ANÁLISIS COMPLEMENTARIO. Estamos a sólo días de que en Estados Unidos, se elija un nuevo presidente, y en 48 horas los habitantes del Continente Americano sabremos, si nuestro futuro es de una guerra tras la pandemia y la crisis económica, o se inicia la construcción de el verdadero Nuevo Mundo, en que a lo largo y ancho del continente, desaparecen las fronteras, la discriminación, el racismo, los aranceles, las visas. Donde los ahora odiados hispanos, latinos y negros dejan de ser los oprimidos, explotados, mal pagados, indeseables, los estigmatizados, los enemigos, ladrones, violadores y narcotraficantes, como nos calificó Donald Trump, o pasamos a ser los invasores, los narcoguerrilleros, los ilegales, los informales más violentos y peligrosos desde Alaska a la Patagonia.
Estados Unidos se enfrenta a la posibilidad de retornar a ser la potencia industrial más contaminante, sobre-explotadora, y autoritaria del mundo, o a ser el motor de cambio, a un mundo donde los seres humanos se convierten en los principales protectores de la naturaleza, de otros seres humanos y del planeta, en el que han evolucionado y habitan, y desde donde quieren conocer explorar, visitar el cosmos, para imaginar grandes cambios. Si Trump gana, los nubarrones de tiempos de violencia serán imparables, hemos compartido con los venezolanos la tragedia migratoria producida por un bloqueo económico, que anteriormente ya fue usado contra Cuba y que tiene desastrosas consecuencias en personas, en aquellos inocentes que sufren el fuego cruzado y el juego diplomático, que se convierten en víctimas de gobiernos intransigentes, violentos, cargados de odio, venganzas, rencores, dueños de un gran poderío militar, económico, mediático, social, que nos carcomen a los que vivimos bajo la injusticia, como forma de poder al servicio de Estados Unido, de los ex-imperios coloniales, o de gobiernos autoritarios en la región, con los que está aliado Trump, el adversario de esos países y gobiernos a los que se les castiga por renegados, para escarmiento de los restantes en todo el globo terráqueo. Estados Unidos se enfrenta a la realidad más cruel desde la gran depresión y las Guerras Mundiales en las que intervino, y es que la pandemia fue especialmente cruel e implacable con ese país, pero esta pandemia, que se la vive en tiempo real en el mundo, pero sobre todo en EE.UU, convierte a cada enfermo y cada muerto en alguien con nombre y apellido, que no se pueden olvidar, u en USA, en alguien con más peso y trascendencia que los enfermos muertos del resto del mundo, lo significa que cada muerto o enfermo de Estados Unidos, a más de ser mucho más caro que cualquier otro, es un peso mucho más pesado para el gobierno y para la moral de los norteamericanos, que lo que pesa a cualquier otro humano, que su muerte no tiene tanto impacto, como los que sobreviven o mueren en USA. Esto lo pone en cuidados intensivos a los valores, principios y la forma de gobierno, que durante 250 años, exitosamente han desarrollado los norteamericanos, pero que se concentró de manera desbocada en la riqueza en pocas personas de ese país y multiplicó de forma alarmante, en las calles y barrios pobres del continente, es especial de América Latina, sus vecinos peligrosos más cercanos, que ahora son el 30 % de los votantes en estas elecciones y forman multitudes a otro lado del muro, en la frontera sur. La elecciones de Argentina, Bolivia, Chile, anuncian que los renegados de Sudamérica, están en pie de guerra, Que la pandemia, la crisis económica, la crisis social y la crisis política ya tienen dimensiones, cuerpo y forma. Que los territorios al sur de Río Grande son volcanes activos que anuncian su pronta explosión. Para Trump fiel creyente en Andrew Jackson y Theodore Roosevelt, y en la Doctrina Monroe, de América para los americanos, (los estadounidenses), fiel creyente del genocidio de los nativos que, practicó Jackson o el robo a los mexicanos, y españoles bajo de la llamada ley del Gran Garrote de Theodore Roosevelt. de fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, en los tiempos de la expansión industrial norteamericana, que le hizo ricos a los Trump. Para Estado Unidos, la pandemia bajo el gobierno de Trump es una tragedia espantosa, que les muestra la cara de la maldad en todas sus dimensiones, algo que en ese territorio lo vivieron en los tiempos de la Guerra de Secesión, en los años 70 del siglo XIX, hace 150 años. Si gana Trump, la estupidez de Trump se convertirá en producto de exportación, en política de estado, en cultura popular, en tontería cotidiana, en mentira frecuente. en realidad deformada por la vanidad racial, económica y militar. en naciones serviles y cómplices, como ahora son los 50 países que lo secundan. La posición de Biden es otra frente al cambio climático, a las fuentes de energía, a la responsabilidad ambiental, a la pobreza, a la solidaridad entre norteamericanos y con los migrantes. .
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