Así nos está cambiando la pandemia el presente, el pasado y el futuro en...

La pandemia, los muertos y los enfermos nos cambiaron. El presente, que es la pandemia nos demostró que somos susceptibles y nos dejó susceptibles. Habíamos llegado a creer que el aumento en la expectativa de vida al nacer en el mundo era una prueba de que ni la naturaleza, ni los dioses eran mas que los seres humanos. Hoy gracias a la peste, nos damos cuenta que dejamos de ser sanos para convertirnos en enfermos crónicos, y que la vida se volvió una enfermedad crónica, que empieza con adicciones y termina en discapacidades, que a su vez se convierten en nuevas formas de tortura o en apéndices de máquinas. Hoy, el mundo vive una crisis sanitaria que empezó hace mucho, cuando las enfermedades se convirtieron en negocios sumamente rentable. Entonces se dejó de extraer muelas y reemplazarlas por prótesis, y se las curó, para que parezcan normales mas tiempo, hasta una nueva consulta y que los pacientes terminen siendo adictos al doctor y a los medicamentos. El pasado que hemos vivido en la humanidad, fue convirtiendo a las enfermedades en medios de conquista y colonización, en publicidad, en política. y finalmente la industria, a la que se le debe los milagros de la medicina moderna, también se convirtió en el negocio más inmoral, tanto así, que es el segundo más grande después de la la guerra y es más grande que el narcotráfico, pero en la pandemia, la medicina se convirtió en lo más importante de la economía moderna, visible en la fabricación de vacunas. Pero además de este cambio revolucionario en la salud, nos enfrentamos a cambios radicales en la economía, que parten del desempleo y nos lleva a nuevas formas de trabajar, de estudiar, de comerciar, de relacionarnos, que se producen en medio de un pobreza generalizada, que golpea incluso a Estados Unidos, que ahora, con asombro, vemos vuelve a tener personas en enormes colas por alimentos, como el tiempo de la Gran Depresión. Estamos atormentados por la pobreza que se va convirtiendo en violencia interna en los países pobres, en violencia racial, xenofobia y aporofobia (odio a los pobres) , en los países mas ricos, que ponen en riesgo estás 7 décadas de invención y construcción de la paz, que hacen todos los países del mundo. La pandemia nos obliga a rever el pasado, pero esta vez con otros ojos, y al hacerlo, los gobernantes, los gobierno, los partidos, las formas de elección, son cuestionadas y las formas de ver a los más capaces, de ver a los incapaces, al parecer casi todo cambió. Hoy la forma de reconocer tontos de inteligentes, estúpidos de sabios, torpes de delicados, reales de traidores, honestos de pícaros, hombres, de mujeres o LGTB, leales de traidores, honestos de corruptos, al machismo, al feminismo, al racismo, a los indígenas, afros, mestizos, blancos, asiáticos, árabes, extranjeros, nacionales, inclusive hay una visión diferente de viejos y jóvenes. Las ideologías se convierten en el vínculo entre la esperanza y la malversación de los recursos. El gobierno se traduce en confianza. El mercadeo y las negociaciones, pasan a mediar entre las esperanzas, los candidatos, y las leyes, el trabajo está en la boca de los políticos como los dientes, y como el centro de una nueva calidad de vida para las personas y como forma de respeto a la vida y la naturaleza. La nuevas tecnología abren las puertas a nuevas democracias, donde las personas tienen la posibilidades de elegir en todo, dejando a los funcionarios elegidos o no de los gobiernos menos posibilidades de imponer algo. Este mundo pos pandemia, desordena la mecánica que han tenido los países de elegir, obedecer o considerar a sus gobiernos. Estamos al filo de una confrontación en todo el mundo contra lo viejo, pues la pandemia eliminó a los viejos humanos y a la viejos prejuicios, a las viejas leyes, y a lo viejo, que no puede seguir el paso de los nuevos tiempos.