jueves, 31 de diciembre de 2020

31 de diciembre 2020 un recuento de cómo golpeó la pandemia a la familia. en Ecuador y el mundo..

La familia, ese vínculo por línea de sangre e información genética, que en el cristianismo es el núcleo de la fe y organización religiosa, en la sociedad laica es el origen del derecho sucesorio, y desde la sociedad primitiva, es el grupo que se brinda protección mutua, como en la mayoría de los mamíferos.
 En América Latina, significa el mayor vínculo entre seres humanos, es una organización social que nos permite una percepción del tiempo y el amor, como ningún otro invento humano. 
La familia se traduce en herencia material como territorio, comunidad, casa, pueblo, ciudad, país, cosas y ahora fotos, y también es herencia intangible o inmaterial, como lenguaje, cultura, sentimiento, derechos, educación, salud, conductas físicas y mentales, forma de gobierno,  que parten de una promesa solemne o de una gran muestra de lealtad, compromiso y coherencia, que en Ecuador lo vimos desaparecer desde el 2017. 
Pero en la familia es donde podemos percibir las carencias, la educación, la salud, los derechos y sobre todo la edad, porque la familia es un deposito de recuerdos y los recuerdos son la medida del tiempo.
Esta pandemia golpeó a las familias de una manera extraordinaria, nuestros familiares se despedían antes de entrar al hospital y ni en su agonía, ni en su muerte los podíamos acompañar.
El miedo causo tanto horror, que los muertos permanecían en cuartos solitarios, en la casa. o eran colocados en fundas para que alguien los recoja y los entierre.
En Guayaquil las imágenes dantescas que captaban los medios mundiales de comunicación dieron la vuelta al mundo. Hasta ayer  la BBC publicó el drama de un periodista del Diario el Telégrafo, que pedía a sus familiares que le saquen del hospital, porque vio allí en la antesala del infierno.
En Perú, en Brasil las cifras se hicieron enormes y en Estados Unidos, Italia, España, Inglaterra, India los números no paran.
Ni la fama, ni la fortuna fueron barreras que el covid no pueda superar, artistas, deportistas, políticos, gente rica y famosa, que parecían protegidos de todo mal, terminaron bajo tierra o cremados, al igual que mi hermana, o mi madre adoptiva en el Cabo San Francisco, o un voluntario amigo  de Escocia, los que se fueron no se puede terminar de contar. 
En este final del año no pudimos celebrar con abrazos, la distancia se hizo enorme, a pesar de la Internet, las ausencias, lamentables, los silencios infinitos.
En Quito se prohibió la celebración del año viejo, no pirotecnia, ni muñecos, ni la gente en la calle disfrazada, afuera el miedo, en la casa la espera.
La Internet fue lo mas maravilloso de esta pandemia. Aún nos parece increíble esto, a los que doblamos la curva de los 60.  Vimos la televisión en blanco y negro y ahora el celular lo cambió todo. 
Estamos a las puertas de otra forma de hacer familia, de trabajar, de estudiar, de vivir distantemente juntos, a diferencia del los tiempos antes de la pandemia, en que vivíamos cercanamente distantes, pendientes de la herencia, del chisme, de la traición, del engaño de nuestros propios familiares mas malos, hermanos o amigos. 
La traición en Ecuador,  se convirtió en política de estado al igual que la mentira con Lenín Moreno, y luego robar, estafar, poner sobreprecios, aprovechar la oportunidad, el cargo, el nombramiento, la victoria electoral, para hacerse rico o propietario en un dos por tres, se convirtió en prueba de inteligencia.
La familia durante la pandemia  paso  a ser infiernillos de violencia doméstica o familiar,  núcleo de deprimidos, alcohólicos o drogadictos, de machistas, de malos tratos, a tal punto que las mujeres de América Latina salieron a protestar y a tomarse el gobierno, a crear una constitución como en Chile o exigir el derecho al aborto.
Hoy la pobreza por primera vez en muchos años se convirtió en hambre y la vimos con asombro  Estados Unidos hacer colas por comida, como cuando en Ecuador la gente sufrió por el terremoto del 16 de Abril 2016.  Era el revivir de 100 años en el pasado, cuando vivieron la Gran Depresión. 
En los países desarrollados las familias y las personas reciben cheques semanales para gastar y sobrevivir, así reactivan la economía.
En Ecuador, el gobierno ha postergado el cobro de la electricidad y el agua, que se ha  vuelto una cuenta impagable, y si cobrara la electricidad o el agua, y la internet de CNT, los padres sin empleo, que suman decenas de miles,  desde antes de la pandemia, no podrían pagar la  Internet, ni la electricidad tampoco y sus hijos no podrían  estudiar, pues las clases son por computadora o celular. 
El primero de enero es la entrada a un hueco sin fondo, donde las deudas son los dientes de los oportunistas y explotadores, los municipios, el gobierno,  los bancos. los comerciantes que ofrecen crédito. Los ecuatorianos nos aprestamos a resistir la embestida de los que por décadas nos explotaron con el crédito, con altísimos intereses,  con los servicios públicos sobrefacturados , como todo lo que hace el gobierno, que es con sobrefactura para sacar al apuro el dinero para la campaña política o para llenarse los bolsillos,  antes de que venga otro gobierno. Otras formas de aprovecharse del pueblo,  son los prestamos internacionales que se los reparten los aliados y favorecidos del gobierno y luego el pueblo lo tiene que pagar por generaciones. 


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