La peor secuela de la pandemia y el mal gobierno de Lenín Moreno ha pasado a ser la delincuencia, el narcotráfico, el retorno de la ola migratoria y lo que es peor, la muerte en cualquier lugar por un asesino, que puede matar fuera o dentro de una cárcel.

Hoy Guillermo Lasso y Luis Hernandez, su ministro de defensa, se enfrentan a una descomposición social que no tiene parangón en la historia.  El asesinato se ha covertido en noticia diaria, las capturas de droga, suman tantos millones de dólares, nos parece inaudito que la cocaína se haya convertido en el más rentable producto de exportación  de Ecuador.
El asesinato de Alex Quiñones, un atleta esmeraldeño, que llegó a estár en la elite mundial, como el mejor velocista de Ecuador, compitiendo con los más extraordinarios atletas en velocidad del mundo, nos hace ver que la vida en Ecuador no vale nada, pues aquí a cualquiera le puede llegar un balazo, o cualquiera se juega la vida para llegar a Estados Unidos, tratando de saltar el Muro de Trump, entre Estados Unidos y México.
El que hayamos perdido la capacidad de dicernir, de valorarnos y de valorar a otros ecuatorianos, de respetarnos es quizar lo más temible que nos está pasando,  es similar al covid 19, porque mata a cualquiera, en cualquir lugar, ahora cualquiera puede morir en Guayaquil,  u otro puerto, como cuando llegó la pandemia a Ecuador.
Los seres humanos que ha producido el mal gobierno de Lenín Moreno y la pandemia, son tan peligrosos como el virus del covid 19, pueden aparecer en cualquier esquina, en cualquier momento, y pueden matarnos sin contemplaciones.
Es increible que el gobierno de 10 años de Rafael Correa, no nos haya enseñado a reconocernos entre ecuatorianos,  a darnos cuenta quien es quién, quien es un traidor como Lenín Moreno, o los 50 asambleistas y miembros que continuaron en su partido en Alianza País,  el partido más grande y traidor de la historia,  o a un tramposo como Guillermo Lasso, que se volvió muntimillonario luego del feriado bancario, escondiendo dinero en paraísos fiscales, como lo revelan los Pandora Papers.  

Hoy los criminales que caminan en las calles no pueden reconocer a un Alex Quiñones, y peor a usted o a mí, pueden disparale sólo porque tienen algo que ganar con un muerto.  Es que al elegir como presidente a un tramposo,  o a un traidior, todos dejamos de ser seres humanos valiosos, somos unos tontos útiles y nuestra vida no vale nada, es una simple papeleta de votación, caimos tan bajo, que elegimos a los peores de nosotros, en lugar de elgir a los mejores.
Hoy ser presidente de Ecuador ya no es un honor, es una verguenza, porque presidente en este país puede ser cualquier villano con deficiencias físicas, mentales o morales severas.
Nos es inentendible cómo un hombre millonario, que tiene miles de millones de dólares, pierde la cabeza y quiere gobernar un país en la peor crisis en su historia reciente, sacrifica todo por vanidad, y por  ese vicio llamado poder o política. Eso nos permite darnos cuenta que elegimos a un estúpido encegecido,  que no puede darse cuenta de su realidad, peor de la de los demás, que simplemente cuando se volvió millonario ya no supo donde estaba parado.  Elegimos al que nunca tuvo y llegó a tener, que loco se quiere volver y palitos en los ojos se quiere meter.

Álex Quiñónez: el atleta ecuatoriano muere asesinado en Guayaquil

  • Redacción
  • BBC News Mundo
Alex Quiñónez

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

El velocista olímpico ecuatoriano Álex Quiñónez fue asesinado este viernes en la ciudad de Guayaquil.

"Con profundo dolor confirmamos que nuestro deportista Álex Quiñónez fue asesinado en la ciudad de Guayaquil", informó el Ministerio del Deporte ecuatoriano en un comunicado, que definió a Quiñónez como "padre, hijo y el mejor velocista de la historia de nuestro país".

El Ministerio agregó que la Policía Nacional había acudido al lugar de los hechos y que se estaban llevando a cabo las investigaciones correspondientes.

Medios locales informaron que el suceso tuvo lugar en el sector Colinas de la Florida, en el noroeste de Guayaquil, donde el velocista fue asesinado a tiros.

Roberto Ibáñez, presidente de la Federación Deportiva Provincial del Guayas, también se refirió al asesinato de Quiñónez.

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"Mi corazón está totalmente destrozado, no encuentro palabras para describir el vacío que siento", escribió en su cuenta de Twitter.

"No puedo creerlo hasta cuando vamos a seguir viviendo tanta maldad e inseguridad".

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El asesinato de Quiñónez ocurre días después de que presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, declarara el estado de excepción en todo el territorio nacional durante 60 días para combatir la violencia relacionada con las drogas.

Quiñónez, de 32 años, fue finalista en la prueba de 200 metros en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

En 2019 logró la medalla de bronce en el Mundial de Doha.

Quiñónez compitió con Usain Bolt en la final de los 200 m en Londres 2012.

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Pie de foto,

Quiñónez compitió con Usain Bolt en la final de los 200 m en Londres 2012.

"Entre sus últimas apariciones públicas, Quiñónez había pedido disculpas a Ecuador por no haber podido participar de los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, debido a una sanción por paradero desconocido en tres llamados para controles de dopaje fuera de competencias", dijo Matías Zibell, periodista de BBC News Mundo en Ecuador.

"Tras su muerte, en las redes hubo ecuatorianos que señalaron que el país le debía una disculpa a él por esta tragedia".

El presidente Lasso dijo a través de Twitter que se actuaría "con contundencia".

"Sentimos mucho la dolorosa pérdida de Alex Quiñónez, padre, hijo, un gran velocista que marcó el deporte", escribió. "Quienes arrebatan la vida de los ecuatorianos no quedarán impunes. Actuaremos con contundencia".

Oleada de violencia

Ecuador experimenta un fuerte aumento de casos de homicidios y de situaciones de violencia.

Durante los últimos años, la tasa histórica de homicidios en el país se ha incrementado. En 2016 era de 5,8%, mientras que en octubre de este año ascendió al 10,6%, según recoge el diario local El Telégrafo.

Hubo 1.885 eventos delictivos en lo que va de año, 1.112 de los cuales fueron catalogados como violencia criminal.

Entre enero y agosto de este año en el país se registraron 1.427 asesinatos, 55 más que los de todo el 2020, según el Ministerio del Interior.

La situación preocupa especialmente en Guayaquil, ciudad donde fue asesinado Quiñónez y donde a finales de septiembre al menos 119 reos murieron en un motín carcelario atribuido a facciones rivales vinculadas a organizaciones narcotraficantes mexicanas.

Fue la peor masacre carcelaria en la historia del país latinoamericano.

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