Lo que el gobierno de Lenín Moreno, sus traidores y aliados nos enseñó

El gobierno de Lenín Moreno se originó en una traición que sólo se ha repetido dos veces antes en la historia de Ecuador, la traición del general Juan José Flores a Simón Bolívar y a Antonio José de Sucre, en 1830 que nos separó de la Gran Colombia y sirvió para que naciera la Republica del Ecuador, como su hacienda personal y en 1912 la traición de Leonidas Plaza Gutiérrez a Eloy Alfaro, la persona que lo llevó a ser presidente, al que asesinó mediante una muchedumbre enloquecida por el alcohol, el fanatismo religioso y el diario El Comercio de Quito, que terminó asesinando y quemando al gran líder de la Revolución Liberal en 1912. Moreno no enseñó que no todos los discapacitados son buenos, que hay algunos que son malvados, terribles, mentirosos, e infames, pero su gobierno también nos enseñó, que no todas las peluconas y aniñadas de la Universidad San Francisco y de Quito son buenas, algunas como María Paula Romo son crueles, sanguinarias y tontas, que se permiten desde muertos en la protestas de Octubre, hasta el reparto de los hospitales y las compras de medicinas, equipos y prubas con sobre precio, en plena pandemia, o el robo de 532 millones de dólares al seguro de la policía. También nos enseño que no todas las mujeres afro andinas son buenas, algunas como Diana Salazar, la Fiscal General, son serviles, encubridoras, y terribles, cuando se trata de ayudar al presidente en su venganza personal, contra los antiguos amigos y aliados de Alianza País. en el gobierno de Correa, o nos ha enseñado que no todas las indígenas de la nacionalidad amazónica Shuar son de confiar, pues pueden usar el cargo de Presidenta del Consejo Nacional Electoral para servir al seudo dictador Moreno, la Embajada de USA, Donald Trump y Mike Pompeo, para impedir el retorno de Correa o del correismo a Ecuador, usando todos los recursos, sean o no legales, morales o éticos. Moreno convirtió a la mentira, a la traición, al engaño en forma de gobierno y en forma de convivencia social, hoy mentir, traicionar, engañar, robar usando la política, es ser inteligente, lo contrario es no hacerlo. Estamos en los últimos meses de este gobierno, y el contubernio, la hipocresía, el amarre, el acuerdo secreto es el pan nuestro de todos los partidos. Pero lo más terrible es que nos puede dejar es un gobierno peor que éste y para eso ha armado toda una trama, mediante elecciones, llenas de lo mas sucio de la política de Ecuador, son el mecanismo para dejarnos como patada de salida, tiempos de violencia, protestas, injusticia y rabia. Aun no comprendemos como fue posible que Correa confiara su sucesión a una persona que solo podía trabajar entre 2 y 4 horas, que había llevado una vida fastuosa en Suiza, como su representante y como fue posible que no examinara ni se diera cuenta de la traición que todo su partido orquestaba, que no investigara a los candidatos de su partido en el más simple de los requisitos: si tienen o no cuentas en paraísos fiscales, para evitar a los 50 asambleístas y un sucesor traidores. La ley para eliminar de las elecciones a los que tienen dinero en paraísos fiscales fue uno de sus mayores logros y Moreno tenía los INAPAPERS. En este gobierno de Moreno no hemos visto nada de bueno, y a todos nos consta que se mantuvo gracias a la Embajada de Estados Unidos con su intervencionismo durante el gobierno de Trump, que llegó a controlar al ejército mediante el general Oswaldo Jarrín, y dos bases militares una en Galápagos y otra en Manta, que lo sostuvieron como nunca lo habían hecho antes con ningún mal presidente. Atónitos los ecuatorianos hemos visto 4 años en que todo lo que hay en el país desde el petróleo, hasta los prestamos internacionales fueron botín, se incluyen carnets de discapacitados, becas, cargo públicos, empresas publicas, bonos, medida económicas, embajadas, compra ´publicas, no se ha salvado nada. Creó un gobierno y un entorno donde el canje de favores, el sicariato mediático, en todos los medios públicos y privados estuvo a la mano, las noticias, el silencio, los juicios, las ordenes de captura, todo operaban para perseguir a sus enemigos políticos, en tanto el Ecuador caía en una depresión económica, que le hizo presa fácil de la pandemia que tuvo matices espectaculares que sacudió la opinión pública mundial. Al igual que Trump, la zozobra ha sido su mecanismo de gestión gubernamental, nadie puede predecir los niveles de inescrupulosidad a los que puede llegar, Dios es un juguete en su lengua, la palabra un ruido repugnante que sale de su boca, sus colaboradores una legión de esbirros, su parálisis y su aspecto físico, un castigo bien merecido que le dio la vida.