domingo, 6 de diciembre de 2020

El pasado, presente y futuro de Ecuador visto desde el fin de Trump, las próximas elecciones y el fin de la pandemia.




 

El destino de Ecuador está determinado por su pasado, su presente y por sus posibilidades en el futuro.

En el pasado el destino de Ecuador estuvo marcado por el hecho de haber sido colonia del Imperio Español, una republica que primero perteneció a la Gran Colombia, que lo convirtió hasta 1830 en una de las mas poderosas naciones emergentes de América, pero esta ilusión sólo duro 8 años, tras lo cual nos convertimos en uno de los países más pobres e inestables de Sudamérica. Esta inestabilidad parte del hecho de que desde el inicio de nuestra vida como Ecuador, fuimos exportadores de materias primas, estas se obtenían de indígenas y negros, a los que ni siquiera se les reconocía un salario, sino hasta la Revolución Liberal de Eloy Alfaro en 1895. Además, a los indígenas no se les reconoció el derecho a la tierra hasta 1968, en que se hizo la Primera Reforma Agraria, impulsada por el gobierno de los Estados Unidos, para evitar que las ideas de Cuba y el Che Guevara se propagaran por América Latina, esto es del comunismo, que partieron de una reforma agraria, en que a diferencia de la de Ecuador, el estado pasó a ser el gran terrateniente en Cuba, y en Ecuador los campesinos se convirtieron en pequeños propietarios llamados huasipungueros. Pero la Reforma Agraria, sólo se hizo en la Sierra, y luego en 1974, en el gobierno Nacionalista Revolucionario del general Guillermo Rodríguez Lara, se la hizo en la Amazonía, expropiando a las nacionalidades indígenas de la Amazonía de sus territorios ancestrales y entregándoselas a los colonos, en su mayoría indígenas y mestizos de la Sierra, en parcelas de 50 hectáreas, como en la colonización del Oeste de los Estados Unidos. Al mismo tiempo se fracturó el poder de la Iglesia Católica, que a pesar de la Revolución Liberal, impuso la educación laica, la atención estatal de los enfermos, y separó a la Iglesia del Estado, la Iglesia Católica, siguió siendo el mayor terrateniente y educador, por a un acuerdo con el Vaticano, llamado El Concordato, que le permitió imponer presidentes, controlar el ejercito, así como actuar de policía secreta, desde los confesionarios o adoctrinadora desde las aulas, cuando luego de la Revolución Liberal, retornaron gobiernos conservadores, o liberales católicos,
. La fractura radical se produjo mediante la introducción de iglesias protestantes, como los Evangélicos, que tuvieron la primera radioemisora del Ecuador en los años 30, fue la más poderosa emisora privada y religiosa del mundo HCJV, luego vino el adoctrinarían de los indígena y pobres, con muchas religiones nuevas llamadas cristianas, mediante el Instituto Lingüístico de Verano, el Cuerpo de Paz, los Mormones, etc. Esto dividió a los indígenas y afros en católicos, o alcohólicos, semi idólatras, que practican el sincretismo religioso, donde Dios Sol y Cristo son lo mismo, Virgen María y Madre Tierra también y cada santo de identifica con la naturaleza, entonces, hay un santo de las siembras como San Isidro Labrador, o un santo de la lluvia como San Pedro, miles de vírgenes, etc. Los protestantes, o cristianos o no alcohólicos, son esencialmente capitalistas, creen que el dinero es un premio de Dios, no creen en los santos, ni en las vírgenes, ni tienen sus imágenes en sus casas ni templos. Esta lucha contra los terratenientes, exportadores, banqueros y fuerzas armadas, a los que les tenemos para engordarlos en tiempos de paz, defenderlos en tiempos de guerra y temerlos en tiempos de crisis, ha marcado nuestro destino, como proveedores de materias primas y trabajo casi gratuito, también se inició en 1830. Pero desde el año 2006, con la llegada de los gobierno de Rafael Correa, nuestro destino cambia, nos volvemos proveedores de energía eléctrica, productos terminados o elaborados, e incluso de proveedores de mano de obra calificada, dentro y fuera del país, pues se vive una revolución educativa y sanitaria, una nueva ocupación del espacio físico, una revolución del transporte, las comunicaciones, los servicios públicos. El acceso a la información con la Internet, la telefonía celular, la TV satelital, al transporte, mas un nuevo rol de la policía, del ejercito, que se libran del control de USA, tras la salida de los militares norteamericanos de la Base de Manta. Pero en el 2017, el nuevo presidente Lenín Moreno, ex vicepresidente de Correa, lo traiciona y nos devuelve al pasado, lo que junto con la pandemia y la crisis económica, lleva al Ecuador a un colapso, que se piensa puede revertirse con el fin del gobierno de Donald Trump, que nos manejó a su antojo por estos últimos 4 años, con las elecciones a realizarse el 7 de febrero, pero que tiene una serie de anormalidades o trampas, que en lugar de ser un alivio pueden complicarlo todo y finalmente con la llegada de las vacunas, que se ha convertido en la ilusión mundial, para salir de esta crisis complicada por se global y en tiempo real.

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