Y, más cerca de casa, sigue jugando el rol de superpotencia de bolsillo en su propio vecindario, persiguiendo con decisión sus propios intereses en Georgia y en Ucrania.
¿Cómo puede responder Occidente?
Desde un punto de vista estrictamente militar, están ocurriendo muchas cosas. Las fuerzas de la OTAN se están modernizando y reconfigurando para este nuevo mundo en el que ha regresado la competencia entre las grandes potencias.
Ahora hay más fuerzas estadounidenses desplegadas en Europa y el ritmo y la escala de los ejercicios militares ha aumentado de forma significativa.
Pero este no es realmente un problema militar sino diplomático y político.
Hay un vacío de liderazgo en Occidente. El presidente Trump no tiene un verdadero interés en la geopolítica y su gobierno es, cuando menos, ambivalente hacia Rusia.
Muchos de sus funcionarios se oponen duramente a las actividades de Moscú pero el presidente en sí parece tener una notable confianza en Putin.
Alemania, envuelta en la incertidumbre política, no es el abanderado de Occidente. Tampoco lo es Reino Unido, cuyas energías están concentradas en navegar el laberinto del Brexit. ¿Entonces, quién queda?
Dando un paso adelante, Francia.
Esta semana asistí a un encuentro bastante inusual en la residencia del embajador de Francia en Londres, donde el enviado para Rusia del presidente Emmanuel Macron, el veterano diplomático francés Pierre Vimont, expuso las razones para buscar una "reactivación" de la relación con Moscú.
Esto se ha convertido en uno de los elementos centrales de la política exterior de Macron.
Escuché hablar al presidente francés durante la conferencia de seguridad de Múnich, realizada el mes pasado.
Dijo que Europa necesitaba verse a sí misma como un poder estratégico. Debería haber "una política europea para Rusia, no una política trasatlántica", dijo.
El embajador Vimont vino a Londres a poner algo de carne sobre el esqueleto de la política de Macron.
Fue quizá lo que los franceses suelen llamar un "globo de ensayo", un esfuerzo para tantear el terreno. Si fue así, se trató de un ejercicio valiente aunque inútil.
Fue el general francés Pierre Bosquet quien señaló, al ver la carga de la brigada ligera en la Guerra de Crimea a mediados del siglo XIX: "Esto es magnífico pero no es la guerra, es la locura".
La presentación de Pierre Vimont podría haber generado una respuesta similar. "Fue magnífica pero eso no es diplomacia…".
Frente a un auditorio invitado especialmente y con tres expertos altamente críticos a su lado en el podio, el enviado especial del presidente Macron fue cortésmente acribillado.
El francés insistió en que Rusia no iba a recibir un pase. Las sanciones impuestas después de que le arrebató Crimea a Ucrania seguirían vigentes. La política occidental de firmeza estaba bien posicionada pero la estrategia vinculada de dejar la puerta abierta al diálogo no había sido perseguida de forma apropiada.
"¿Qué ha hecho Rusia en términos de moderar su comportamiento -inmiscuyéndose en campañas electorales, su actividad en redes sociales, el uso de armas químicas en territorio extranjero, los ciberataques y cosas por el estilo- como para merecer un intento de reactivación de las relaciones?", preguntó un participante.
"¿Cuál, si acaso hay, es la señal que indica que Rusia estaría dispuesta a responder a una estrategia semejante mediante un cambio de su comportamiento?", preguntó otro.
Vimont mantuvo el tono amistoso pero no tenía respuestas verdaderas más que destacar la necesidad de "mirar adelante y no atrás".
"No queremos deshacernos del orden de seguridad europeo existente", dijo.
Pero la imagen que prevaleció en el auditorio fue que la iniciativa francesa simplemente iba a enredar las cosas, perturbar la cohesión de Occidente y eso sería lo que finalmente sería visto como algo muy bueno por Moscú.
Turquía tenía una urgente necesidad de hablar con los rusos.
Pero descartando un cambio fundamental por parte de Putin -en quien muchos analistas ven su antipatía hacia Occidente como parte de un esfuerzo más amplio para movilizar su apoyo interno y mantener el poder- es muy poco probable que ocurra algún acercamiento más amplio entre Rusia y Occidente, al menos por ahora.
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