en el 2020, la pandemia que golpeó a los países ricos y pobres del mundo, pero que se ensañó en Estados Unidos, Europa y en América Latina, nos enseño la diferencia en derechos humanos y derechos civiles, que existe en el mundo.
Nos hizo notar que los territorios y sus gobiernos, eran sobre todo palabras promesas y hechos, que hacían tomar conciencia a los seres humanos de un espacio geográfico, donde se sentían como en su casa, es decir protegidos, valorados, con dignidad.
Que en esos espacios los medios, la educación y las leyes, se convirtieron en derechos accesibles, al igual que la atención médica o la justicia, y que en esos espacios la libertad, la movilidad y el abastecimiento fueron brutalmente golpeados por la pandemia, o las medidas de distanciamiento social. Que esto generó pérdidas económicas incuantificables a los países y que los trabajos y empleos desaparecieron así como la posibilidad de usarlos para vivir como se vivía antes de marzo del 2020.
Hoy, restaurar el intercambio, la cooperación, multiplicar la solidaridad, extender la ayuda, los bonos los préstamos, las deudas, reducir la vanidad, el consumismo el derroche y enfrentar el cambio climático, la extinción, las nuevas formas de guerra, explotación y manipulación de los seres humanos y la naturaleza, marcan la posibilidad de un tiempo nuevo sin violencia, o el camino de la violencia incontrolable y multiplicada, tras esta catástrofe sanitaria, económica y social
Esta pandemia y el año 2020 nos permitió comprender que país es la conciencia que tenemos de la geografía del Planeta Tierra, de las leyes naturales enfrentado a las leyes y caprichos humanos y a los fanatismos convertidos en leyes divinas en esos espacios territoriales.
La pandemia nos hizo tomar consciencia de que la movilidad y las comunicaciones humanas han comenzado a destruir las fronteras, al tiempo, a la distancia, a los vínculos humanos, como no lo vivimos hasta el siglo XX.
La pandemia hizo ver a los muros como el de Trump, a las visas, a la justicia, envenenados y convertirse en discriminación por raza, lengua, religión, edad, nivel educativo, genero, país de origen; a las fronteras como un recurso obsoleto l de los siglos anteriores, que nosllevó a guerras demenciales y mortandad increíbles a procedimiento ajustados a por la, vanidad, conveniencia y el miedo de los gobernantes de los países.
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